A medida que pasan los días, Lucas se recupera satisfactoriamente, mientras que Elijah se adapta con soltura a su nuevo puesto en la empresa. Su desempeño es tan notable que logra resolver por completo el persistente problema en la sucursal de Países Bajos, demostrando a todos que detrás de su fachada de seminarista se oculta un hombre feroz en el ámbito de los negocios.Así, Elijah muestra su astucia y su capacidad para desenvolverse en el complejo mundo empresarial, y demuestra que tiene lo que hay que tener para hacer frente a los desafíos del sector.Su habilidad para tomar decisiones estratégicas y su determinación para alcanzar el éxito no solo sorprenden a sus colegas, sino que también consolidan su reputación como un líder formidable, capaz de transformar los obstáculos en oportunidades.En este proceso, Elijah no solo se reafirma en su nuevo papel, sino que también empieza a redefinir su propia identidad, fusionando su vida profesional con sus aspiraciones personales.—Buenos
Horas más tarde, el bebé de Elijah y Zoé nació, un hermoso niño al que decidieron llamar Joshua. La sala de maternidad se llenó de una mezcla de alegría y emoción mientras los nuevos padres contemplaban a su pequeño con asombro. Sus ojos brillaban con amor y esperanza, y en ese instante, el tiempo pareció detenerse. Joshua, con su delicada piel y sus suaves rasgos, se convirtió en el centro de su universo, simbolizando un nuevo comienzo y la promesa de un futuro lleno de aventuras. Elijah y Zoé, abrazados, compartieron sus sueños y anhelos para su hijo, imaginando las risas y los momentos que vivirían junto a él. La llegada de Joshua no solo marcó el inicio de su viaje como padres, sino que también fortaleció su vínculo, recordándoles la importancia del amor y la unidad en este nuevo capítulo de sus vidas.—Ya nada me importa, Zoé. Tenemos que enfrentarnos a todos y decirles la verdad: que nos queremos y tenemos un hijo—señala Elijah ilusionado.—Elijah, sé que es difícil, pero no pod
En el campus, Solange le cuenta a Linda sus avances con Elijah. Ella cree que está en el camino correcto para conquistar su corazón, sin saber que el apuesto Elijah ya tiene dueña.—¡Linda! No te imaginas lo bien que me ha ido con Elijah. Creo que estoy a un paso de conquistar su corazón.—¿De verdad? Eso suena emocionante, pero... ¿Estás segura de que él está interesado en ti?—¡Por supuesto! Hemos estado hablando mucho últimamente y siento que hay una conexión especial con él.—Bueno, solo ten cuidado. He escuchado rumores de que Elijah ya está saliendo con alguien.—No puede ser. ¿Quién? ¡No me digas que hay otra chica!—Creo que es una chica de su iglesia. No quiero desanimarte, pero tal vez deberías averiguarlo antes de hacerte ilusiones.—No puedo creerlo. Tendré que hablar con él y aclarar las cosas. ¡No puedo dejar que otra persona se interponga en mi camino!—Cambiando de tema, tengo que decirte que no estoy muy contenta con el nacimiento de Joshua. Siento un poco de celos, co
Minutos más tarde, Elijah se marchó de la mansión. Salvador, por su parte, se quedó con Zoé y la aconsejó sobre la situación. Le dijo serio:—Zoé, tienes que entender que tu relación secreta con Elijah no es lo que parece. Estar enamorada de tu hijastro es un error.Zoé, con una mezcla de confusión y determinación, respondió:—Pero, Salvador, lo que siento por él es real. No puedo simplemente ignorarlo.Salvador suspiró, intentando mostrarse comprensivo:—Lo sé, pero piensa en las consecuencias. Esto podría complicar mucho las cosas para ambos. ¿Estás dispuesta a arriesgarlo todo por un amor que podría no ser correspondido de la misma manera?Zoé bajó la mirada, reflexionando sobre sus palabras.—No lo sé... Solo sé que no puedo dejar de pensar en él. Te juro que lo amo, este sentimiento nació de la nada.Salvador, con un tono más suave, le dijo:—A veces, lo que sentimos no es suficiente. Debes cuidar de ti misma y de tu futuro. Piensa en mi nieto, por Dios.—¿Tu nieto? —exclama Zoé
