Julia luego de horas de caminar llega hasta la universidad, su auto aún está estacionado, sus pies ya estan prácticamente raspados, había olvidado por completo que estaba varada, ella lo abraza mientras se está lamentando en su mente, solo espera que aparezca Leo para gritarle en su cara que no lo ama, aunque sería una gran mentira, ya esa actitud fue el tope de todo e intentar de nuevo algo no lo va hacer, le va demostrar que si puede por eso lo mejor será que continúe intentándolo, una voz la deja quieta y ella pega un brinco inesperado. Levanta su cabeza con sus manos sobre su corazón, ella se da cuenta que es Ethan, su amigo de la universidad, eso la hace sentir mucho más incómoda y con ganas de querer escaparse de una vez, toda para no tenerlo tan cerca eso la hace recordar que aun con toda la grosería solo amara a Leo. —No puede ser ¿Te asuste? Julia esa intención no era precisamente la que yo tenía, solo quería ver una sonrisa, sabes que me gusta la manera tan bella en la que
La sonrisa de los labios de Ethan difícilmente desaparece, él siente una dicha que no pretende perder por nada en el mundo, ya que de algo le debe servir tener dinero, él llega hasta donde su amigo de la universidad todo lo hace como un gesto de agradecimiento, Ethan será capaz de cualquier cosa con tal de verla sonreír de nuevo, entiende muy bien que su compañía tal parece que si le agrada.—¡Hola! No podía dejar de agradecerle. —Ethan choca sus manos con uno de los amigos de la universidad, él cual tiene una risa entre sus labios.—Es la primera vez que te veo tan interesado en una mujer, aunque no puedo negar que Julia es muy bella, yo la verdad prefiero las chicas que son más extrovertidas —dice el amigo de Ethan, sin parar de reír.—Supongo que las cosas que se sienten de verdad son difíciles de ocultar, yo necesito que usted finja, así como me escucha, ella tal vez nunca lo ha visto, es decir aún no es el tiempo indicado para yo parecer su héroe, prefiero mantener un bajo perfil
Los días habían pasado y Leo nada que despertaba, pues los médicos lo habían estado sedando, pero el día de hoy no aplicarían nada, ya era hora que Leo despertara, así que el doctor dio órdenes precisas para no poner más sedantes en su suero.Por otro lado, hoy Ethan y soledad estaban sonriendo más que nunca, habían tenido una noche de pasión por el gran día que sería hoy, además que ya faltaba muy poco para que Maya llegará a la mansión Rossi, pues después de mucho planes Ethan decido que soledad volviera a la mansión para quitarle de una buena vez todo, Así que sería hoy cuando Maya se presentará en el hospital, cómo la tía abnegada y tierna, pues le haría saber a Leo que ella estuvo pendiente de Victoria durante todo este tiempo, lo cual era cierto, Soledad estaba intentando ganarse el amor de su hija, solo que está vez como su tía.Victoria pataleo, grito, pero en fin, ya estaba acostumbrado a ver a su tía en casa, y más por no tener razones de su papito, pero Soledad en medio de
Soledad corrió hacia donde estaba Leo, pero era demasiado tarde, Leo puso sus pies sobre el piso y ante esta colocarse de pie cayó fuertemente piso.Puso sus manos en el piso, e intentó ponerse de pie, solo que sus intentos eran en vano, sus piernas no le respondían—¡Noooo! Maldita sea, esto no me puede estar pasando a mí, ¡Nooooo!. —Leo grito hasta que su garganta desgarro de dolor, tanto que sus gritos se escuchan casi en todo el hospital.Leo Rossi siempre fue un hombre muy fuerte, pero ahora era débil, quien necesitaba de ayuda, por más que grito y golpeó el piso no vio ningún resultado.Soledad lo miraba totalmente petrificada, ella no imaginaba que Leo iba a reaccionar de tal forma, si lo hubiese sabido de seguro y no le dijera nada.Solo que Lucas estaba en la sala de espera y no descansaría hasta que soledad le contará que ahora es un ser inservible.Los médicos y muchos pacientes escuchaban aterrados los gritos de dolor, así que un doctor corrió junto con una enfermera hacía
