Los enamorados tenían sus manos puestas sobre los barrotes y una sobre la otra, parecían protagonistas de una película de romance en la que pasaban por una desgracia

Pablo Cevallos, todavía tenía sus dudas con respecto al abogado, debía conocerlo mejor para dar su visto bueno

Lizandro De Luca, llegó a darles información del caso, traía unas no muy buenas nuevas

— Buenas noches a todos, Adriano, los abogados de la familia Sotomayor, ya han venido a ratificar la denuncia y efectivamente, se te va a acusar de intento de asesinato

— ¡Pero eso es ridículo, fue una pelea justa! ese tipo es un cobarde, mira que hacer esto por qué perdió la pelea

— No lo vamos a dejar que se salga con la suya, te voy a sacar de aquí, los Sotomayor, están moviendo sus influencias para que te den sentencia, pero ni en su más retomo sueño voy a permitir que mi único hijo se quede en prisión

— Te vamos a sacar, Adriano, ya sea por las buenas o por las malas, pero tú no te quedas aquí

— Tu siempr