Adriano de Luca de pronto tenía sentimientos encontrados, un profundo dolor por saber cómo se encontraba su hijo en estos momentos, y enormemente furioso por los hijos de puta que lo dejaron así — ¡¿Pero que carajos estás diciendo?! ¡Adrián, no puede estar en coma, él no, mi hijo no, se suponía que papá lo estaba cuidando, se suponía que me lo estaba cuidando — El abogado rompió en llanto, la noticia era demasiado fuerte e insoportable para él — Adriano, tienes que venir a México, Adrián, te necesita, sé que es difícil para ti, pero... aquí las cosas se van a poner muy feas — ¿Quién fue? ¡¿Quiero saber quien atacó a mi hijo?! ¡Dímelo Dante! — Fueron tres herederos Roquefeller, ya sabes el historial que tienen esos desgraciados — !Hijos de puta, se piensan los dueños del puto mundo! ¡Pero esto no se va a quedar así, seguro andan por ahí como si nada después de casi matar a mi hijo! ¡Ustedes... ustedes no me lo cuidaron bien, ninguno de ustedes estaba ahí para defenderlo!
una hora más tarde, Lizandro y Adriano, se encontraban en el aeropuerto, padre e hijo se abrazaron, Lizandro, vió lo mal y destrozado que su único hijo estaba, todavía le costaba aceptar la situación que atravesaban — Calma, calma, todo va a estar bien, vamos, subamos ya al avión, no puedo esperar a llegar a ver a mi nieto, me duele tanto verte así, te ha llovido sobre mojado, primero tu esposa y ahora... — Lizandro, puso su mano en el hombro de Adriano, están ahí para él pero sabía que había nada que pudiera aminorar su dolor Mientras tanto, al hospital llegaban Emill y Joshua, Degél, los había llevado, ambos estaban heridos — Hola, buena, mi hermano y mi amigo necesitan atención médica — Degél, se acercó a pedir ayuda a la recepcionista — Por supuesto, por favor pasen por acá — Los tres chicos siguieron a la enfermera, pronto ya estaba siendo revisados — ¿Pero que pasa hoy? ya han llegado dos jóvenes demasiado heridos y ahora ustedes dos, ¿No me digan que son los riva
— ¿Cuál es tu nombre? — Preguntaba el doctor al cortado joshua — Mi nombre es Joshua Ferreti — Así que acostumbras a entrenar con armas blancas, ¿No es eso muy peligroso? además de los cortes recientes tienes muchas cicatrices, te has cortado bastantes veces — Es normal, no pasa nada, ya me he acostumbrado, algunos tamaños de armas me han costado más que otros para dominarlos, esa ha sido la cualidad que le he heredado a mi padre, y estoy bien con eso, cuando termine la universidad me voy a comenzar a tatuar todas las cicatrices que tengo en las manos y en algunas otras partes de mi cuerpo, por ahora mamá, que viene de una millonaria familia muy tradicional, no me permite tatuarme aún — Ahh... tú también tienes muy lastimados los nudillos de las manos, voy a desinfectarte todo y despues voy a comenzar a suturar donde te haga falta, las manos te las vamos a vendar al igual que el jovén Alessandro y a este simpático chico Emill — ¿Simpático, Emill? ¡ja, si tiene un carácter
La oferta era muy tentadora para el hijo menor de los Rodríguez, también era excelente, también tenía excelentes cualidades e inteligencia, buscaba la grandeza y era ambicioso en sus metas personales — ¿Por qué no? Hermano, ¿Que tienes tú qué no lo tenga yo? Ambos somos hijos del mismo padre, incluso yo me le parezco más — Eso es por qué yo me parezco a mamá Alejandra, soy más apuesto y mis ojos son más bellos que los tuyos, mamá misma lo dice — ¿Eso dice? ¿Cómo es que no lo sabía? Seguro es que sigue molesta porque nací pareciéndome a papá y ella no obtuvo recompensa por haberme cargado en su vientre por nueve meses, papá es el culpable por utilizar a nuestra madre como incubadora — ¡Nadie utilizó a mamá, para nada, ustedes dos a veces me sacan dolor de cabeza! ¿Doctor, que prosigue después de las curaciones con los muchachos? — Al mafioso no le gustaba que se dijera que había utilizado de incubadora a su esposa, con lo mucho que la amaba, le agradecía que le hubiera dado
