Esa mañana más tarde, las dos lunas paseaban por el enorme jardín con sus cachorros, los sacaron a tomar el sol, ambos estaban despiertos y hacían ruiditos adorables, Darío y Pierre, eran bastante pesados, siendo cachorros de Alfas eran un poco más grandes que un cachorro normal Los Alfas alcanzaron a sus lunas, después de una reunión, el despiadado Alfa Igor Romanov, seguía haciéndo de las suyas y era imperativo detenerlo — Ven acá cachorro, ven con papá, — Damiano Volkov, le quitaba de los brazos a su hijo a Evelyn — Que bueno que llegas, el cachorro pesa mucho, está hecho para que solo tú lo puedas cargar — Mi hermoso cachorro, cada día estás más fuerte, y más grande — Era un poco extraño ver al apuesto lobo siendo padre, el Alfa, era tan sensual, tan atractivo, fuerte y perfecto — ¿Y qué dices de mi cachorro? Pierre, es muy hermoso también, fuerte y rudo como yo — Por supuesto Drako, mi sobrino también es muy apuesto, es un Volkov, ¿cómo no lo sería? De pronto e
El perverso lobo rival no podía hablar como podía él Alfa Drako, en su forma de lobo, solo entrecerró su mirada y avanzó hasta el gran lobo negro Ellos se saltaron encima enterrándose las garras, hiriéndose, ninguno de los dos retrocedía, el Alfa no olvidaba como intentó abusar de su luna y que aunque había logrado escapar aquel día, hoy no se lo permitiría Treyo, lo retaba con la mirada y su postura aunque ya sangraba, Drako, también estaba herido, su rival era experto en la batalla y no había perdido ni una sola, pero se demostraría quien era el mejor en esta lucha — Lu, ¿Necesitas ayuda? — Lebran, que era más grande que su tercer hermano, llegaba a ofrecer su ayuda, podía oler la sangre de Lu, en el aire — Gracias pero no, a este lobo arrogante lo voy a matar yo, lo voy a enviar al infierno a que pague por todas las vidas de nuestros hermanos que cobró, todos esos inocentes merecen tener justicia — Se escuchaba la voz de ultratumba que provenía del Alfa, después siguió c
El vampiro estuvo revisando con cuidado los órganos internos de la loba, por fortuna no estaban dañados, pero tenía una fuerte infección que la estaba afectando — Nicolay, administrale antibióticos de alto espectro, no podemos dejar que se nos vaya, de prisa y también para el dolor, si despierta el dolor va a ser muy fuerte — Enseguida, amo, por fortuna usted la está ayudando, ella se va a poner bien Luciano, suturó el estómago de la loba, lavó cada herida de su cuerpo desinfectando todo y poniendo el medicamento indicado, ella ya había quedado descansando en la habitación, salieron de ahí con la consigna de regresar más tarde, pero apenas comenzaron a bajar las escaleras, se encontraron con una muy mala escena Los Alfas habían llegado, ellos no estaban ya en su forma de lobo, eran de nuevo atractivos humanos, todos ellos estaban heridos, pero más aún el segundo hermano Las lunas, bajaron a toda prisa las escaleras, poco les importó que estuvieran convalecientes y en rep
Luciano, puso sobre la cama el botiquín de primeros auxilios que llevaba en las manos, comenzó a sacar lo que llevaba y pronto ya estaba dando suturas al lobo — ¡Hey... podrías ser más cuidadoso, pareciera que estás cociendo a un perro! — No veo la diferencia, todos ustedes son perros pulgosos — ¡Nosotros no tenemos pulgas, infeliz, a diferencia de ti que eres como un zombie, eres un no vivo, no te corre sangre caliente por las venas como a nosotros — ¿Oh, eso? está sobrevalorado, nunca tengo frío, no me desangro, soy afortunado — Decía el vampiro mientras seguía revisando el perfecto cuerpo del tercer hermano — ¿Me estás viendo con morbo, eh? eres un pervertido, vampiro — Estás delirando, solo te estoy revisando como médico no tienes nada de extraordinario, lobo — Pero claro que sí, ¿ya viste el tamaño de mi polla? estás que te mueres de envidia, no lo niegues El Rey de los vampiros, rodó los ojos ante el comentario del licántropo — Eres muy presumido, lobo, fa
