En su oficina, Brith estaba hundido en la desesperación. Había perdido el control de la empresa, y la crisis seguía creciendo. No sabía qué más hacer. Finalmente, tomó su teléfono y marcó un número que no había llamado en mucho tiempo."¿Hola?" —respondió una voz femenina al otro lado de la línea.Brith sintió un nudo en la garganta al escucharla. Era una voz que conocía demasiado bien, una voz que todavía lo hacía sentir cosas que no quería admitir."Brihana… soy yo, Brith" —dijo, con voz baja.Hubo un silencio al otro lado de la línea antes de que ella respondiera."¿Qué quieres, Brith?""Necesito tu ayuda" —dijo, sin rodeos—. "La empresa está en crisis. Andrei ha tomado el control, y yo… yo no sé cómo solucionarlo. Tú eres la única persona que puede salvar esto. Por favor, Brihana. Ayúdame."Hubo otro silencio, más largo esta vez. Brith podía imaginarla debatiéndose consigo misma, luchando entre su orgullo y los sentimientos que todavía pudiera tener por él."Lo pensaré" —dijo final
El hospital estaba envuelto en un silencio sepulcral, roto solo por el sonido de los pasos apresurados de los médicos y las máquinas que pitaban en las salas de emergencias. Brith Cartier estaba sentado en una de las incómodas sillas de la sala de espera, con las manos entrelazadas y la mirada fija en el suelo. Su rostro reflejaba una mezcla de angustia, rabia y desesperación. Amelia, su hermana menor, estaba en el quirófano luchando por su vida.Cada segundo que pasaba parecía una eternidad. Brith apretó los puños hasta que sus nudillos se volvieron blancos, recordando la llamada de Amelia antes del accidente. Ella sabía algo sobre Sofía y Andrei, algo importante, algo que podría cambiarlo todo. Pero ahora, ese secreto estaba atrapado en su mente inconsciente, y él no podía hacer nada más que esperar."Por favor, Amelia… no me dejes "—murmuró para sí mismo, con la voz quebrada.Liam y Marko estaban a su lado, tratando de consolarlo, aunque ellos mismos estaban visiblemente afectados.
El sonido monótono del monitor cardíaco llenaba la habitación del hospital, marcando el ritmo lento pero constante del corazón de Amelia Cartier. Su cuerpo estaba conectado a una serie de máquinas que mantenían sus signos vitales estables, pero su rostro, pálido y sereno, parecía el de una persona atrapada en un sueño profundo. Amelia estaba en coma.Brith estaba sentado junto a su cama, con los codos apoyados en las rodillas y la cabeza entre las manos. Desde el accidente, no había podido dormir ni comer. El peso de la culpa lo aplastaba. Si tan solo hubiera insistido en hablar con Amelia antes, si hubiera estado más alerta, tal vez todo esto se podría haber evitado."Amelia… "—susurró, levantando la cabeza para mirarla—. "Por favor, despierta. Necesito que estés bien. Necesito que me digas lo que sabes."Aunque su voz estaba cargada de tristeza, había algo más detrás de sus palabras: desesperación. Amelia no solo era su hermana, sino también la única persona que podía confirmar sus
Aunque la mayoría mostraba alegría y entusiasmo, Brihana podía sentir la falsedad en las sonrisas de algunos, la envidia disfrazada de cortesía y los intereses ocultos tras los gestos amables. Mientras el bullicio de la celebración inundaba el ambiente, ella luchaba por mantener la compostura, consciente de que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.Poco a poco, Brihana comenzó a darse cuenta de la verdadera naturaleza de su matrimonio. Lo que una vez pareció un cuento de hadas se desvanecía ante la realidad de una vida marcada por las expectativas ajenas y las demandas implacables de una familia que no aceptaba un "no" como respuesta. La opresión y el control se apoderaron de su día a día, convirtiendo su hogar en una prisión dorada.La joven novia, que alguna vez soñó con amor y libertad, se vio atrapada en un mundo de apariencias y obligaciones, donde su voz se perdía entre susurros y sus deseos eran ignorados en aras del prestigio familiar. Aquella fiesta fastuosa se conv