Precisamente es uno de esos días en los que Julia se siente bastante extraña, es una incomodidad de la cual no puede encontrar una explicación coherente, sólo sabe que debe cumplir con sus obligaciones, ya que es muy afortunada al encontrar a una mujer como Sofía, su jefe la cual es muy comprensiva, con ella las malas experiencias no tendrán la oportunidad ni de aparecerse.—Julia ¿Cómo le va? —Sofía saluda de un abrazo a Julia.—Bien… Permiso seguiré ya que hay bastantes cosas por hacer, esto parece que dentro de poco se caerá por todo el polvo que tiene encima. —Julia va caminando y se desestabiliza, perdiendo el equilibrio ella se sostiene de la pared, Sofía rápidamente va ayudarla.—Julia yo insisto es que no se ve bien, el tono de su piel parece un papel está bastante pálida, es cierto que usted fue contratada para trabajar, sin embargo, no puedo ser cruel quiero que entienda que yo no soy una mujer despiadada, me he tomado el atrevimiento de hablar con Margarita, ella me comentó
Julia se sienta sobre el sofá su mirada está perdida, la melancolía de nuevo se hizo presente hasta recordar todo lo que Leo lo hizo sentir, cerró los ojos imaginando sus manos recorriendo de nuevo su cuerpo, entiende que está dañada por todo el daño que le causó él, sin embargo, a quién le miente ella no ha podido olvidar esas manos recorriendo la esos ojos observándola y esa boca devorandola por completo.La respiración de Julia se agita porque cuerpo pide que vuelva a estar con él, su corazón lo imita pero su cerebro busca llevar la delantera y tener el control de todo esto. «Julia suspira, abre sus ojos y ve como Leo se acerca, con su mirada imponente, esa mirada que lo deja perplejo y que alcanza penetrar y hacer que ella se ponga por poco nerviosa.Julia va a pronunciar alguna palabra, pero Leo se adelantó, coloca su dedo índice sobre los labios de Julia y con un susurro él la sicea. Julia no puede creer la razón por la cual está cediendo ante él, tal vez es su contacto o quizá
Hoy Julia estaba radiante, pues después de lo que había pasado tenía un motivo más para vivir, pero sabía que era hora de pasar la página.Julia empacó todo lo que tenía en una maleta, sus sueños, ilusiones, deseos y el amor, un amor que seguía intacto tal y como la primera vez, pero su corazón estaba herido y debía darle tiempo al tiempo para sanar.Pero eso no le quitaba que sentía unas ganas tremendas de hacerle pagar todo a Leo, cómo bien dicen en juego largo hay desquite.Solo que Julia estaba muy lejos que Leo estaba empezando a pagar una a una cada humillación que le hizo, cada lágrima de dolor lo estaba pagando con creces.—Julia puedo pasar —dijo Sofía, tocando suavemente la puerta.—Por supuesto que puedes pasar, está es tu casa. —Julia caminó hacia la cama y se sentó mientras Sofía miraba todo, o más bien lo poco que tenía Julia en su maleta.—¿Y eso es todo lo que piensas llevar? —preguntó Sofía, Julia se giró y asintió.—No tengo nada más, Leo se encargó de quitarme absol
Leo no soportaba estar más atado a esa cama, necesitaba comprobarse a sí mismo que lo que le habían dicho era una gran mentira, así que quitó las cobijas de su cuerpo, con sus manos empujó su cuerpo hacia arriba para poder sentarse.En verdad fue difícil y maldijo, pero no sé daría por vencido, levanto sus piernas con ayuda de sus manos y las coloco sus piernas sobre el suelo, empuño sus manos y dejo salir un suspiro ahogado.Leo sabía que esto no lo derrumbaría, si se caía una vez, lo intentaría nuevamente, pero no sé daría por vencido, no ahora que estaba dispuesto a pedirle perdón a Julia, pero para ello, él debía estar fuerte y así lo sería.Suspiro fuerte y con ayuda de sus manos impulsó su cuerpo hacia arriba, pero sus piernas una vez más no le respondieron, y Leo cayó bruscamente al piso.—¡No!, ¡Maldición! —Los gritos de Leo eran desgarradores, pero Emma y Victoria ya se estaban acostumbrando, pues no era nada fácil.Pero no sé daría por vencido, ahora estaba más que convencid