Narrador Omnisciente. A Zain le encantaba ver a Alaia tan furiosa. Cómo el demonio que se alimenta de las emociones. La furia es una de las más deliciosas y la de Alaia lo es mucho más, de modo que sonrió ladino saboreando el hecho de tenerla allí a su alcance, recibiendo sus golpes que le parecen sumamente excitantes, puesto que de ese modo cada contacto que tienen sus cuerpos él puede sentir una electricidad que lo hace vibrar y desearla mucho más.«Sumamente deliciosa» se saboreó los labios.Ella también lo sentía, pero estaba tan enfadada que no pensaba en nada de eso, sino que se enfocó en la irritación que le causó el hecho que él le llamara niña mimada.«Alaia eres mía, y así será, así deba erradicar el mundo a tu alrededor» Aunque sea a puras bofetadas que igual no le lastiman, Zain quería seguir sintiendo esa sensación tan placentera, sin embargo, de repente recordó que debía fingir que si le dolía para mantener su papel de humano; le agarró la mano cuando planeaba darle
Narrador Omnisciente.Con las manos dentro de los bolsillos, Zain miraba todo ya estando cerca, pero mostrando su nuevo rostro; ya no era el hombre adinerado, enigmático, sino que ahora es un chico despreocupado y aunque oscuro, se veía distinto. Por el hecho de que con el uso de su magia hizo que tanto sus facciones cómo su ropa cambiara por una más juvenil, había dejado de ser Marcus en cuanto Alaia salió del área VIP en la que estaban y ahora avanzaba hacia ellos, y en cuanto Alaia lo vio. Como chocolate mezclado con agua, ella se convirtió en una masa inmóvil. Sus ojos oscuros e intensos le desnudaron de su habitual sensación de fundirse con el fondo. "Exponiéndole" "Capturándole" Se emborrachó de toda su magnitud: pelo negro como un cuervo con ondas rebeldes, iris de abrasador color castaño iluminado por motas ámbar. Los ángulos de su rostro eran brutalmente cuadrados, a pesar de verse joven, casi de su edad. Incluso su barbilla era severa, como acantilados escabrosos. Tan a
Narrador Omnisciente. Alaia estaba tan segura en culpar internamente a Marcus que no ponía atención a que la persona que parecía ser el líder de esos maleantes es una mujer mostraba a través de su mirada el odio por ella. Apretaba jeringa en la mano con planes de inyectarle ese líquido de una manera brusca con tal de hacerle sentir dolor a esa chica que le recuerda a la mujer que arruinó su vida hace más de veinte años y las ganas de sacar su frustración con esa chica para causar dolor a Emma le pareció la mejor venganza. Cada vez más esos hombres que la rodeaban iban acercándose en círculo a ella como si pretendiera atraparla al mismo tiempo.Mientras que, en la manada, Emma estaba cenando con sus hijos, esposo y amigos a medida que reían escuchando las hazañas de Joel, de cómo tenía que alejar a los dos gemelos betas de su casa cuando intentaron entrar por una ventana en busca de Lía. Como padre aún le costaba aceptar la idea de que su inocente cachorra tuviera por mates a dos beta
Narrador Omnisciente. Los atacantes se quedaron sin poder procesar lo que había pasado allí, y seguían buscando a su alrededor con la mirada, ya que no sabían como se había ido la loba que estaba justo hace un segundo frente a ellos, y lo único que lograron ver fue esa bruma negra y luego nada más. Sin contar el hecho que parecía que no se podían acercar a ella.—¡No entiendo! — masculló Leslie con puños apretados y cancaneando los dientes, de puro enfado.—¿Qué hacemos, señora? — le preguntó uno de sus lacayos sin saber cómo proceder.—No sé, pero le prometí a Ferro que le llevaría hoy a esa m*****a loba, y no solo resulta que no la tenemos, sino que expusimos nuestra existencia—respondió más para sí misma que para su lacayo, ya que su jefe le había advertido. A él no le parecía el momento indicado, pero era tanta la desesperación de Leslie por comenzar con su venganza, qué no estudió bien los poderes de la cachorra.Ellos se quedaron asombrados cuando a su lado aparecieron los gemel
