Una vez que Nami, se vistió, salió del cuarto de baño, Jhonatan, estaba sentado en uno de los sofás, apenas lo vió venir, tan atractivo con ese traje ajustado al cuerpo, en el cabello llevaba una cometa baja, sus bellos ojos maquillados y esa mirada penetrante, hechizaron al mano derecha en el mismo instante que llegó a la sala de estar

Nami, por su parte contemplaba al apuesto hombre de tez clara, ojos verdes y cuerpo definido, lo podía ver por debajo de ese traje azul que llevaba puesto

— Ya estoy listo, está es la primera vez que uso un traje, no es un atuendo muy acorde a mi cultura, ¿qué tal se me vé? ¿me queda bien?

El traje en un azul diferente al suyo, Jhonatan, pudo admirar el pecho que sobresalía de la camisa desabotonada del Egipcio, a un maniquí no le hubiese quedado mejor el traje

— Está bien, ¿pero tienes que llevar la camisa abierta? — el mafioso enarcó una ceja

— Solo son los dos botones de arriba, estás siendo exagerado, mejor apresuremonos, necesito ver