Él comenzó a correr conmigo en brazos mucho antes de que quitara mis dientes de su cuello. La adrenalina bombeaba fuertemente por mis venas. El tranquilo bosque ahora era iluminado por las llamas del aparatoso "accidente". Él esquivaba raices y ramas bajas a nuestro paso endemoniado por el lugar. Seguía sin saber qué era lo que estaba pasando y eso sumado a la locura de toda esta noche estaba crispando mis nervios. Me aferré a él con ambos brazos y cerré los ojos deseando que ésto fuera una pesadilla. Finalmente me tranquilicé lo suficiente como para decir una frase coherente cuando él nos escondió detrás de el grueso tronco de un árbol. -¿Ya puedes decirme por qué estamos huyendo de algunos pumas? -Puedo, pero preferiría hacerlo cuando estemos en un sitio seguro. - Dijo mirando brevemente hacia atrás de nuestro escondite. - Es una larga historia y, de hecho, no quisiera involucrarte en esto. -Creo que es un poco tarde para "no querer involucrarme". - Murmuré con incredulidad
-Tan bien como se me da volar. - Dije abrazando mi cuerpo. Tenía mucho frío, mis dientes habían comenzado a castañear minutos antes. Él me miró fijamente hasta que le regresé la mirada. -No he escuchado los pasos de nuestros perseguidores en kilómetros, pero eso quizá se deba a que tomamos algunos minutos de ventaja mientras se organizaban para seguir nuestro rastro. Es peligroso no seguirnos moviendo porque el ruido del agua es demasiado fuerte al estar tan cerca de esa cascada y me temo que no podré oir a nuestros enemigos llegar. -Suena encantador. - Murmuré apretando los dientes. - Y me preguntas por mis habilidades de alpinista por qué... -Porque escalaremos la cascada. Mis cejas se elevaron. -¿No sería más rápido y menos peligroso solo rodear la cosa y buscar otro camino para seguir la corriente del agua? -Si, pero eso dejaría tu encantador aroma por todo el lugar. Son pistas que no dudarán en seguir para encontrarnos. Yo fruncí el ceño. -¿Por qué solo mi aroma? ¿Acaso e
-¿A qué te refieres con emparejamiento? - Pregunté acurrucándome aun más profundo en su pecho. Él hizo un sonido parecido a un ronroneo que me sacó una sonrisa.-Bueno, esa parte fue recientemente descubierta. - Dijo después de un suspiro. - El anterior Alfa era adicto a los casinos humanos. Hasta donde sabía, solo les había pedido prestado un montón de dinero a los pumas; sin embargo, al revisar detalladamente los documentos sobre el monto total de la deuda, me percaté de que había una claúsula extraña que seguramente no leyó el idiota: Si no les devolvía el dinero en un año, ellos iban a tomar posesión de sus negocios y además demandarían un emparejamiento para tener el control de mi manada.Yo parpadeé.-Eso suena mal. - Dije sin saber qué más decirle. - ¿Tienen allgún tribunal o algo para llevarlo ante la justicia?-¿Al anterior Alfa?- Yo asentí. - No. Nosotros creemos más en la justicia con nuestras propias garras. Murió hace ya algún tiempo y yo asumí el mando.-Espero que al me
-¿Pasará pronto?-No. Solo pasará después de que tome a una hembra; una sola vez y las hormonas desaparecerán de mi sistema.Me recosté suavemente en la tierra a su lado.-¿Nada de una salvaje noche de luna llena para ti?-Diferente especie. Nuestras hembras solo entran en celo para intentar procrear con cuantos machos pueda si no se encuentra emparejada. El hecho de que las hormonas dejen de afectarnos cuando el acto concluya es para darle oportunidad al siguiente macho y evitar un derramamiento de sangre.-Sin ganas de seguir follando, el chico no peleará contra el siguiente en la fila por tomar otro trozo del pastel, lo tengo. - Dije distraída. - Entonces, ¿Buscarás a alguna chica de tu manada para aliviarte?Por alguna razón, esa posibilidad me hacía sentir extraña. ¿Qué mierda me sucedía? Yo no era de las chicas que ya se sentían dueñas de un hombre después de solo besarlo.-No. Rentaré algún cuarto de hotel y me daré una ducha helada. Pasará en algún punto si yo... uh... me ayud
