Precisamente es uno de esos días en los que Julia se siente bastante extraña, es una incomodidad de la cual no puede encontrar una explicación coherente, sólo sabe que debe cumplir con sus obligaciones, ya que es muy afortunada al encontrar a una mujer como Sofía, su jefe la cual es muy comprensiva, con ella las malas experiencias no tendrán la oportunidad ni de aparecerse.—Julia ¿Cómo le va? —Sofía saluda de un abrazo a Julia.—Bien… Permiso seguiré ya que hay bastantes cosas por hacer, esto parece que dentro de poco se caerá por todo el polvo que tiene encima. —Julia va caminando y se desestabiliza, perdiendo el equilibrio ella se sostiene de la pared, Sofía rápidamente va ayudarla.—Julia yo insisto es que no se ve bien, el tono de su piel parece un papel está bastante pálida, es cierto que usted fue contratada para trabajar, sin embargo, no puedo ser cruel quiero que entienda que yo no soy una mujer despiadada, me he tomado el atrevimiento de hablar con Margarita, ella me comentó
Julia se sienta sobre el sofá su mirada está perdida, la melancolía de nuevo se hizo presente hasta recordar todo lo que Leo lo hizo sentir, cerró los ojos imaginando sus manos recorriendo de nuevo su cuerpo, entiende que está dañada por todo el daño que le causó él, sin embargo, a quién le miente ella no ha podido olvidar esas manos recorriendo la esos ojos observándola y esa boca devorandola por completo.La respiración de Julia se agita porque cuerpo pide que vuelva a estar con él, su corazón lo imita pero su cerebro busca llevar la delantera y tener el control de todo esto. «Julia suspira, abre sus ojos y ve como Leo se acerca, con su mirada imponente, esa mirada que lo deja perplejo y que alcanza penetrar y hacer que ella se ponga por poco nerviosa.Julia va a pronunciar alguna palabra, pero Leo se adelantó, coloca su dedo índice sobre los labios de Julia y con un susurro él la sicea. Julia no puede creer la razón por la cual está cediendo ante él, tal vez es su contacto o quizá
Hoy Julia estaba radiante, pues después de lo que había pasado tenía un motivo más para vivir, pero sabía que era hora de pasar la página.Julia empacó todo lo que tenía en una maleta, sus sueños, ilusiones, deseos y el amor, un amor que seguía intacto tal y como la primera vez, pero su corazón estaba herido y debía darle tiempo al tiempo para sanar.Pero eso no le quitaba que sentía unas ganas tremendas de hacerle pagar todo a Leo, cómo bien dicen en juego largo hay desquite.Solo que Julia estaba muy lejos que Leo estaba empezando a pagar una a una cada humillación que le hizo, cada lágrima de dolor lo estaba pagando con creces.—Julia puedo pasar —dijo Sofía, tocando suavemente la puerta.—Por supuesto que puedes pasar, está es tu casa. —Julia caminó hacia la cama y se sentó mientras Sofía miraba todo, o más bien lo poco que tenía Julia en su maleta.—¿Y eso es todo lo que piensas llevar? —preguntó Sofía, Julia se giró y asintió.—No tengo nada más, Leo se encargó de quitarme absol
Leo no soportaba estar más atado a esa cama, necesitaba comprobarse a sí mismo que lo que le habían dicho era una gran mentira, así que quitó las cobijas de su cuerpo, con sus manos empujó su cuerpo hacia arriba para poder sentarse.En verdad fue difícil y maldijo, pero no sé daría por vencido, levanto sus piernas con ayuda de sus manos y las coloco sus piernas sobre el suelo, empuño sus manos y dejo salir un suspiro ahogado.Leo sabía que esto no lo derrumbaría, si se caía una vez, lo intentaría nuevamente, pero no sé daría por vencido, no ahora que estaba dispuesto a pedirle perdón a Julia, pero para ello, él debía estar fuerte y así lo sería.Suspiro fuerte y con ayuda de sus manos impulsó su cuerpo hacia arriba, pero sus piernas una vez más no le respondieron, y Leo cayó bruscamente al piso.—¡No!, ¡Maldición! —Los gritos de Leo eran desgarradores, pero Emma y Victoria ya se estaban acostumbrando, pues no era nada fácil.Pero no sé daría por vencido, ahora estaba más que convencid
