La acusación de que Grace ha sacrificado a su propia hija para salvarse a sí misma y a su estatus es un golpe devastador. Salvador, aunque es visto por todos como un simple chófer y no como el verdadero padre de Zoé, siente cada palabra que dice con una intensidad abrumadora. Su confrontación es un grito de desesperación, un llamado a Grace para que reconozca el daño que le están haciendo a su hija y actúe para protegerla, para salvarla de un destino que no eligió.Salvador entra en su habitación de forma brusca, revelando las profundidades de la desesperación y el amor de un padre. La confrontación entre Salvador y Grace no solo es un choque de voluntades, sino también un reflejo de las luchas internas a las que cada uno se enfrenta, entre el deseo de proteger a quienes aman, las presiones y expectativas que la sociedad y las circunstancias les imponen.—¿Cómo has podido? ¿Cómo has podido sacrificar a nuestra propia hija por... por esto? —señala con gestos hacia el entorno lujoso en
Rumbo a la oficina Lucas conversa abiertamente con Salvador como siempre en el auto, le muestra el periódico donde aparecen Elijah y Zoé en el evento de caridad que empresas Hamilton patrocina trimestralmente. Rápidamente Lucas evidenció una mejoría en el estado de animo de Zoé, desconociendo aún las causas de sus nuevas alegrías. Salvador por su parte luego del enfrentamiento que sostuvo con Grace recientemente, se siente tentado a confesarle a Lucas que él es el verdadero padre de Zoé. Inmediatamente Lucas le muestra y dice:—¿Has visto esto, Salvador? —Muestra el periódico con la fotografía de Zoé y Elijah. —Es increíble cómo ha crecido mi muchacho, ¿verdad? Mi mujer luce realmente hermosa. Estoy realmente orgulloso de ellos. —Salvador detiene el auto para mirar la fotografía, diciendo:—Sí, es impresionante, Elijah se ve muy bien. Zoé siempre ha sido muy especial—hace una pausa, pensativo. Realmente tienes motivos para estar orgulloso.—He notado que Zoé, ha estado un poco más ani
Días después, en medio de la tranquilidad que la embarga, y tras el resultado obtenido en el evento benéfico, Zoé se reencuentra con Elijah en la fundación Hamilton. Esta vez, Elijah no puede evitar mirarla de otra manera; el eco y las sombras de una pasión prohibida gritan lo inexorable.—Zoé, no puedo fingir que lo de la otra noche, no ha cambiado las cosas entre nosotros —le dice con una mezcla de determinación y cautela mientras se acerca a ella.—Elijah, yo... no sé qué decir. Fue un momento, no sé si deberíamos darle más importancia de la que tiene.—¿Cómo puedes decir eso? Lo que sentí... lo que vi en tus ojos... no fue algo que se pueda ignorar tan fácilmente. —La mira con una intensidad que no puede ocultar.—Lo sé, y no puedo negar que también sentí algo. Pero, ¿qué hacemos con esto? No podemos simplemente... —advierte, bajando la mirada y luchando con sus propias emociones.—No lo sé, Zoé. Pero lo que sí sé es que no quiero alejarme de ti. No ahora que sé que hay algo más e
En la mente de Elijah nada es imposible. Acuerda con Zoé y la busca en la mansión con mucho sigilo. Ella sale aprovechando que todos se han ido y entra en su auto a toda velocidad. Elijah le tenía preparada una sorpresa, la llevaría hasta la granja de los Hamilton, que tienen a las afueras de California. Por lo general, casi nunca van porque la madre de Elijah murió allí.—Espero que te gusten las sorpresas, porque hoy te tengo preparada una muy especial—advierte Elijah, arrancando el coche con una sonrisa emocionada.—Me encantan las sorpresas, sobre todo si vienen de ti. ¿A dónde vamos?—A un lugar muy especial para mí, la granja de los Hamilton, a las afueras de la ciudad. No hemos ido mucho desde que mamá... bueno, desde que mamá nos dejó. Pero creo que es hora de crear nuevos recuerdos, ¿no crees? —Apunto y dice con una mirada llena de nostalgia, mezclada con una chispa de alegría.—Elijah, eso suena maravilloso. Estoy aquí para compartir esos nuevos recuerdos contigo. Gracias po
