El mediodía llegó, y las madres se apresuraron a ir a recoger a sus hijos en los lujosos coches y algunas con mucha seguridad para protegerlas Mientras tanto en la mansión Madrigal, los Sorrento, antiguos socios de Deeguel, habían llegado a ver a Ulises, ellos estaban interesados en derrocar al Rey Black, y quedarse con algunos territorios y negocios Fueron pasados al despacho donde ya eran esperados — Los Sorrento, por favor, tomen asiento, ¿si están aquí me imagino es por qué ya no tienen negocios con el Cartel del Golfo? — Así es, en el velorio del Rey Black, su pequeño hijo nos mandó al diablo diciendo que él era el único heredero y que no debía darle cuentas a nadie de lo que le pertenecía por herencia de su padre, eso y que hicieron socios mayoritarios a unos mafiosos griegos, ese bastardo nos la jugó incluso muerto — el italiano estaba muy molesto — Bueno, ¿y que harías si te dijera que todavía puedes vengarte de ese hijo de puta? — Necesitaría llegar al infierno p
El asistente Bernardo, se instaló en el edificio donde en adelante estarían las oficinas de su CEO, el asistente Alexis, hizo lo mismo en el segundo nivel y Peter, quien siempre estaba a muchos pasos adelante, ya estaba instalado en el tercer piso — Esa tarde en particular, el edificio estaba bastante concurrido, Bernando, estaba contratando mucho personal para dejar habitada la casa, lo principal era una decoradora de interiores que se encargaría de darle belleza, elegancia y buen gusto a la villa Los trabajadores acomodaban camas, clóset, las modernas cocinas, los costosos muebles de la sala de estar, para los cuadros ya los señores tendrían que ir a una subasta y elegirlos a su gusto Alexis,por su parte, tenía a más de veinte personas trabajando en la residencia de su Alfa, tenían que dejar listas tres recamaras más además de la alcoba conyugal, y una extra para el bebé que venía en camino, pronto todo estaba tomando un buen rumbo, al caer la noche ya tenían prácticamente t
Al día siguiente por la tarde, ya Drago y Andrés se miraban de la mansión Black, los primos estaban acordando hacer pijamadas pronto para no extrañarse tanto, se habían acostumbrado a hacer todo juntos después de la escuela, tareas, juegos y cenar todos juntos — Alessandro, acepta este cheque por todas las molestias que les hemos dado, es lo menos que podemos hacer para agradecerles — Drago extendió la mano hacia su cuñado — No me ofendas así, ¿acaso me consideras tan miserable? — Acéptalo, Alessandro, y también el mío, no quiero que se vaya a decir que vivimos a tus costillas cuando llegamos aquí — Andrés también tenía un cheque listo — No voy a aceptar nada, fue toda una experiencia vivir bajo el mismo techo que tantos niños, llanto por aquí, berrinches por allá, en verdad fue una de las mejores experiencias, y para mis hijos también, ya no digo de Dariana, mi mujer se sintió acompañada y en familia con ustedes aquí, me ayudaron a hacer el proceso de mudarnos a otro país,
Al día siguiente, las esposas estaban bastante frías con sus maridos, no les preguntaron si querían café o jugo, o huevos revueltos, o panqueques, ni acomodaron sus corbatas seguidas de un beso, tampoco quisieron que las acompañaran a la escuela a llevar a los niños En la compañía Altamirano, estaban teniendo las juntas, Deeguel, Dante y Joshua, llegaban con ojeras, además estaban bostezo y bostezo, para su sorpresa, el CEO Altamirano estaba en la misma situación — Pero que mala noche he pasado, Ana Sofia, me dijo tacaño, dijo que no su parto ni nuestro hijo tenían un valor considerable para mí, pero todo es culpa de ese CEO Black, y su derroche En ese momento Drago y Andrés, estaban llegando a la sala de juntas, ellos venían en las mismas condiciones, desvelados y ojerosos — Buenos días a todos, ¿pero qué rayos les pasó? parecen un grupo de mapaches perdidos, seguro se la pasaron haciendo el amor con sus esposas, son unos picarones — Alessandro, había amanecido de muy bue
