Zoé no está dispuesta a perder la pasión y la complicidad que ha ganado con Elijah. En este momento, está en la granja con él, dejándose llevar por su prohibido amor.Con un profundo suspiro, lo mira con una mezcla de frustración y deseo, le dice:—No sé cómo manejar esto, Elijah. Mi madre... ella sabe sobre nosotros. Sobre lo nuestro.Elijah, tomando las manos de Zoé entre las suyas, la mira con una mirada intensa y pregunta sorprendido: —¿Cómo? ¿Cómo se enteró tu madre?—No lo sé. Pero ahora que lo sabe, siento que todo se complica aún más. No solo estamos desafiando las expectativas del destino, sino que también estamos lidiando con mi madre, que es... bueno, ya sabes cómo es.—Zoé, desde el principio sabíamos que esto no sería fácil. Pero lo que siento por ti... eso no cambia, no importa quién esté en contra.Ella sigue muy agitada con su situación y mira al suelo. Luego, levanta la vista hacia Elijah y dice:—Pero mi madre es capaz de...—Entonces lucharemos juntos. Juntos, tu ma
Zoé entra en la habitación de Grace con la intención de saludarla y ver cómo se encuentra después de la caída que sufrió el día anterior. Sin embargo, la conversación rápidamente se torna tensa y se convierte en una discusión, algo que parece ser habitual entre ellas. Durante la discusión, ambas partes elevan la voz y se dicen palabras hirientes. Grace, aprovechando su posición y buscando ejercer control sobre Zoé, le advierte de manera severa que no pretende irse de la mansión. Además, amenaza con revelar el secreto que Zoé comparte con Elijah.*****En el silencio tenso de la lujosa habitación, Grace se acerca lentamente a Zoé con la mirada fija y penetrante. Zoé, intentando mantener la compostura, desvía la mirada, consciente del poder que su madre ejerce ahora sobre ella.—Zoé, querida, creo que has olvidado la delicada posición en la que te encuentras. No solo está en juego tu futuro aquí—dice, haciendo una pausa dramática mientras se pasea por la habitación y toca con delicadeza
Zoé llega a la casa en silencio y, en lugar de entrar, se dirige a su rosal. Al verla cabizbaja y con apariencia llorosa, Salvador deja lo que está haciendo para brindarle el consuelo de un verdadero padre. Un secreto que Zoé todavía desconoce.—Zoé, ¿pasa algo? Te veo un poco... ¿Todo está bien?Zoé, intentando esconder su tristeza, le bosqueja una sonrisa forzada.—Ah, no es nada, solo un día pesado, eso es todo.—Un día pesado puede significar muchas cosas. Si quieres hablar, aquí estoy. A veces, compartir lo que pesa alivia un poco el corazón.—Es solo que... a veces siento que no encajo, como si me faltara algo. No sé, es raro.—Zoé, a veces la vida nos pone en situaciones que parecen no tener sentido, pero todas nuestras experiencias, buenas o malas, nos moldean. Y, en cuanto a sentir que algo falta, tal vez sea porque hay historias no contadas, historias que forman parte de ti.—¿Historias no contadas? ¿A qué te refieres?—Todos tenemos un pasado, historias que nos han llevado
Al escuchar el ruido, el esposo de Zoé, preocupado, se apresura a salir de la cama y se dirige hacia el baño. Encuentra a Zoé, pálida y temblorosa, inclinada sobre el inodoro. Sin dudarlo, se acerca a ella, le sujeta el cabello y le da suaves palmaditas en la espalda, tratando de ofrecerle algo de consuelo en medio de su malestar.—¿Estás bien? ¿Quieres que llame a un médico? —pregunta con voz suave, lleno de preocupación.Zoé, aún recuperándose, niega con la cabeza, intentando hablar entre susurros.—No, no creo que sea necesario. Tal vez fue algo que comí.Su marido no está completamente convencido, pero la respeta.—Está bien, pero si no te encuentras mejor pronto, deberíamos ir al médico. No quiero que te pase nada malo.Después de unos minutos, cuando Zoé se siente un poco mejor, él la ayuda a levantarse y la acompaña de vuelta a la cama, asegurándose de que esté cómoda y cubierta. Antes de volver a su lado de la cama, va a la cocina por un vaso de agua y algo de medicina para el
