Ryan

Los días habían pasado rápidamente desde que Kenia esta en cama. Ya no tenía fiebre, pero seguía inconsciente y eso me mataba. El médico la había visto casi cada tres horas, siempre daba la misma respuesta “está en franca recuperación”. Odiaba esa respuesta, quería arrancarle la cabeza por no darme una respuesta sensata para mí.

Cada día estaba junto a ella en la cama, pronto tendríamos que volver a tener relaciones sin ella presente. No quería volver hacerlo. Aunque, no me arriesgaría a perderla, ella era todo para mí. Bruce compartía su sangre cada vez que podía al día, mientras se alimentaba de mí. Ella reaccionaba a nuestro tacto y presencia, cuando no estábamos cerca de la cama, se quejaba como un herido de guerra. Estaba francamente al borde de la desesp