Las cosas se veían más complicadas cada vez más, una guerra había comenzado, se sabía que la familia Roquefeller, había destruido otras familias millonarias por algún desacuerdo ya fuera comercial o personal, también se sabía que eran despiadados, habiendo sido una de las más importantes, poderosas y millonarias del mundo, querían ver por debajo a cualquiera y dejar en claro que ellos eran los que gobernaban en cualquier país Emill, tenía los nudillos destrozados, como pudo le marcó a su padre, Degél, estaba a su lado, le había llevado una botella de agua — Cuando papá te vea se va a poner furioso, mira nada más como quedaste, tanto que me encargó que estuviera pendiente de ti — El hermano mayor mal miró a su hermano menor, ¿Cómo así? — Yo me sé cuidar solo Degél, ahora resulta que tú qué eres menor vas a cuidar de mí — Pues mírate lo golpeado que estás, seguro que papá te conoce bastante bien En la mansión Rodríguez, Deeguel Rodríguez, todavía no se iba a la cama, él s
Dante Ferreti, no había ido al lugar de la fiesta, él se había apresurado a llegar al hospital a ver a su hijo, eso era lo más importante para el mafioso, pero había pedido a alguien en quien confiaba muchísimo que sabía que era extraordinario y que no dejaría cabo suelto, que fuera a la residencia a buscar todas las pruebas que le fueran posibles para ayudar a Alessandro, además de impedir que nada de eso cayera en las manos de los Roquefeller — Señor Ferreti, vamos a trasladar a una habitación privada a su hijo, va a necesitar reposo largo y atención, como puede ver está bastante lastimado, ese otro chico por poco lo mata, espero que por lo menos le hayas dado un golpe, mira nada más como te dejaron — Dijo el médico bromeando, estaba tratando de romper la tensión que se sentía — Mi rival quedó peor que yo, cuando me trajeron aquí ya no se movía, es una bestia, pero yo soy un Ferreti, jamás me iba a dejar vencer — Alessandro, dijo seriamente, lo que impactó al médico — Escu
El imponente Alessandro Ferreti, quien en su vida había pasado y vivido de todo, los más Terribles peligros, había tenido que asesinar a sangre fría a muchos enemigos, y cobrado venganza de la formas más despiadadas para sobrevivir y que su descendencia no fuera asesinada por sus rivales, se había quedado clavado en su sitio Apenas había visto por la tarde a sus nietos que se encontraban bien, le había dicho a Adriana que su hijo estaba perfecto entrenando con sus primos y ahora todo el panorama había cambiado — ¿Qué...? Eso no puede ser posible, ¿Qué cuentas le voy a dar a Adriano? ¡El dejó a Adrián, a mi cuidado, si el muere... Por el maldito infierno, es su único hijo, si no enloqueció cuando creyó muerta a su esposa, si su hijo muere no estoy seguro que lo pueda soportar! — Cálmate, papá, sé que la situación se ve muy negra, pero mientras siga vivo existe la posibilidad de que vuelva, estoy seguro que no se va a rendir, va a volver ya lo verás — Dante, no había visto as
Adriano de Luca de pronto tenía sentimientos encontrados, un profundo dolor por saber cómo se encontraba su hijo en estos momentos, y enormemente furioso por los hijos de puta que lo dejaron así — ¡¿Pero que carajos estás diciendo?! ¡Adrián, no puede estar en coma, él no, mi hijo no, se suponía que papá lo estaba cuidando, se suponía que me lo estaba cuidando — El abogado rompió en llanto, la noticia era demasiado fuerte e insoportable para él — Adriano, tienes que venir a México, Adrián, te necesita, sé que es difícil para ti, pero... aquí las cosas se van a poner muy feas — ¿Quién fue? ¡¿Quiero saber quien atacó a mi hijo?! ¡Dímelo Dante! — Fueron tres herederos Roquefeller, ya sabes el historial que tienen esos desgraciados — !Hijos de puta, se piensan los dueños del puto mundo! ¡Pero esto no se va a quedar así, seguro andan por ahí como si nada después de casi matar a mi hijo! ¡Ustedes... ustedes no me lo cuidaron bien, ninguno de ustedes estaba ahí para defenderlo!
