En la mente de Elijah nada es imposible. Acuerda con Zoé y la busca en la mansión con mucho sigilo. Ella sale aprovechando que todos se han ido y entra en su auto a toda velocidad. Elijah le tenía preparada una sorpresa, la llevaría hasta la granja de los Hamilton, que tienen a las afueras de California. Por lo general, casi nunca van porque la madre de Elijah murió allí.—Espero que te gusten las sorpresas, porque hoy te tengo preparada una muy especial—advierte Elijah, arrancando el coche con una sonrisa emocionada.—Me encantan las sorpresas, sobre todo si vienen de ti. ¿A dónde vamos?—A un lugar muy especial para mí, la granja de los Hamilton, a las afueras de la ciudad. No hemos ido mucho desde que mamá... bueno, desde que mamá nos dejó. Pero creo que es hora de crear nuevos recuerdos, ¿no crees? —Apunto y dice con una mirada llena de nostalgia, mezclada con una chispa de alegría.—Elijah, eso suena maravilloso. Estoy aquí para compartir esos nuevos recuerdos contigo. Gracias po
Elijah decide dejar el seminario y poner fin a su vocación como sacerdote. Antes de hacerlo oficial, habla primero con el padre Tomás, antes de hacerlo formalmente con el resto de sus maestros. El padre Tomás se conmociona y trata de hacerle entrar en razón diciéndole que Zoé está manipulando su voluntad por culpa de un amor prohibido.—Padre Tomás, he tomado una decisión. He decidido dejar el seminario. Siento que mi vocación no está aquí, sino en otro lugar, fuera de estos muros.—Elijah, esto es muy repentino. ¿Estás seguro de lo que dices? Debes considerar profundamente tu vocación. ¿Es esto realmente lo que Dios quiere para ti?—Lo he pensado mucho, padre. No ha sido una decisión fácil, pero siento que mi corazón no está en el sacerdocio. Hay algo más allá para mí, algo que también puede formar parte del plan de Dios.—Esto tiene que ver con Zoé, ¿verdad? Elijah, debes entender que el amor humano, aunque poderoso, no debe desviarte del camino que Dios ha elegido para ti. ¿Estás s
Mark, visiblemente agitado, se acerca a Linda, Nina y Solange, quienes estaban hablando tranquilamente en los alrededores de la universidad. Con una mezcla de sorpresa y urgencia en su voz, interrumpe la conversación.—¡Chicas, no van a creer lo que me acaban de decir! Elijah ha abandonado el seminario. Sí, así como lo oyen, lo ha dejado.Linda, sorprendida y confundida, tarda unos segundos en procesar la noticia.—¿Qué? ¿Cómo es posible? ¿Y por qué? ¿Alguien sabe algo más sobre esto?Nina, igualmente sorprendida, mira a las demás en busca de alguna explicación.—Pero, ¿qué le habrá pasado? Siempre parecía tan dedicado y apasionado por sus estudios. ¿Habló contigo, Mark? ¿Te dijo algo?Solange, quien había estado escuchando en silencio, finalmente habla:—Esto es totalmente inesperado. ¿El señor Lucas y la señora Zoé saben algo al respecto? No me imagino cómo se lo tomarán.Mark sacude la cabeza e indica que no tiene más información.—No, no he hablado directamente con Elijah. Me ente
En la amplia y silenciosa sala de la mansión, donde cada paso resonaba contra los muros adornados con antiguas pinturas, Elijah caminaba lentamente hacia donde su padre, Lucas, lo esperaba sentado. La tenue luz del atardecer se filtraba a través de las grandes ventanas, creando sombras que parecían danzar sobre los muebles. Elijah, con el corazón latiendo fuertemente en el pecho, se detuvo a unos pasos de distancia de su padre, incapaz de levantar la mirada hacia él.Lucas, un hombre de mediana edad con una mirada penetrante y una postura que imponía respeto, rompió el silencio:—Elijah, hijo, ¿por qué has decidido dejar el seminario? Siempre creí que era tu vocación, tu pasión.Elijah tragó saliva, buscando las palabras adecuadas.—Padre, he estado pensando mucho sobre mi camino, y he llegado a la conclusión de que tal vez el sacerdocio no sea mi verdadera vocación.Lucas frunció el ceño, preocupado, pero intentando mostrarse comprensivo.—¿Es solo una duda sobre tu vocación o hay al
