Viendo la herida en los labios de Chester y luego la herida y la sangre en la boca de Eliza, todo el mundo con un ojo agudo podría darse cuenta de lo que pasó.

"No es necesario, puedes irte". Chester vio el cuerpo blanco como la nieve de Eliza y lo bloqueó con su propio cuerpo. No quería que otros hombres la vieran así.

Aunque él sabía que la otra persona era un médico, estaba subconscientemente reacio.

El médico de guardia hizo una pausa y apretó los labios un poco exasperado, y salió con tacto.

Después de que Chester cosiera la herida de Eliza, ésta seguía inconsciente. Sin embargo, pudo ver que ella estaba muy incómoda. Las cejas de ella estaban fruncidas fuertemente.

Sus rasgos faciales eran en realidad muy delicados y limpios, pero fue el odio en su rostro lo que sorprendió a Chester.

Después de pedirle a la enfermera que la llevara a su sala, él regresó a su oficina.

Se sentó en su silla y encendió un cigarrillo. El cigarrillo estaba manchado con la sangre de sus labios, y