Dirigen su caminar hacia la parte donde hay una especie de plaza con mesas de picnic, asadores a carbón, montones de cojines arrumados, instrumentos musicales y otros objetos más que ignora. Pasan de largo, ahora van hacia una casa grande, logra escucharse desde lejos la música, una bonita melodía de violín y piano de cola. Amelie cierra los ojos por un momento, disfrutando esa mezcla de instrumentos en específico que le fascinan. Entran a la casa siendo cuidadosos y se sientan sobre un par de cojines, las personas permanecen en silencio deleitándose con los sonidos. La joven se maravilla ante eso, ya que normalmente una fiesta de gente joven en el planeta tierra era sinónimo de borrachos, droga, embarazos inesperados a futuro, sexo sin control y peleas. —¿Así son casi siempre las fiestas? —susurra al oído de Dean. —Sí, ya sé que es muy diferente a lo que estábamos acostumbrados en la tierra, pero nosotros celebramos así. Aunque eso no quiere decir que en este planeta no haya gente
Da la media vuelta, sintiendo una inefable punzada de dolor en el pecho, se debate al sopesar el porqué de aquel sentimiento, aunque no puede ignorarlo al notar un tenue halo de luz azul emanar de la gema de su sortija. Se pregunta si la mujer que habita ahí dentro está triste, si está enamorada de él o son solo imaginaciones suyas. Se apresura en marcharse, va hacia el este, donde sale el sol cada mañana en Nidum, aproximadamente allí los días duran quince horas y las noches también. Emprende una larga caminata sin perder el objetivo, porque espera encontrarlo allí aunque no crea todavía que él es un dios. En medio de la madrugada llega al lugar, por lo que se recuesta sobre la verde y extensa hierba, tan brillante y húmeda como jamás la había visto. A lo lejos las flores brillan tenuemente, unas distintas a las que nacían en la tierra, pero no tan diferentes. Se deja llevar por el sueño que trae el cansancio, sin darse cuenta que entre los arbustos que llevan al bosque los lobos pe
Amelie desciende desde las amplias escalinatas enfundada en un vestido y peinados muy elegantes, como los de una reina. Tiene la mirada perdida entre sus decisiones, realidad de su pasado y presente, en un futuro incierto de un planeta al que todavía no se acostumbra. Se siente ajena al recordar todas las cosas que Nicolae le contó hace dos días...Hace siglos atrás era Kristel Danot, princesa de Nidum, hija de los reyes, prometida del distinguido Loan Arthur y amante en secreto de Dean Crown, el Alfa de la fraternidad de hombres-lobo y encargado de la seguridad del planeta. Tan solo minutos antes de morir junto a Loan en un incendio provocado por Giulia, guardó todos sus poderes en el anillo que le fue regalado por su boda con él. Pero su madre Airi, intervino para que el duro castigo que le iba a ser impuesto a Giulia no fuera tan doloroso, ya que después de todo ella era también su hija y no estaba dispuesta a perder otra hija más, aunque ella fuera una perversa que mató a su pr
Camina despacio perdida entre sus decisiones, entre realidad de un pasado que desconoce y en un futuro incierto en un planeta en el que todavía no se halla. Se siente ajena al recordar todas las cosas que Nicolae le contó palabra por palabra, con documentos, fotografías y periódicos, como para que no quepan dudas de la verdad. Hace siglos atrás era Kristel Danot, princesa de Nidum, hija de dos dioses y reyes, prometida del distinguido Loan Arthur y amante en secreto de Dean Crown, el Alfa de la fraternidad de hombres-lobo y encargado de la seguridad del planeta. Tan solo minutos antes de morir junto a Loan en un incendio provocado por Giulia, guardó todos sus poderes en el anillo que le fue regalado por su boda con él. Pero su madre Airi, intervino para que el duro castigo que le iba a ser impuesto a Giulia no fuera tan severo, ya que después de todo ella era también su hija y no estaba dispuesta a perder otra hija más, aunque ella fuera una perversa que mató a su propia hermana m
