La chica puma resultó ser la unica hija del Alfa anterior. -Mi nombre es Alicia, Alfa. - Dijo mirando hacia el piso mientras me extendía las llaves de todos los vehículos del lugar. -Gracias, Alicia. Puedes ir con el resto de los pumas. - Dije arrojándole las llaves a Colin y al resto de las panteras. - Ustedes, tomen algún vehículo y vamos a su manada. Vi a Alicia desaparecer por el túnel y luego el sonido de un quejido captó mi atención. -Alfa. - Dijo la pantera que actualmente se encontraba llevándolo. - No se preocupe, somos nosotros, no debe moverse. Yo di los pocos pasos que nos separaban. -¡Esteban! ¡¿Estás bien?! ¡¿Necesitas algo?! -... oídos. - Gimió casi inmóvil en los brazos de una de sus panteras. -¿Qué? ¡¿Te duelen?! - Dije inclinándome sobre él para inspeccionar sus orejas. Eran bonitas. -Alfa, nuestro Alfa intenta decir que baje el volumen. Yo parpadeé. -Ah, seguro. Me aparté para que pudieran subir al auto y luego me metí en el asiento del c
Esteban. La observé salir de la habitación y suspiré. Joder, era bellísima. -¿Alfa? -Ve con ella, Colin. Eres el conductor designado hasta que vaya por ella. Asintió y abandonó la habitación después de ella. Mi manada aun se encontraba callada así que sonreí. -Bueno, supongo que ya no es un secreto. Ella es mi pareja. -¿Irá tras ella, Alfa? -Por supuesto, pero antes tenemos que tener una reunión de manada. ¿Alguien podría traerme comida? Muero de hambre. Durante la siguiente hora les hablé de todo lo que había estado pasando en los últimos meses y el cómo había terminado allí. Ellos guardaron silencio hasta que terminé. Descubrieron su cuello sumisamente. -Aceptamos a la hembra Alfa. - Dijeron todos. -Entonces, ¿Piensa cumplir con el contrato?- Preguntó una de las panteras con picardía. -Al pie de la letra. - Dije con una enorme sonrisa. - Dillón, dame un teléfono. Vamos a llamar al alcalde de cierto pueblito para comprar algunas tierras en el bosque. Des
También había estado hablando con mi manada, cosa extraña para decir, porque quería saber sus opiniones sobre una mudanza más permanente en el pueblo. Quizá comprar una de las pocas granjas abandonadas y adaptarlas para que todos pudieran vivir allí porque me negaba a vivir en el granero oscuro que habían llamado hogar. Nueva administración, nuevo hogar y todos felices. Mientras yo me encargaba de eso, ellos seguían como invitados en la manada del señor Linden. El tercer más grande cambio surgió cuando desperté tres días después del incidente de Esteban y me encontré con que un montón de camiones se estacionaban en la calle frente a mi casa. Solo era mi mala suerte el hecho de que el alcalde hubiera vendido una parte de nuestro bosque para hacer un centro comercial o alguna m****a. Mis mañanas consistían en martilleos sin fin y comida gratis. Si, la comida fue un medio de soborno para que no llamaramos al sheriff cada cinco minutos debido al ruido que hacían. El cuarto cambio e
Lilian. (Hace dos meses) -No tenemos muchas opciones, hija mía. - Dijo papá con voz derrotada. - Solo el que consigas una pareja y abandones la manada te salvará cuando los pumas vengan a cobrar nuestra deuda. Apreté los puños con impotencia. Me negaba a aceptar que el abandonar a mi familia fuera la opción más viable. Todo había comenzado hace un año cuando tuvimos que mudar a la manada porque nuestras tierras fueron expropiadas por los humanos para construir una carretera. No teníamos un inmenso territorio, solo eran un par de hectáreas en las que vivíamos pacíficamente los doce miembros de la manada. No teníamos negocios con los humanos. Vivíamos principalmente de la tierra, nuestro ganado y del trueque de algunas frutas y verduras a una manada de tigres cercana. (Irónico que nunca quisieron intercambiar otra cosa que no fuera parte de nuestras cosechas). Por esto mismo, nuestra manada no usaba ni necesitaba el dinero humano. La tierra proveía, ¿Por qué tendríamos