Julia siguió su camino por las frías calles, pues estaba por caer un fuerte aguacero, sus pasos se hicieron más grandes al sentir que alguien la seguía, o talvez eran impresiones suyas, pues al girar su cuerpo y tratar de buscar a alguien, no veía a nadie, solo su sombra, pero aun así seguía sintiendo que alguien la estaba siguiendo.Julia empezó a dar grandes zancadas al igual que Soledad, pues seguía paso a paso los movimientos de Julia, la quería lejos de la vida de Leo, pero para ello debía desaparecer la, así que ese era el momento y lugar preciso, pues no había nadie en las calles, además que había empezado a caer el segundo diluvio universal, y de seguro no habría nadie en las calles.Julia caminaba más y más rápido, se sentía en peligro y la verdad lo estaba, vio un taxi cruzando la calle así que salió corriendo para poder subir, pero lastimosamente el conductor del taxi no logró verla.Julia dejó salir un suspiro de derrota, pues tal vez era los nervios, pero aún seguía sinti
Está vez Soledad al ver que Lucas entró en aquella habitación corrió hacia la habitación a la cual le puso seguro, sabía que Lucas tramaba algo malo, y de eso no cabía la menor duda.Aunque nunca había entrado en aquella habitación, sabía muy bien que cada vez que Lucas entraba allí no era para nada bueno.Las manos de Soledad temblaban al igual que sus labios, aún no entendía por qué Lucas había cambiado tanto de la noche a la mañana, él no era así, en que momento se convirtió en ese monstruo, pero era algo que en ese momento no quería saber, solo quería huir de ahí, y volver al lugar de dónde nunca debió salir.Se sentó sobre el borde de la cama y marco a Leo, el talvez podría ayudarle después de todo él todavía creía que era su cuñada, por qué no ayudarle Pero Leo nunca respondió, ahora sí estaba completamente sola, se puso de pie y fue directo a la ventana, pues de pronto había una pequeña luz de escapar, pero como si vivían en un piso 10, cómo diablos iba a escapar de allí.Sus
Soledad abrió sus ojos, se sentía mareada, cansada e incluso quería estar muerta.Trato de moverse, pero no pudo, sus manos estaban atadas a unas esposas, no podía creer en lo que Lucas se estaba convirtiendo, pues él no solía ser así, al menos no solía ser así meses antes cuando lo único que les importaba era pasar un buen momento y sobre todo noches cargadas de mucha pasión, pues era lo que más le había gustado de LucasLa forma en que la tocaba y la hacía el amor, se sentía en las nubes, él quería tenerla todo momento en medio de sus piernas, pero ahora Soledad se preguntaba, " en que momento había cambiado tanto".Soledad dejo resbalar una lágrima por sus mejillas, había sido tan estúpida, que nunca había pensado que lo que tenía con Lucas era solo sexo y nada más, en cambio con Leo lo tenía todo, dinero, una hija hermosa, un buen hombre que la amaba, solo que ella lo echo todo a perder por dejarse influenciar.—¡Por fin despiertas!, Pensé que iba tener que meterte en la ducha. —S
Leo abrió sus ojos como platos, pues no podía creerlo, Julia, su Julia se iría del país en solo unas horas, ¿Pero por qué?, Porque quería irse del país.—¿Y bien señor Rossi?, ¿Piensa hacer algo con esa información?, ¿O quiere que la siga? —Ángel pedía a gritos por dentro que Leo le pidiera que la siguiera, pues esa sería la forma perfecta de poder acercarse más a ella.Leo se quedó en silencio, aún no lograba procesar, pero de algo si estaba seguro, haría lo que fuera para que ella no lo dejara.—No, aquí termina su trabajo, yo me encargo de aquí en adelante —respondió Leo, aunque a Ángel no le gustó para nada, el la quería conocer y de seguro hallaría la forma de acercarse a ella.—Está bien señor Rossi, entonces le deseo mucha suerte con la información que le acabo de dar. —Leo asintió y salió de allí.Si quería hablar con Julia debía salir de allí cuánto antes e ir directamente hacia el aeropuerto.Mientras tanto, Julia trataba de contener las lágrimas, se había prometido no volve