Capítulo 21.
Entro en la ducha para limpiarme, cuando salgo, veo que Will esta apoyado del lavabo desnudo y los brazos cruzados. Trato de no dejar que mi vista viaje más allá de su pecho, se muy bien que busca distraerme y voltear todo esto a su favor. Cojo una toalla del armario que esta a su lado y envuelvo mi cuerpo. cuando paso por delante, Will intenta tomar mi mano pero la suelto de su agarre.
—No. —le digo con rotundida.
—Esto aún no a terminado, Carol.
—Oh, no. Esta claro que aún no termina.
Salgo deprisa del baño y busco por la habitación mi ropa que había dejado en la cama pero no esta. Escucho los pasos de Will detrás de mí, pero no le hago caso. Estoy cabreada, él no tiene derecho a revisar mis cosas y luego venir a reclamarme nada.
—Solo quiero saber una cosa. —la profundidad de su voz hace que los vello de la nuca se me erizen.
—¿Que quieres
Capitulo 22.Era un poco más de las cuatro de la madrugada cuando una pesadilla me había despertado, no podía recordar muy bien el sueño pero ya no pude volver a dormir... Así que me senté en el sillón que estaba enfrente de la ventana con mi ordenador portátil en las piernas, sentía curiosidad por saber más de la vida de Will, porqué era más que obvio que no sabía nada para tener seis años conociendo a Susan.La enciendo y voy rápido al programa de navegación, tecleo en la barra de búsqueda "William Reyes" espero ha que cargue y, como era de esperarse, se mostraron varios enlaces de él. Algunos hablaban de lo importante que es, de su empresa, de asociaciones y negocios que tenía. Nada que yo ya no supiera.Pero no era eso lo que yo buscaba. Una vocesita dentro de mí, me gritaba que buscara más a fondo. Con una rápida mirada por encima de la laptop, miró a Will y compruebo que aún sigue dormido, vuelvo a teclear "Fallecimiento de Emily Reyes" le di
Capítulo 23.Una vez que todo vuelve a la normalidad, me hecho hacia atrás apoyándome de su pecho, disfrutando del confort y la comodidad que su cuerpo me producía.—Esto se siente tan bien.—Me estás leyendo el pensamiento. —digo mientras observo como algunas mujeres se nos quedan viendo al pasar.—Las odio.—¿A quienes?.—A todas esas mujeres que te comen con la mirada.—¿Celosa?. —acaricia mi cuello con sus labios dando pequeños besos.—Si... Y mucho. —mi espalda vibra a causa de su ronca carcajada.—¿No lo negaras?.—No. —envuelve mi cintura con sus brazos, abrazándome con fuerza.—Te hagas ganado una rico desayuno.—¿Por decir la verdad con respecto a lo que siento?.—No, bueno, en parte. La otra parte es porque me gusto tu per
Capitulo 24—Calma, Campeón. —le digo, me parecía tierno verlo tan relajado con sus amigos, que no puede contenerme: tomo su cara entre mis manos, su pequeña barba cosquillandome en las palmas, y lo beso olvidándome de todo lo que nos rodea.Los silbidos no tardaron en retumbar en la oficina.Me separo de él con una sonrisa.—Creo que voy a vomitar.—Cállate Matt. —su sonrisa lo delata—: Lamento eso, nena. No sabía que no pudieran comportarse.Los dos chicos detrás de mi ríen a carcajadas.—Creo que tengo que volver al trabajo.—Seguro.—A sido un placer, Señores.—Igual, corazón. —dice Gideon que se queda sentado, pero en cambio Matt no. Viene a mí y vuelve a besarme en la mejilla.—Cuidate y saluda a Susan de mi parte.—Corta con eso Matt. —
Capitulo 25—Oh, no. Yo lo busco.—Esta bien. —Chloe nos sonríe amablemente mientras coloca unas cartillas negras en la mesa—. Aquí les dejo los menús, vendré en seguida a tomar sus ordenes. —dice y se marchar.—Ya vengo, chicas.—No te tardes, mira que Carol y yo tenemos hambre. —le advierte Marta.Susan se levanta y camina hacia las puertas dobles blancas situadas al fondo. Marta y yo nos quedamos hablando de muchas cosas mientras pellizcamos el delicioso pan de jengibre.—Ahí viene Susan. Y, oh. Dios. mío. Pero ¿quien es ese bombón que la acompaña?. —giro mi cabeza en la misma dirección que Marta, y entonces veo a Susan que viene caminando abrazada de un sujeto vestido de blanco con un gorro de cocinero en la mano, supongo que ese tiene que ser "Mario".El hombre a simple vista era obvio que tenía un poco más de treinta y algo, p