Lilian. Mi primer gran evento era mañana, decir que estaba nerviosa era poco. De alguna forma en los pasados meses había convencido a papá para que me diera el dinero restante del préstamo de los pumas para que pudiera invertirlo en este negocio. Mi hermano no había estado de acuerdo, pero cambió de opinión cuando le expliqué por horas el funcionamiento de un salón de eventos. -El plan es bueno, pero no creo que podamos conseguir el dinero que nos falta y reponer el que necesecitaríamos para poner en marcha el nuevo negocio. - Dijo frunciendo el ceño. - ¿Estás dispuesta a tomar el riesgo de ser llevada si esto fracasa? -Lo estoy.- Dije valientemente. Y así fue como me dió su consentimiento a regañadientes. Me había asegurado de que la lista de cosas por hacer estuviera en órden aunque no fuera muy buena dibujando. Si, tenía que dibujarlo porque no sabía leer ni escribir. No era algo que necesitara para cumplir mi función en la manada de regar nuestras cosechas y luego
Observé con horror a los humanos que comenzaban a babear mientras que los cambiaformas empezaban a desnudarse. -¿Qué demonios? - Murmuró Duncan a mi lado. Él se había ofrecido a ayudar en la cocina y estaba a punto de salir con una nueva charola llena de platos cuando se detuvo frente a mí. Que comenzara una ronda de sexo frente a él parecía demasiado fuerte para su mente humana y casi me compadecí de él. Casi, porque en este momento mi prioridad no era su frágil mente, los humanos que se ahogaban en sus sopas o los cambiaformas que comenzaban a tomar las mesas como camas, sino el olor a hembra entrando en celo que cubría el lugar. Eran malas, muy malas noticias para mí al ser una were felina como ellos porque si seguía aquí parada como idiota aspirándolo, yo misma entraría en celo. Al ser mi celo en este lugar, era bastante probable que quedara embarazada ya que no podría luchar contra mi instinto... ni con el de todos esos pumas cuando se den cuenta de que hay otra chic
Duncan. Cuando Lilian salió de la cocina parecía muy perturbada. Y no creía que fuera por toda la gente desnuda en el salón. Quizá en otro tiempo yo mismo estuviera confundido al respecto, pero desde que Stella y Megan se habían estrellado en mi vida, una boda convertida en orgía no era tan impresionante como estar cómodamente sentado en el sillón cuando de pronto un vampiro aparece. Creo que ya me había blindado contra las cosas extrañas. Lo primero que hice antes de seguir a Lilian fue dejar la charola que llevaba en brazos en alguna superficie al azar y luego correr hacia el camarógrafo que se la estaba pasando en grande. -Dame la cinta, por favor. - Dije poniendo mi mejor voz profunda. El tipo giró su cabeza y me miró arqueando una ceja. -Escucha amigo, yo he sido contratado para grabar absolutamente todo lo que ocurra en esta fiesta. No me moveré hasta que termine el evento. Soy profesional, ¿Sabes? Lo miré como si estuviera loco. -¡Esto dejó de ser material pa
Lilian.El pequeño viajecito no solicitado entre sus brazos tomó las pocas fuerzas que me quedaban. Me disculpé con el chico porque, bueno, parecía ser una buena persona. No lo conocía lo suficiente, así que también era posible que el tipo solo me quisiera subir a su auto y llevarnos a algún sitio apartado para hacer... no lo sé. ¿Cosas sucias? ¿Cosas de psicópatas? Esperaba que ésto último no fuera el caso. Como sea, mi celo gracias a su intervención ya no era opcional. ¿No sería justo que fuera él quien lo sacara de mi sistema? Además, estaba segura de que podría manejar a un humano durante mi celo. Al menos él no me podría obligar a estar en mi forma animal para que me pudiera montar y morder salvajemente a placer. Si... yo no volvería a hacer eso. Había sido sangriento. Sin embargo con un humano... podría experimentar las relaciones sexuales sin dolor. Rezaba por ello. Así que sintiéndome absolutamente culpable lo mordí con fuerza en el cuello para transmitirle u