Alexander Ferreti, llegaba al hospital buscando con la mirada a su familia o a alguien conocido, pronto lo llamaron — Señor Ferreira, por aquí, soy Andye Alcántara, hijo de Andrés Alcántara, Daniel Alejandro y yo estamos esperando a nuestros padres, los demás están en la sala de urgencias — ¡Gracias, vamos, llevenme a dónde están todos, necesito ver a mi familia! — No estoy seguro si nos van a dejar pasar, las personas de seguridad son muy delicados — Andye, le comentó al griego, así llegaron justo a la entrada a los cubículos de urgencias — Necesito pasar, mi hijo y mi familia están ahí dentro, los jóvenes vienen conmigo — Lo siento señor, pero no puede pasar a esta área mucho menos con estos dos jóvenes, deben esperar en la sala de espera que queda aquí por la derecha — ¡¿Me estás diciendo que no me vas a dejar pasar?! — La negativa del guardia no le agradó para nada a Alexander — Señor, deje pasar por lo menos al señor Ferreti, su hijo está adentro, no lo haga e
El que estaba en muy graves condiciones era el abusador Wiliam Roquefeller, a él si que le había tocado enfrentarse con uno de los más duros herederos, rival para Alessandro Ferreti, solo Emill Rodríguez, aunque no se podía negar que este heredero era una bestia violenta que ni su propia familia podías controlar Los padres de Wiliam y Carlos Roquefeller, estaban cansados por el comportamiento tan terrible que sus vástagos tenían, habían intentado de todo para hacerlos cambiar pero nada funcionó, y lo que más trabajo les daba era ocultar las fechorías de sus hijos de su abuelo paterno para que no los desheredara por poner el apellido de tan importante familia por los suelos Wiliam padre fue avisado de lo sucedido y llegó al hospital a toda prisa, de camino le llamó a su hermano Armand, para que fuera también a ver a su hijo que también había participado en la pelea En la sala de urgencias los médicos se movían a hacer radiografías con el aparato portátil, Wiliam, seguía incons
Los expertos CEOS, que todos ahí eran, tenían su cerebro trabajando a gran capacidad, estaban poniendo sobre la mesa todas las posibilidades que se les podían venir encima, ninguna de ellas se veía bien, todos ellos sabían que tenían un adversario muy peligroso, lo que se contaba sobre la familia Roquefeller y que había a abado con familias completas dejándolos en la banca rota y destruyendo sus empresas, los ponia a pensar que hacer para hacerles frente En ese momento desde los Estados Unidos, llegaban Adriano De Luca y su padre Lizandro, ellos no condujeron del aeropuerto hasta el hospital porque no se sentía en condiciones, el chófer de la mansión que tenían en el país mexicano, los había recogido Padre e hijo fueron guiados al tercer piso, la recepcionista no sabía que eran el padre y el abuelo del jovén que había caído en coma, ella creyó que eran solamente familiares de los chicos que estaban heridos El elevador se abrió, las voces conocidas de los hombres guiaron hast
El padre y el abuelo, una vez que se compusieron un poco, se quedaron al lado de Adrián, cada uno tomaba una de las manos del jovén — Ahhh... Adrián, siempre tan rebelde y queriendo comerte el mundo a mordiscos, me cuesta tanto verte así, debes despertar, si lo haces te compraré ese helicóptero que me pediste en tu quinceavo cumpleaños, te lo habría regalado pero tu padre no me dejó — Papá, no le vas a regalar esa máquina de muerte al muchacho, si despierta tenemos que cuidarlo más, mejor si que le vas a regalar una motocicleta que es lo mismo que regalarle un ataúd — Eres muy exagerado Adriano, tu tuviste todo eso y no te paso nada — Pero Adrián, no es como yo, él heredó la rebeldía de Emma, ese carácter indomable, no le gusta seguir reglas, con un helicóptero se nos mata en tres días, mejor prometerle otra cosa — Es que a este muchacho no le gustan las cosas normales, siempre anda buscando adrenalina, no entiendo, yo soy así, tu tampoco lo eras, y Emma... ella es un