una hora más tarde, Lizandro y Adriano, se encontraban en el aeropuerto, padre e hijo se abrazaron, Lizandro, vió lo mal y destrozado que su único hijo estaba, todavía le costaba aceptar la situación que atravesaban — Calma, calma, todo va a estar bien, vamos, subamos ya al avión, no puedo esperar a llegar a ver a mi nieto, me duele tanto verte así, te ha llovido sobre mojado, primero tu esposa y ahora... — Lizandro, puso su mano en el hombro de Adriano, están ahí para él pero sabía que había nada que pudiera aminorar su dolor Mientras tanto, al hospital llegaban Emill y Joshua, Degél, los había llevado, ambos estaban heridos — Hola, buena, mi hermano y mi amigo necesitan atención médica — Degél, se acercó a pedir ayuda a la recepcionista — Por supuesto, por favor pasen por acá — Los tres chicos siguieron a la enfermera, pronto ya estaba siendo revisados — ¿Pero que pasa hoy? ya han llegado dos jóvenes demasiado heridos y ahora ustedes dos, ¿No me digan que son los riva
— ¿Cuál es tu nombre? — Preguntaba el doctor al cortado joshua — Mi nombre es Joshua Ferreti — Así que acostumbras a entrenar con armas blancas, ¿No es eso muy peligroso? además de los cortes recientes tienes muchas cicatrices, te has cortado bastantes veces — Es normal, no pasa nada, ya me he acostumbrado, algunos tamaños de armas me han costado más que otros para dominarlos, esa ha sido la cualidad que le he heredado a mi padre, y estoy bien con eso, cuando termine la universidad me voy a comenzar a tatuar todas las cicatrices que tengo en las manos y en algunas otras partes de mi cuerpo, por ahora mamá, que viene de una millonaria familia muy tradicional, no me permite tatuarme aún — Ahh... tú también tienes muy lastimados los nudillos de las manos, voy a desinfectarte todo y despues voy a comenzar a suturar donde te haga falta, las manos te las vamos a vendar al igual que el jovén Alessandro y a este simpático chico Emill — ¿Simpático, Emill? ¡ja, si tiene un carácter
La oferta era muy tentadora para el hijo menor de los Rodríguez, también era excelente, también tenía excelentes cualidades e inteligencia, buscaba la grandeza y era ambicioso en sus metas personales — ¿Por qué no? Hermano, ¿Que tienes tú qué no lo tenga yo? Ambos somos hijos del mismo padre, incluso yo me le parezco más — Eso es por qué yo me parezco a mamá Alejandra, soy más apuesto y mis ojos son más bellos que los tuyos, mamá misma lo dice — ¿Eso dice? ¿Cómo es que no lo sabía? Seguro es que sigue molesta porque nací pareciéndome a papá y ella no obtuvo recompensa por haberme cargado en su vientre por nueve meses, papá es el culpable por utilizar a nuestra madre como incubadora — ¡Nadie utilizó a mamá, para nada, ustedes dos a veces me sacan dolor de cabeza! ¿Doctor, que prosigue después de las curaciones con los muchachos? — Al mafioso no le gustaba que se dijera que había utilizado de incubadora a su esposa, con lo mucho que la amaba, le agradecía que le hubiera dado
Alexander Ferreti, llegaba al hospital buscando con la mirada a su familia o a alguien conocido, pronto lo llamaron — Señor Ferreira, por aquí, soy Andye Alcántara, hijo de Andrés Alcántara, Daniel Alejandro y yo estamos esperando a nuestros padres, los demás están en la sala de urgencias — ¡Gracias, vamos, llevenme a dónde están todos, necesito ver a mi familia! — No estoy seguro si nos van a dejar pasar, las personas de seguridad son muy delicados — Andye, le comentó al griego, así llegaron justo a la entrada a los cubículos de urgencias — Necesito pasar, mi hijo y mi familia están ahí dentro, los jóvenes vienen conmigo — Lo siento señor, pero no puede pasar a esta área mucho menos con estos dos jóvenes, deben esperar en la sala de espera que queda aquí por la derecha — ¡¿Me estás diciendo que no me vas a dejar pasar?! — La negativa del guardia no le agradó para nada a Alexander — Señor, deje pasar por lo menos al señor Ferreti, su hijo está adentro, no lo haga e