Alejandra, estaba impresionada con el gran detalle que su esposo tuvo con ella, estaba casi saltando en la alfombra de su habitación, hizo un pequeño baile moviendo las caderas, uno que el travieso Emill, estaba grabando, ella se veía hermosa — ¿Quién anda ahí? — Soy yo, mamá, ¿por qué estás tan contenta? — !Ven aquí, baila conmigo! sucede que papá, habido tan generoso de darme cien millones de pesos por el bebé que va a nacer El niño bailaba un poco con su madre, era tan adorable de ver — ¿Y por mi que te dió? yo también soy tu hijo, tú consentido, el más apuesto — Eh... solo me dió lo de un solo niño, quizás a Kara le de lo de tu nacimiento, no lo sé, tu padre es muy impredecible — Oh no, no soy un niño invisible, también soy tu hijo, le llamaré Mientras tanto en los celulares de las esposas llegaban notificaciones de que estaban llegando a sus cuentas personales, cantidades enormes de dinero Carolina Vittali de Ferreti, recicina de subesposnDante, doscientos
— Bernardo, deja todo lo que estás haciendo, te enviaré un número, quiero dos fideicomisos con los mejores términos para mis hijos y otro para el bebé que viene, lo quiero para ayer, apresúrate — Drago, ya se había puesto manos a la obra — Alexis, te enviaré un número, quiero los mejores fideicomisos para mis tres hijos y el bebé, necesito que le des prioridad a ese asunto, de eso depende que Casy, no me eche de la alcoba, con lo que me gusta dormir abrazado a ella, y la frescura de las alcochonadas almohadas, no puedo permitir que me expulsen — Delo por hecho jefe, yo me encargo — Respondió el entrajado Alexis, él se encontraba en la oficina escribiendo un memorándum en su laptop En la mansión Alcántara, Cassandra, jugaba con sus hijos en la sala de estar, se habían enterado de los fideicomisos por qué en el grupo de las esposas, estaban hablando del futuro de los niños y que deberían estar protegidos por si algo salía mal — Papá, mamá está hablando sola, ella dice, Andrés d
El tiempo pasó entre escuela, actividades, negocios, y la guerra que ya estaba por explotar entre los peligrosos cárteles de mafia, el día del parto de la hija de Dante Ferreti y Carolina Vittali, habia llegado — ¡Querida, solo un poco más, ya casi nace el bebé! — Duele mucho, Dante, ya fue mucho tiempo que estoy en trabajo de parto, pero no sale, no puedo más — Carolina, lloraba de dolor y desesperación, cada minuto que pasaba le desgarraba las entrañas — Mí amor, lamento tanto que tengas que soportar tanto dolor, daría lo que fuera por ser yo quien pasara por este horrible dolor, pero no se puede Carolina, tienes que ser fuerte y hacer nacer a la bebé — El mafioso, secaba el sudor de la frente de su amada, tenía ya diez horas desde que se le reventó la fuente y el agua corrió por sus piernas, al principio solo se sentían cólicos soportables, pero conforme pasaban las horas, fueron arreciando y mucho — ¡Puje señora Ferreti, ya se puede ver la cabeza de la niña, debe dar un
Los socios y sus esposas se retiraron del hospital, dejaran que esa noche solo la familia más cercana se quedará a esperar a Carolina y al bebé, no querían molestar, Pero sin duda regresarían al día siguiente a visitarlas — Papá, mamá, señores Vittali, acompañenme a la habitación donde llevarán a Carolina, tenemos que estar ya ahí — Dante llevó al tercer piso a sus padres y sus suegros, para ese momento ya estaba todo cuidado por guardaespaldas, desde afuera hacia adentro, unos muy notorios y otros camuflajeados como civiles, la seguridad la habían puesto Deeguel y Joshua, ellos estaban encargados de cuidarle las espaldas a los recién padres La enfermera llegó con un bulto pequeño envuelto en una acogedora sábana rosa, la niña tenía los ojos abiertos y se chupaba la mano — Señor Ferreti, la niña en sus primeras revisiones está bien, sostengala, al parecer está por darle hambre, iré por un biberón, en seguida regreso Dante descubrió un poco a la bebé, ella era realmente herm