Brihana, siguió fielmente el deseo de sus padres, que también era su propio sueño. Su amor por ese hombre superaba cualquier obstáculo. Se aferró a su sueño, a pesar de las adversidades, a pesar de las críticas. Ese amor la consumía, pero también la fortalecía.Los rumores y las noticias del exterior no le importaban en lo más mínimo. Ella mantenía su amor en silencio, sin exigir nada a cambio, mientras dirigía su empresa en el extranjero. Se enfocaba en sí misma, alejándose de la atención mediática. Brihana era muy distinta a su hermana, quien disfrutaba de una vida lujosa y ostentosa. Siendo la segunda hija de la familia, a ella no le importaba la fama, ya que toda la responsabilidad recaía sobre Brihana.Al caer la tarde, Brihana contemplaba el techo y suspiraba. Recogió su bolso y salió al exterior, donde miró el cielo y esbozó una sonrisa. El chofer abrió la puerta para ella y la miró a través del espejo retrovisor. Brihana rara vez hablaba si no era necesario. No decía lo que no
La noche estuvo calurosa para ellos. Entre la bebida y las charlas, Brith se descuidó de sus bebidas, Karla tuvo la oportunidad de echarle un polvo para drogarlo. Ninguno de sus amigos vio la acción. Al terminar y sentirse embriagado, cada uno se marchó con una chica. En el estacionamiento, Lían, y Maiko enviaron a las chicas a sus casas. Brith, había llevado a Karla, nadie sabe a donde. Entre el alcohol y saber lo que hacían, la lujuria tenía el control. Karla lograría su propósito tan malvado.Brihana sentada en el mostrador. Sintió un punzón de dolor en el pecho, como si algo le picara un dolor inmenso que no podría soportar. Volvió a pensar en los sucesos de los últimos meses y las lágrimas rebotaron. Una intensa lluvia estalló. Sintió que la fría noche la llenaba de dolor y melancolía. Entro bajo su edredón cerro los ojos y se dejó llevar. Se dijo a sí misma «Brihana, de verdad eso es amor, sientes que vale tu amor brith” Entre sollozo se durmió. La noche lluviosa, dejaba a brit
Brihana en el coche, soltó un suspiro, y las lágrimas salieron por sí sola. Se dijo así misma«Ese es el pago por tu amor Brihana» «Te pago acostándose con Karla, él te desprecia Brihana»Dejo que las lágrimas corrieran, ya no lucharía por su amor, esa fue la gota que lleno el vaso.Brihana, llega frente al centro comercial y se baja. Había reporteros que le hacían preguntas a un nuevo ejecutivo. Cuando vieron a Brihana Kozcanov, se apuraron a ser el titular de preguntas para las noticias. Ellos estaban transmitiendo en directo. Brihana, se sintió acorralada al instante por los reporteros.Las preguntas le causaron un profundo malestar. Se sentía abrumada por la insistencia de los reporteros, quienes parecían no tener límites en su afán por obtener respuestas. La incomodidad se reflejaba en su rostro, mientras las interrogantes seguían llegando sin tregua._ ¿Señora Cartier, cómo se siente tras la traición de su esposo?_ Señora Cartier, ¿piensa usted en el divorcio?_ ¿Tiene usted a
Brith, ¿por qué me haces esto? ¿Qué te he hecho para merecer tal desdén? Brihana se enfrentaba a él con el corazón destrozado, tratando de comprender por qué él la había lastimado de esa manera. Durante años, ella había soportado sus infidelidades en silencio, pero esta vez era diferente. Esta vez, ella necesitaba respuestas.Brith la miraba en silencio, con una expresión impasible en su rostro. No mostraba ni un ápice de arrepentimiento, ni siquiera intentaba justificar sus acciones. Brihana se preguntaba si alguna vez él la había amado de verdad, si alguna vez había valorado su amor y fidelidad.Con lágrimas en los ojos, Brihana sacó una pila de fotografías de su bolso. Eran pruebas irrefutables de las aventuras de Brith con otras mujeres. A pesar del dolor que sentía, una sonrisa melancólica se dibujó en su rostro al darse cuenta de lo patético que había sido al encubrir las infidelidades de Brith.Sin decir una palabra, arrojó las fotografías al suelo, esparciéndolas por todo el l