Fátima se enfrenta a su marido y lo recrimina por la conversación que este estaba manteniendo en el jardín con Grace. Sin conocer el motivo de su conversación, se centra solo en sus celos.—¿Qué hacías hablando con ella? —pregunta Fátima con la voz temblorosa de indignación. — ¿No te das cuenta de cómo me hace sentir?—Fátima, no es lo que piensas —responde él, tratando de calmarla. — Solo estábamos hablando sobre Zoé.—¿Sobre Zoé? —replica ella, cruzando los brazos.— Eso suena a excusa. ¿Por qué no me lo dijiste antes?—Porque no quería que te preocuparas.—Demasiado tarde para eso —responde Fátima, alejándose con un gesto de frustración.—Tranquilízate por Dios.—Salvador, esto no puede seguir así —dice Fátima, girándose bruscamente para mirarlo a los ojos. — No puedo estar en una relación donde sienta que tengo que competir con otra persona.—Fátima, no estás compitiendo con nadie. Grace no significa nada para mí, solo es la madre de mi hija, te lo prometo —responde él, tratando de
Al día siguiente, Elijah acudió al llamado de Zoé y se encontró con ella en la fundación, sosteniendo al bebé en sus brazos. Zoé, harta de la situación que los aquejaba, le dijo con firmeza:—He tomado una decisión. Estoy decidida a dejarlo todo, incluso si eso significa renunciar a la fortuna de mi marido.Elijah, envuelto en una cortina de esperanzas, sintió una oleada de emoción y le respondió:—Zoé, si eso es lo que realmente quieres, estoy aquí para apoyarte. Juntos podemos enfrentar cualquier reto que se nos presente.Zoé lo miró a los ojos y sintió el consuelo que necesitaba en ese momento.—Gracias, Elijah. Tu apoyo significa más de lo que imaginas. Estoy lista para luchar por lo que realmente quiero.—Con mi amor y mis firmes esfuerzos saldremos adelante. No seré rico, pero soy joven y puedo trabajar en lo que sea. Te juro que a mi lado nada les faltará, ni a ti ni a mi hijo.—Elijah, tu determinación me inspira —respondió Zoé, con una sonrisa que iluminaba su rostro. —No nec
Con Joshua en brazos, Elijah y Zoé sellan su pacto de unión y deciden poner fin a su amor prohibido para dar cabida a un amor justo para su bebé.Elijah, mirando a Joshua, dice: —Sabes que esto no ha sido fácil para nosotros, ¿verdad?Zoé, acariciando la cabeza de Joshua, responde:—Lo sé, Elijah. Pero ahora lo que más importa es su bienestar.—Sí, debemos ser responsables. Nuestro amor no puede depender de su felicidad.—Prometámosle que siempre haremos lo mejor para él, sin importar lo que pase entre nosotros.—Te lo prometo. Este es el final de nuestro amor prohibido, pero el comienzo de algo nuevo y hermoso para Joshua.—Siempre seremos una familia, aunque de una manera diferente.Con el niño en medio de ellos, sellan su compromiso con un tierno y delicado beso. Zoé y Elijah se miran con amor, a pesar de las dudas que aún existen en su relación. Saben que el camino no será fácil, pues las sombras del pasado y las decisiones difíciles que han tomado los persiguen.Sin embargo, en
Días después, Zoé y Lucas ahora dormían en camas separadas. Zoé estaba decidida y firme en su postura de divorciarse de su otoñal marido. A pesar de la tristeza que le provocaba esta decisión, pensaba para sí que, a pesar de todo, tenía mucho que agradecerle a Lucas. Él había sido fundamental para que su familia saliera de la ruina y le había proporcionado una vida cómoda, libre de complicaciones. Sin embargo, esa estabilidad no era suficiente; la falta de amor en su relación pesaba más que cualquier otro aspecto. Zoé se encontraba en una encrucijada emocional, reconociendo los sacrificios y logros de Lucas, pero también sintiendo que era hora de buscar su propia felicidad, incluso si eso significaba enfrentar un futuro incierto.En la sala de estar se respira un ambiente tenso. Grace, su madre, está sentada en el sofá mirando a su hija con una expresión de determinación. Zoé, visiblemente angustiada, está de pie cerca de la ventana.—Mamá, tienes que entender que Lucas no es el hombr