Elijah decide dejar el seminario y poner fin a su vocación como sacerdote. Antes de hacerlo oficial, habla primero con el padre Tomás, antes de hacerlo formalmente con el resto de sus maestros. El padre Tomás se conmociona y trata de hacerle entrar en razón diciéndole que Zoé está manipulando su voluntad por culpa de un amor prohibido.—Padre Tomás, he tomado una decisión. He decidido dejar el seminario. Siento que mi vocación no está aquí, sino en otro lugar, fuera de estos muros.—Elijah, esto es muy repentino. ¿Estás seguro de lo que dices? Debes considerar profundamente tu vocación. ¿Es esto realmente lo que Dios quiere para ti?—Lo he pensado mucho, padre. No ha sido una decisión fácil, pero siento que mi corazón no está en el sacerdocio. Hay algo más allá para mí, algo que también puede formar parte del plan de Dios.—Esto tiene que ver con Zoé, ¿verdad? Elijah, debes entender que el amor humano, aunque poderoso, no debe desviarte del camino que Dios ha elegido para ti. ¿Estás s
Mark, visiblemente agitado, se acerca a Linda, Nina y Solange, quienes estaban hablando tranquilamente en los alrededores de la universidad. Con una mezcla de sorpresa y urgencia en su voz, interrumpe la conversación.—¡Chicas, no van a creer lo que me acaban de decir! Elijah ha abandonado el seminario. Sí, así como lo oyen, lo ha dejado.Linda, sorprendida y confundida, tarda unos segundos en procesar la noticia.—¿Qué? ¿Cómo es posible? ¿Y por qué? ¿Alguien sabe algo más sobre esto?Nina, igualmente sorprendida, mira a las demás en busca de alguna explicación.—Pero, ¿qué le habrá pasado? Siempre parecía tan dedicado y apasionado por sus estudios. ¿Habló contigo, Mark? ¿Te dijo algo?Solange, quien había estado escuchando en silencio, finalmente habla:—Esto es totalmente inesperado. ¿El señor Lucas y la señora Zoé saben algo al respecto? No me imagino cómo se lo tomarán.Mark sacude la cabeza e indica que no tiene más información.—No, no he hablado directamente con Elijah. Me ente
En la amplia y silenciosa sala de la mansión, donde cada paso resonaba contra los muros adornados con antiguas pinturas, Elijah caminaba lentamente hacia donde su padre, Lucas, lo esperaba sentado. La tenue luz del atardecer se filtraba a través de las grandes ventanas, creando sombras que parecían danzar sobre los muebles. Elijah, con el corazón latiendo fuertemente en el pecho, se detuvo a unos pasos de distancia de su padre, incapaz de levantar la mirada hacia él.Lucas, un hombre de mediana edad con una mirada penetrante y una postura que imponía respeto, rompió el silencio:—Elijah, hijo, ¿por qué has decidido dejar el seminario? Siempre creí que era tu vocación, tu pasión.Elijah tragó saliva, buscando las palabras adecuadas.—Padre, he estado pensando mucho sobre mi camino, y he llegado a la conclusión de que tal vez el sacerdocio no sea mi verdadera vocación.Lucas frunció el ceño, preocupado, pero intentando mostrarse comprensivo.—¿Es solo una duda sobre tu vocación o hay al
Lucas, ajustándose el cuello del pijama, mira a Zoé con una mezcla de preocupación y cansancio. Sabe que hablar del tema de Elijah es delicado y, aunque parte de él desea evitar la conversación, entiende la necesidad de enfrentarse a ella.—Elijah dejó el seminario. ¿Por qué? Bueno, tú sabes, ¿por qué lo hizo? —pregunta con cautela.—Al parecer, lo hizo por una mujer. Por los sentimientos que empezó a desarrollar hacia ella. Es un tema complicado y sé que no es fácil de manejar.Zoé, con la mirada baja, juega nerviosamente con el borde de su camisón. Aunque ya conoce la respuesta, escucharla en voz alta hace que se le acelere el corazón.—Pero, Lucas, ¿cómo podemos manejar esto? No es justo para él... ni para nosotros. Estoy... Estoy confundida—asiente esquivando sus verdaderos sentimientos.En este momento, ella se debate entre lo que siente y lo que tiene. En todo este lujo y comodidades que su marido le ofrece, se pregunta a sí misma: «¿Cómo puedo ponerlo en la balanza contra lo qu