Freya no sabía que estaba otra vez en las búsquedas de tendencias por la noche. Aunque fue brevemente, muchas personas lo habían visto, incluyendo Heidi y Nathan.

En el comedor esa noche.

Justo cuando Heidi y Nathan terminaron de cenar, el secretario les entregó una pila de documentos. “Los rumores de que la Señorita Lynch está teniendo una vida afortunada que han estado circulando en línea provienen de esta dirección. Después de investigarlo, descubrí que la persona es el ex asistente del tercer discípulo del famoso Maestro Jukes en Canberra”.

“¿Maestro Jukes?”. Nathan frunció el ceño. El nombre le resultaba familiar.

Muchas familias ricas de Canberra tenían conexiones con Alfred Jukes en privado. Se decía que era un experto en la adivinación.

Aunque Nathan no creía del todo en esas cosas, aún así preguntaría sobre asuntos relacionados con la seguridad y el matrimonio, teniendo en cuenta que había tenido un puesto de alto nivel en los últimos años.

Hace un par de años, Alfred vi