Dejamos el tema delicado a un lado, y la seriedad se esfumó como si nunca hubiera existido en primer lugar. Me llevó a desayunar a un lugar selecto en el hotel, solo nosotros dos en toda la terraza. La vista era espectacular.
“Señorita,” el mesero llegó con un pequeño postre creado especialmente para mí. Estaba delicioso, un pastel de trufa de chocolate que se derrita en mi boca.
“Gracias, todo estuvo estupendo.”
Albert me respondió con una pequeña sonrisa, “ven.”
Se recargó en la silla y extendió su brazo con la mano abierta hacia mí. La tomé, y rápidamente, cambie de asiento. Ahora ya no estaba sola en esa pequeña silla, ahora me acompañaban unas piernas elegantes y fuertes, y un pecho que me volvía loca.
No tenía opción, la Universidad Imperio sería mi día a día después de hoy, no más Lina y sus suaves masajes a mi espalda a diario, no más comida deliciosa a cualquier hora del día, no más cenas con mis padres, al menos, no hasta que puede ir con ellos.Ahora no había más que libros, notas, clases, y miradas de alumnos clavadas en mi espalda y en mi voluptuoso trasero y pecho. Incluso ahora mismo las sentía, mientras subía al estrado del auditorio, sentía esas miradas llenas de deseo como si quisieran comerme. Desagradable.“Queridos y queridas, alumnos y alumnas de la Universidad Imperio, es un placer y honor, para mí ofrecer el primer discurso para los que inician su vida académica en esta magna institución&helli
[POV Sofía Lewis]La odio, mi nueva compañera de dormitorio es todo lo que yo puedo conocer como niña mimada de pálida piel, delicada y elegante, ojos azules y cabello negro largo y suave. Complejo de princesa, y eso es lo que era.Tiene a la administradora del edificio comiendo de su mano, tiene a los alumnos y alumnas cantándole frases de adulación, y tiene a un centenar de pretendientes que le hacen regalos a diario. Ni siquiera tiene que poner un dedo de esfuerzo para completar sus tareas, o tener al mejor equipo en los trabajos, le llueven.Sin embargo, no es por eso que la odio. Ya he visto a ese tipo de idiotas con complejo de princesa encerrada en torre. Aunque ella si era en realidad una princesa, hija de un Duque, se les dice princesas. Tiene toda la cara, además.&nbs
[Edén]“Quién es él?”Sofía me tomó de la mano, me arrimó a la pared y me atrapó entre sus brazos. Si no fuera porque no tengo interés romántico por ella, me sonrojaría. Después de todo, una rubia alta de ojos azules, y enormes pecho me está acorralando entre sus brazos. Tenía ganas de abrazarla y hundirme en sus montañas, para ver cómo reaccionaría, pero sabía que me iba a despedazar si lo hacía.“¡Habla!”Parecía a punto de estallar en curiosidad. No lo entiendo, ¿cómo es que no había visto a Albert desfilar por mi habitación hasta ahora?Hace algunas
“Ella es Sofía Lewis, mi compañera de cuarto,” mi hermano estaba fascinado. “Él es mi hermano, Jason Reid.” Sofía estaba perpleja. Los dos se veían mientras yo solo sonreía. Uno con la boca abierta, pensando en cómo responder, la otra a punto de suprimir su respiración y tratando de extender su mano. Dos días después del evento ‘Mira a mi novio desnudo en la sala de estar’ llevé a Sofía a mi privilegiado paraíso en la sala VIP del edificio de la escuela. Mi hermano me esperaría allí para llevarme a desayunar. La noche anterior acordamos vernos por un momento, pero yo tenía otros planes. [Jason: ¿tienes tiempo? ¿Quieres ir a desayunar juntos?] [Edén: Okay, llevaré a alguien más.] [Jason: ¿Quién?]
“¿Qué le hiciste a Sofía?”“...” Mi idiota hermano mayor no pudo contener sus ansias de depredador al ver a la bella e inocente Sofía. Mi querida puesta en escena se arruinó por completo y todo por culpa de su pervertida mente. Nunca pensé que él fuera la clase de hombre que busca relaciones sin nada de tacto y de poca duración, pensaba que él era perfecto para Sofía. Los mismos ideales y pensamientos para aportar algo noble al futuro de la nación. Algo que me tenía sin cuidado.“Dime,” estábamos frente al departamento después de que Sofía me llamara con pánico en la voz y a punto de estallar de miedo.“No es nada,” él dijo con un sonrojo e
[POV Jason]La miré a los ojos, apenas podía contenerme de seguir adelante sin perder la cordura. Sus ojos hermosos y azules me guiaban a un paraíso. Sin embargo, sus pequeñas lagrimitas y sus suaves quejidos me retuvieron de convertirme en una bestia por completo.“Estarás bien,” le dije despacio al oído haciéndola temblar. Me encantaba ver cómo se dejaba llevar por mi voz y cómo su reacción era tan hermosa con cada gemido. Nunca pensé que llegaría tan lejos la primera vez que nos veíamos, me sentí terrible, pero sabía que esa era una oportunidad dorada de tenerla conmigo. De hacerla sentir que es mía y de nadie más.Estábamos sumidos en un profundo éxtasis después de varias veces en el suelo y en el sofá, y me preocupaba que Edén entrara en ese momento. Conociéndo el descaro de mi pequeña hermana, no dejaría pasar la oportunidad de burlarse de su hermano mayor. Ya veía en sus ojos que buscaba el momento perfecto para vengarse de mí, al igual que de nuestro padre. Al
Sebastián Landers, qué podía decir de alguien como él. Hermoso, gentil, generoso y con una sonrisa de ángel. Si no fuera porque ahora estoy comprometida con el hombre que el día de ayer me encerró en una sala de estudio a inspeccionar mi anatomía, ya me hubiera subido al asiento de atrás con este hombre.Sin embargo, había algo que no me gustaba de él, solo un ligero detalle, casi mínimo, pero no podía ser ignorado, era perfecto. Nadie puede ser tan perfecto, solo genera desconfianza, solo me da un poco de miedo extra. Algo debe ocultar en sus ojos, en su sonrisa que brilla como el sol. No puede ser el mejor en todo, algo…“Edén, ¿sabías que Sebastián es un chef magnífico? Casi del mismo calibre de su padre, ¿recuerdas el pastel que te encantó la última vez que visitaste a nuestros padres?”Lo amo.
No lo empujé, mis piernas estaban hechas gelatina, no tenía aire en los pulmones, y estaba ardiendo, no solo en furia, pero en tentación. Su mano me apretó mi esponjoso trasero bien entallado con la falda. Escuché murmullos y risitas alrededor y la vergüenza subió rápidamente a mis mejillas.“De… detente… ah…”Me volvió a besar y esta vez me cargó con sus brazos poderosos hacia su pecho. No tuve opción más que poner mis brazos alrededor de su cuello.“Eres un cretino,” le susurré cuando me bajó y ahora caminaba junto a mí con la mano en mi cintura.“Lo siento mi princesa, pero debo protegerte. ¿No recuerdas que soy tu fiel caballero?”“No es cierto,” traté de pisar su pie, pero él era muy rápido, “tú eres el villano.”“E