Alaia ni siquiera fue capaz de pensar con claridad, sino que cuando su loba le cedió el control, volvió a su forma humana, quedando totalmente desnuda delante de ese demonio, qué al verla se relamió los labios, haciendo con ese gesto que ella cayera en cuenta y notara su situación. «Perverso» manifestó internamente.«Sí que lo soy» aunque no podía escuchar sus pensamientos, Zian supuso que algo parecido era lo que ella estaba pensando de él, pero eso poco le importaba.Aunque la desnudez para un lobo es algo común y no representa vergüenza alguna en ningún sentido, en ese momento para ella era incómodo estar en esa situación, ya que lo que menos deseaba era estar desnuda frente al hombre que va a rechazar.Alaia con sus brazos intentó cubrirse los senos, pero antes de poder lograrlo Zain terminó aferrándose a su cuerpo y estando piel con piel; ella sintió un caliente descender por su estómago hasta concentrarse en la zona de su vientre bajo, el mismo tiempo que sintió unas palpitacio
Narrador Omnisciente.Clarisa no quería volver a su reino, pues, aunque pase más tiempo en la manada igual no deja de pertenecer a su territorio junto con los vampiros. Y su madre estaba igual de preocupada por sus nietos, al igual que por ella, que es la más rebelde de sus hijas. Sin embargo, para estar tranquila la quería tener en casa a su lado, no obstante, la vampiresa insistía en quedarse en la manada y en un arranque de rebelión decidió ir a la casa de julio, su pareja destinada.—¡¿Cómo te atreves a dejarme sola en el palacio de mi hermana?!— le reclamó al lobo seguido entró a la pequeña casa desviando su mirada hacia otro lado para no fijarla en su torso desnudo, puesto que el lobo no es muy agraciado con fuerza o poder, pero buen cuerpo si posee y le atrae demasiado estando con ropa. Ya estando sin nada se duplica esa atracción y debe controlarse para no terminar marcándolo ella.—Lo hice porque supuse que como es tu costumbre te irías, así que no quise parecer patético, co
Narrador. Alaia estaba preocupada, sin embargo, no por aquellas personas que habían ido en su búsqueda, la pudieran atrapar, sino por la presencia de Zain en su vida. Se hacía miles de preguntas que quedaban en el aire sin tener respuesta, pero entre todas había tres que no salían de su cabeza. «¿Hoy que se encontraba justo ahí?» Esta pregunta se la hacía porque le parecía bastante extraño que Zain estuviera exactamente en el lugar donde fue atacada. «¿Será que había venido por mí?» aunque sabía que en algún momento tendría que ir a ser la reina del inframundo, odiaba la simple idea. «¿Siendo así entonces porque no me ha llevado con él?» su loba se removía inquieta queriendo responder, pero ella no le daba la oportunidad porque de las tres preguntas qué se hizo a sí misma esta era la que menos le agradaba y de la que no quería tener una respuesta contundente por el hecho de que teme a tener que dejar su mundo como lo conoce para enfrentar su terrible destino teniendo que ir a vivi
Narrador Omnisciente.Reunidos estaban los seis: el consejo de entes sin nombres que son una creación de los dioses para poner orden en la tierra, dictando a través de ellos leyes a los reyes de las especies sobrenaturales, que son seres ingobernables que por el poder poseído y a pesar de que nadie se igualaba a ellos no tenían un control propio. Hechos por los cuales los dioses pidieron a la diosa luna que su creación fuera erradicada del mundo, pero ella no aceptó tal pedido, pues una madre nunca daría muerte a sus propios hijos, de modo que propuso buscar una solución más pasible, y fue desde entonces que los dioses pensaron en crear un consejo único que fueran muchos, pero a la vez uno; seis seres con distintos cuerpos, aunque siendo todo una misma mente, una misma persona, sin sentimientos, sin dominio propio de pensar, solo ejercer los mandatos de ellos en la tierra y castigar a quienes no cumplan.Luego de esa entrada triunfal que hizo Zain no siguiendo los protocolos de ese