La expresión en el rostro del CEO, no era nada amigable, en estos momentos no se explicaba como había llegado a querer a esa mujer tan superficial y vana, una que no supo querer ni siquiera a su propio hijo

— Vámonos, el jefe ya dejó claro que no eres bienvenida en la mansión — Jhonatan, tomó por el brazo a Kara, para sacarla del despacho, pero ella se resistió

— ¡No voy a irme así, buen trabajo Deeguel, envenenaste el corazón de mi hijo en mi contra, ahora dice que quiere más a esa zorra que a mí, ya estarás contento, como te dejé, con eso te vengaste! pero entiéndeme, estaba abrumada por toda la carga que se me vino encima, pero he madurado y no soy la misma, no me separes de mi hijo, te lo suplico — Kara, lloraba inconsolable

Para Emill, siendo tan pequeño, el ver a su madre llorar así, le dolió, entonces él comenzó a llorar más fuerte, que hijo no sufre al ver llorar a su madre, el niño no era la excepción

— Papá, no la eches a los leones, ella me cargó en su barriga, no puedes