Los murmullos se hacen presentes, Amelie escucha todos y cada uno, sin embargo, mantiene la frente en alto observando los hermosos candeleros de oro y las paredes decoradas con preciosas cortinas altas y finas. Sin duda es un palacio hermoso. —Para los que no conocían a mi prometida... —Besa la mano dulcemente y ella se sonroja avergonzada—. Ahora es Amelie Henderson para ustedes, y muy pronto la señora Dublin. Los invitados se hincan ante la joven de inmediato, y ella no puede evitar hacer un gesto de vergüenza. No le agrada que las personas lo hagan, pero debe mantener la compostura de ahora en adelante.La pareja se abre paso entre las personas, caminando despacio hacia un hermoso arco de oro decorado con flores de Astilbe, tan bellas y de color rosa pálido. Se detienen frente a un hombre que sostiene un juramento entre sus manos. —Hoy están presentes aquí, por cuanto amor infinito sienten decidieron unirse en matrimonio por la eternidad, más allá del tiempo, las leyes y los obs
—¡Eres una insolente! ¡Discúlpate ahora! —La señora se incorpora.No sabe por qué razón ha hecho algo tan horrible.—Por favor perdóneme! Yo no quise... yo... —tartamudea.—Esto es inaceptable, pero todos van a saberlo —sentencia con el dedo.Se echa a correr hacia su habitación y se queda allí en silencio, sopesando lo que acaba de ocurrir.¡Amelie! Amelie abre la puerta, tenemos que irnos de aquí. —La voz de Nicolae suena desesperada.De inmediato la muchacha se levanta y abre la puerta, para después encontrar al pelinegro quitándose la corbata y lanzándola hacia algún lugar.—Q-qué ocurre? —Ella se encuentra muy mal, y con los nervios que le produce la sorpresiva aparición de él, se siente peor.—Héctor y Giulia, al saber que han perdido el lugar en el trono, vienen hacia aquí para evitar que ahora nosotros seamos reyes por legitimidad, no como ellos, que son usurpadores. —La toma de la mano.—Sabía que algo malo iba a pasar... —Corre a la par de él, mas se quita los zapatos de tac
Todos se han detenido, camina sobre los soldados caídos bajo la atenta mirada de Giulia. Los truenos y relámpagos son aterradores, el cielo se vuelve tan oscuro como el humo de un incendio y las hojas de los árboles detienen el suave movimiento. El silencio reina en el lugar, es como si hasta la naturaleza se hubiera detenido debido al miedo. Héctor, Nicolae, Suri y demás personas observan con atención a la Kristel original, esa mujer que infunde temor con solo pestañear. Nadie lo ve venir y se sorprenden cuando a una velocidad sobrehumana aparece delante del soldado y le rompe el cuello sin pensarlo dos veces, sin miramientos. Una muerte rápida.—A veces las leyendas no existen... —susurra.Camina sobre el cuerpo sin vida luego de decir aquella frase y rasga la falda de su vestido, dejando ver parte de sus bonitos muslos cubiertos con los ligueros negros que comúnmente se ponen las novias para sorprender a sus maridos luego de la ceremonia. Se dirige hacia Nicolae, quien la observa a
Natán ríe a carcajadas, puesto que es quien lo ha hecho. Nicolae se lanza sobre él y lo muele a golpes violentos, lo golpea como si fuera un títere y él, siendo asesino solo sabe reír como un desquiciado. Amelie cae al suelo devastada, sintiendo cómo todo se derrumba en su interior. Se seca las lágrimas, lo observa en silencio deseando que muera y de repente, de los ojos de él comienzan a emanar lágrimas de sangre, manchando sus aterradores ojos azules. De su boca brota el líquido vital a borbotones y se retuerce de dolor al caer desgraciado y muriendo rápidamente. Por último sus ojos se apagan, ha sido destruido desde adentro, igual como murió Jesie, la mujer que crió a Amelie como su propia hija.—Ojo por ojo... Ya vengué tu muerte, mamá... —La joven habla entre dientes, los cuales están manchados de sangre y el sabor metálico invade su boca.Se da cuenta entonces que el anillo está completamente roto, es como si hubiera vuelto en sí de un confuso viaje o sueño, la mujer que estaba