Emergimos del agua y enseguida me sujeté a él con todas mis fuerzas.Me había preguntado si podía aguantar la respiración, nunca preguntó si es que sabía nadar.No lo hacía, así que el grito aterrado que cubrió con una de sus manos había salido de lo más profundo de mi pecho.Escupí el agua que había tragado mientras él nadaba velozmente hacia un sitio en donde la profundidad del agua no fuera un problema.-Lo siento, no hay tiempo para que te vuelvas a poner tierra encima. Sujétate fuertemente.¿Acaso no sentía mi abrazo de boa constrictor?De alguna forma el hombre comenzó a correr dentro del agua de manera muy rápida. Quizá incluso más rápido que cuando llegamos hasta aquí. pero no presté mucha atención a eso.A pesar de ese baño helado, seguía sintiéndome sofocada. Un extraño calor comenzaba a recorrer mi cuerpo.-Aguanta un poco más, principessa. De pronto se detuvo abruptamente y comenzó a gruñir.-No me extraña que huyeras, "Alfa". - Dijo una voz frente a nosotros.Ni siqui
Él me aseguró que estaba bien y que esa no era su sangre, pero no estaba convencida así que lo mandé a sumergirse en el río mientras yo cerraba los ojos. ¿Cómo m****a había terminado así? Estaba en mi límite y no hablaba de mi cordura. Desgarré el dobladillo de mi vestido y tomé un gran trozo. De todas formas esto iría directamente a la basura. -Vamos, aun hay pumas buscándonos en el bosque. - Dijo a mi lado antes de cargarme y comenzar a correr. -Avísame cuando pueda volver a hablar. - Murmuré antes de apretar los ojos y y morder el trozo de mi vestido con fuerza. A este punto yo solo quería salir de aquí y dejar atrás a los pumas que querían un pedazo de mí y no entendía muy bien el por qué. Pocos minutos después, el dolor se transformó en hipersensibilidad. Hasta el viento tocando mi piel era como sentir mil agujas por todo el cuerpo. Comencé a sudar y a gemir incontrolablemente. Solo quería que parara. -... tu permiso. Abrí mis ojos nublados por el dolor y miré el perfil
-Botiquin. - Dijo con su agitada respiración.-Detrás del espejo. - Murmuré sin despegar mis ojos de él.Él salió lentamente de la regadera y por un segundo el chorro de agua me hizo cerrar los ojos. Cuando los volví a abrir, la apertura de la regadera me permitió ver su cuerpo completo frente al espejo.Chillé.-¡Mierda, Esteban! Estiré mi mano para cerrar la perilla del agua y tomé la unica toalla disponible para salir a toda prisa.Él se encontraba ya tratando de poner antiséptico a una muy fea herida en su pierna. El resto de su cuerpo parecía haber sido utilizado como mordedera.-Tranquila, solo mi herida en la pierna es profunda. - Dijo con un siseo. - Las demás se curarán en un par de horas por sí solas.-Dame eso. - Dije quitándole el trozo de algodón que estaba usando. También le quité de sus manos el frasco y directamente lo vertí en su herida. Gruñó, pero a la mierda, esto no se curaría con unos suaves toques. - Necesitas ver a un doctor, creo que unos puntos estarían...M
Su pene no tenía espinas como el de los gatos, lo que era una preocupación menos para lo que planeaba hacer.El primer toque de mi lengua hizo que diera un pequeño respingo antes de hacer algo muy parecido a un maullido con la garganta.-Principessa, no tienes que...-Lo sé. - Dije antes de abrir por completo mi boca y tratar de que al menos un trozo de todo eso entrara a mi boca.No sé quién de los dos estuvo más sorprendido cuando, ni diez segundos después, comencé a ahogarme con la repentina salida de su esencia.-Lo siento. - Dijo con algo parecido a un rubor mientras yo parpadeaba. - Yo... tú... bueno, yo nunca... Comencé a reír divertida antes de volver a bajar mi cabeza y recorrer con mi lengua el tronco de su pene.-No importa. Haremos que eso pase de nuevo, gran gatito. - Dije cuando un repentino deseo por seguir se apoderó de mí. Era como si fuera una marioneta.Una sexual.Comenzó a balbucear palabras pero se detuvo en cuanto volví a tomarlo con mi boca.En segundos volvía