Lucas le informa a Zoé de que se ausentará un par de días por motivos laborales, ya que viajará a Seattle para asistir a una convención internacional de Empresas Hamilton.—Entiendo, Lucas. Es importante que te prepares bien para el viaje a Seattle y la convención internacional. Asegúrate de tener todos los documentos necesarios, como el pasaporte, los billetes de avión y cualquier material que puedas necesitar. ¡Buena suerte en la convención!—le desea Zoé a su marido mientras hablan.Minutos más tarde...Su madre entra en la habitación con tranquilidad y le pregunta a Zoé con quién está hablando. Zoé le responde que estaba hablando con Lucas y le menciona que se ausentará por un par de días para viajar a Seattle, donde asistirá a una convención internacional de Empresas Hamilton.—Hola, Zoé. ¿Con quién estabas hablando?—Hola, mamá. Estaba hablando con Lucas. Me ha contado que se va a Seattle por unos días.—¿Seattle? ¿Y por qué va allí?—Va a asistir a una convención internacional d
Elijah, impulsado por una mezcla de emociones, se encuentra con Zoé en su lugar habitual, buscando respuestas sobre su embarazo. Se siente abrumado al concebir que el hijo que Zoé espera podría ser su hermanito, sin darse cuenta de que en realidad es su propio hijo.Elijah, con la voz temblorosa de ira y confusión, le pregunta a Zoé:—¿Zoé, por qué me hiciste esto? ¡Estás embarazada de mi padre! Definitivamente, yo soy un monstruo.Asiente con rabia y frustración, sintiendo que su amor por ella es un error. Su corazón se siente dividido, atrapado entre sus sentimientos y la realidad que lo abruma.—Elijah, escúchame, por favor. No me mires así —dice Zoé, con los nervios de punta, pero decidida a callar y a no revelar la verdad.—¿Cómo quieres que te mire, Zoé? —responde Elijah, con la voz temblorosa entre la ira y la confusión—. ¡Estás embarazada de mi padre! ¿Qué se supone que debo sentir?—No es tan simple como parece —intenta ella, sintiendo que cada palabra se le atraganta—. Hay c
Fátima le comenta a Salvador, su marido, que le parece muy extraño que Zoé haya estado llegando con Elijah y que últimamente los ha visto muy juntos.—Salvador, ¿has notado lo extraño que es que Zoé esté llegando con Elijah? —No tiene nada de malo. Trabajan juntos en la fundación, seguramente allí estaban cuando les di la noticia de lo ocurrido con Lucas. —A mí sí, me parece raro, su cercanía. Siempre pensé que Zoé tenía otros intereses, Elijah es un joven muy apuesto y dejó el sacerdocio. —A mí también me sorprende, pero tus frívolos pensamientos, mujer. Deberías preguntarles directamente, ya te estás pareciendo a la chismosa de Grace. —Lo siento, pero no quería incomodarte. Me gustaría entender qué está pasando. —A veces las cosas no son lo que parecen. —Tienes razón. Pero aún así, me intriga.—Mira, Fátima, no digo que no debamos preocuparnos, pero no quiero que saques conclusiones precipitadas. Zoé es una mujer casada, se te olvida que es la esposa de Lucas y que Elijah es s
El día siguiente, Elijah se alistó para ir a la oficina de su padre, acompañado por su tía Emma. Con Lucas ausente, ambos asumirían temporalmente la dirección de Empresas Hamilton.—No puedo creer que estemos al mando. ¿Crees que podremos hacerlo? —advirtió Elijah mientras se ajustaba la corbata.—Claro que sí, Elijah. Solo recuerda que tenemos un gran equipo detrás. Lo más importante es mantener la calma y actuar con determinación.—Tienes razón. A veces me siento abrumado por la responsabilidad.—Es normal sentirse así. Pero confía en tus instintos. Tu padre siempre ha creído en ti, y yo también lo hago.—Gracias, tía. Eso significa mucho para mí. ¿Tienes algún consejo para el primer día?—Sí, escucha más de lo que hablas. Cada miembro del equipo tiene algo valioso que aportar. Y no dudes en pedir ayuda si la necesitas.—Haré lo que pueda. Vamos a hacer que esto funcione.—Así se habla. Juntos, podemos enfrentar cualquier reto. ¡Vamos!*****En la clínica, Zoé no puede dejar de pens