Lucas, ajustándose el cuello del pijama, mira a Zoé con una mezcla de preocupación y cansancio. Sabe que hablar del tema de Elijah es delicado y, aunque parte de él desea evitar la conversación, entiende la necesidad de enfrentarse a ella.—Elijah dejó el seminario. ¿Por qué? Bueno, tú sabes, ¿por qué lo hizo? —pregunta con cautela.—Al parecer, lo hizo por una mujer. Por los sentimientos que empezó a desarrollar hacia ella. Es un tema complicado y sé que no es fácil de manejar.Zoé, con la mirada baja, juega nerviosamente con el borde de su camisón. Aunque ya conoce la respuesta, escucharla en voz alta hace que se le acelere el corazón.—Pero, Lucas, ¿cómo podemos manejar esto? No es justo para él... ni para nosotros. Estoy... Estoy confundida—asiente esquivando sus verdaderos sentimientos.En este momento, ella se debate entre lo que siente y lo que tiene. En todo este lujo y comodidades que su marido le ofrece, se pregunta a sí misma: «¿Cómo puedo ponerlo en la balanza contra lo qu
Ya es fin de semana y Elijah ha aceptado la invitación de su padre de ir al club para pasar el rato en familia, pero antes decide pasar por la iglesia del padre Tomás para contarle sus penas con Zoé, todavía sigue conmovido por su situación.—Buenas tardes, padre Tomás. Espero no interrumpir.—Buenas tardes, Elijah. No, para nada, siempre es un buen momento para escuchar. ¿Qué te trae por aquí?—Es sobre Zoé, padre. Todavía estoy tratando de entender cómo prefirió a mi padre antes que a nuestro amor. Me siento perdido.—Entiendo, hijo. El amor de familia es muy fuerte y a veces nos pone en situaciones difíciles. Pero recuerda que el amor verdadero también sabe esperar y comprender. Que Dios te dé la fortaleza para que encuentres un amor real, pero lejos de tu joven madrastra.—Sí, pero es difícil. Siento como si hubiera perdido una parte de mí. Amo a esa mujer y, al mismo tiempo, me odio a mí mismo —señala con preocupación.—Es normal sentirse así, tu situación es complicada. Pero, El
Tiempo después, en la mansión, Zoé se ve atrapada en un torbellino de emociones y deseos prohibidos. Una noche, cuando todos duermen y los susurros de la noche parecen cómplices de sus secretos, decide arriesgarse. Espera pacientemente a que su esposo se quede dormido y, con pasos silenciosos, se desliza fuera de su dormitorio. Su corazón late con fuerza, consciente del peligro que corre, pero la atracción que siente por Elijah es demasiado fuerte como para ignorarla. Se asegura de que los pasillos estén vacíos, moviéndose con la cautela de quien conoce el riesgo de cada sombra.Sin embargo, lo que Zoé no sabe es que su madre había decidido quedarse a dormir en la mansión, bajo la excusa de que extrañaba a su hija. Desde la penumbra de su habitación, la madre percibe el sigiloso desplazamiento de Zoé hacia el dormitorio de Elijah. Un escalofrío de preocupación y desaprobación recorre su cuerpo al darse cuenta de hacia dónde se dirige su hija. La madre comprende de inmediato que los in
Zoé no está dispuesta a perder la pasión y la complicidad que ha ganado con Elijah. En este momento, está en la granja con él, dejándose llevar por su prohibido amor.Con un profundo suspiro, lo mira con una mezcla de frustración y deseo, le dice:—No sé cómo manejar esto, Elijah. Mi madre... ella sabe sobre nosotros. Sobre lo nuestro.Elijah, tomando las manos de Zoé entre las suyas, la mira con una mirada intensa y pregunta sorprendido: —¿Cómo? ¿Cómo se enteró tu madre?—No lo sé. Pero ahora que lo sabe, siento que todo se complica aún más. No solo estamos desafiando las expectativas del destino, sino que también estamos lidiando con mi madre, que es... bueno, ya sabes cómo es.—Zoé, desde el principio sabíamos que esto no sería fácil. Pero lo que siento por ti... eso no cambia, no importa quién esté en contra.Ella sigue muy agitada con su situación y mira al suelo. Luego, levanta la vista hacia Elijah y dice:—Pero mi madre es capaz de...—Entonces lucharemos juntos. Juntos, tu ma