La lunas paseaban a sus cachorros en brazos, sus Alfas, no se separaban de ellos, Drako y Damiano, eran inmensamente felices al lado de sus parejas destinadas, Angelo, también paseaba por el jardín, quería conocer más a Dominic, hacerle saber que él estaba ahí para ella, que la cuidaría y la protegería, Pero sobre todo que la amaría hasta el final de sus días y más allá de la eternidad — Dominic, hoy mismo partiremos al territorio Dark Moon, al castillo Volkov, para ser preciso, es un hecho que tú vendrás conmigo, que no te vas a separar de mí, verás que seremos muy felices allá, Pero aún así, aún amándote y esperando que me ames de la misma forma, quiero saber que opinas, ¿vendrás conmigo? — El Alfa, guardó silencio y miró fijamente a su luna, esperando su respuesta — Angelo, soy un vampiro, ¿cómo piensas que voy a vivir entre lobos? eso es antinatural, no sé si me sentiría bien en ti manada — Entiendo, ¿Qué te parece si elegimos un lugar neutral y nos vamos a vivir por un
Esa noche los Alfas regresaron a la manada Dark Moon, dos de ellos con sus lunas, cosa que era increíble, habían pasado siglos buscándolas y ahora las tenían consigo — El Alfa Damiano, sentía nostalgia al despedir a sus hermanos, todavía no podía volver con ellos, pero esperaba hacerlo pronto, no dejaba de extrañar su hogar, solo que tenía cosas que resolver primero El cachorro Darío, estaba algo inquieto, parecía incómodo y lloraba más de lo normal, lo único que lo calmaba era tomar leche del pezón de su madre, pero si lo quitaban volvía a llorar de nuevo — ¿Qué te pasa, pequeño? tú no eres así, no has parado de llorar, ya tienes los ojos hinchados, ¿te duele algo? — Lobo, el cachorro no habla todavía, no va a responderte, lo que si es muy extraño que llore así, es verdad que es un lobezno llorón, pero no tanto — Lo sé, pero no he escuchado que los lobeznos se enfermen de la nada, algo le pasa a Darío, el problema es que no se que pueda ser, solo quiere estar pegado a
seis meses después, el cachorro ya era un lobezno más grande y hermoso, balbuceaba mucho más, incluso decía papá y mamá, agua y algunas otras palabras sencillas, estaba regordeto, sus ojos azules bellísimos resaltaban en su rostro El lobezno se encontraba en su cuna, jugaba con unas sonajas, cochecitos y con su lobo de peluche negro, ese era su preferido, lo abrazaba y lo besaba llenándolo de baba, el padre entró provocando la euforia de su hijo — ¡Pa...pá! — Mi hermoso cachorro, ven aquí, ven con papá! hoy hace un día soleado y agradable, vamos a dar un paseo por el jardín — Darío, le alzó los brazos a su padre, el Alfa, lo cubrió bien con un entero de peluche grueso, gorro con orejeras y guantes, para salir, el rey lobo y su cachorro, admiraban el blanco paisaje, el lobezno reía alegre, su naricita estaba roja — ¡Pa... pá... besho...! — Quieres beso de papá, ¿Eh? — El Alfa daba muchos besos en el cachete a su cachorrito, ese día viajarían al pueblo en donde Evelyn, hab
El carruaje llegó al límite de la manada luna roja, los centinelas se acercaron para ver quienes eran y que era lo que querían exactamente — Identifiquense, ¿Qué es lo que quieren en este territorio? no pueden pasar si no están invitados por nuestro rey, además... — Los lobos, comenzaron a olfatear al vampiro, su enemigo natural de siempre, lo que los puso muy alerta — ¿Un vampiro? ¡si intentas algo te vamos a exterminar, váyanse de aquí! — Los centinelas ya estaban mostrando los colmillos — Tranquilos, soy el Alfa Damiano Volkov, vamos de camino pero necesitamos descansar, mi cachorro ya está incómodo y cansado, el vampiro viene conmigo y es inofensivo, avísale a tu Alfa que estoy aquí A regañadientes los centinelas avisaron a su Alfa, cuando supo de quién se trataba y sin sabiendo que un vampiro venia con él, autorizó que pasara a su pacifico territorio, el carruaje avanzó hasta llegar a la enorme villa del rey Damiano, bajó del carruaje para saludar y mostrar que venía