Capitulo 26No tenía mucho tiempo bailando con el chico, cuando Susan que estaba enfrente de mí comienza hacerme gestos, pero ¿Que rayos le pasab...?El chico que sostenía mi cintura la suelta con brusquedad, Susan grita con horror y yo me quedo paralizada en el sitio, incapaz de moverme por miedo a lo que vaya a ver.Susan pasa corriendo por mi lado jalandome con ella, cuando volteó me doy cuenta que mi imaginación se había quedado corta con la horrible escena que se desarrolla ante mis ojos; Will estaba montado a horcajadas sobre el pobre chico con su mano toda ensangrentada estampándose una y otra, y otra vez en su cara. El hombre ya estaba inconsciente pero él no se detenía, se encontraba fuera de sí. Era como si algo se hubiera apoderado de él._¡Papa suéltalo!. Chris, llama a los de seguridad!. —todo sucedió muy rápido, los dos hombres que estaban en la entrada vienen corriendo y lo agarran de los abrazos para quitarlo de e
Capítulo 27.—En estos momentos no. No te quiero ni ver. —sabía que esa era mi rabia hablando por mí.—Claro. —me ignora.Apoyo mis manos en sus firmes y duros glúteos por miedo a caerme, aunque dudaba que eso fuera a pasar.Veo a Susan en la acera, con Henry reteniendola por la cintura porque la pobre trata de llegar a mí, pero no la deja. El chico sabe que no debe meterse en el camino de Will.Me odiaba más a mi misma por tener que ponerla en esta situación, verla llorar me destrozaba el corazón. Yo siempre, desde que la conocí, cuide de ella. No quería que nadie la hiciera llorar y, sin embargo aquí estaba yo, viéndola llora por querer cuidar de mí.—Will por favor dejame hablar con Susan. No quiero verla así.—No. Ya se le pasara.—Me importa una mierda si se le pasa o no. Quiero que me bajes ahora, necesito tranquilizarla.—¿Prometes que no saldrás corriendo?.—No tengo las fuerzas necesarias
Capítulo 28.¡Oh mierda!Voy corriendo al vestidor deteniéndome en seco en el umbral de la puerta de éste, al ver un pedazo de tela gris destrozado al lado de mis tacones. Camino hasta él y lo recojo. Una exclamación de horror se queda atrapada en mi garganta cuando veo lo que le ha pasado a mi pobre vestido: Cortado, rasgado, apuñalado y... No quedaba nada de él.Busco mi cartera y saco las pastillas, veo que solo me he saltado dos días, eso no marcara la diferencia. En realidad, estaba muy molesta como para que eso me importara ahorita.Me pongo unas bragas de sedas negras y un sujetador, agarro un suéter de Will y me lo pongo, solo me llegaba más abajo de mi trasero. Mi cabello aún mojado, lo dejo suelto.Bajo las escaleras con el pedazo de tela en mis manos y voy directo a la cocina, donde lo encuentro con un pantalón chandal y sin camisa, dejándome todo su torso para mi disfrute... Un cuerpo musculoso y bien formado para su edad.«Conc
Capítulo 29.CAROL.Quería poder contarle a mi madre sobre Will, pero me daba miedo que me reprochara mi relación con él. Y no... no quería eso.—Tal vez. Pero cuéntame, ¿cómo está papá?.—Tu manera tan sutil de cambiar de tema, me dice que si lo conozco y no quieres contarme nada. Está bien. Respeto tu espacio, ya vendrás tú sola a contarme.—Mamá... —me quejo.—De acuerdo. Ryan, trabajando como siempre, y Corinna... Bueno, etapa difícil.—¿Te esta dando dolores de cabeza?.—Ojalá. Callada, no hace amigos, reprimida. Es frustrante verla así, Carol.—Di le que esta semana la llamo. En lo que me estabilice la traeré unos días conmigo.Estuve un buen rato hablando con mi madre. Me había acostado en uno de los muebles mientras hablaba con mamá y veía el bello paisaje desde la terraza.