Estamos entrando al pueblo y yo me mantengo despierto. Tengo falta de sueño, necesito descansar al menos unas horas para reponer energía. Dejando a un lado eso, no creo poder echar una cabezadita.
No habíamos establecido ninguna conversación en el camino, mi hermano se mantenía callado y con el semblante serio. Simplemente puso la radio que de inmediato empezó a reproducir la música para que el silencio no se notara tanto.
Cuando veo que nos acercamos al sitio por donde subo para ir a mi casa hablo en voz alta.
—Mannes, déjame ahí —señalo con el dedo el lugar. Este parece que me ignora olímpicamente. Obviamente me ha tenido que escuchar, que no estoy lejos de él, estoy a su lado.
Me estaba despertando poco a poco y a la vez estaba intentando estirarme del todo bien, había algo que me impedía hacerlo. Abro poco a poco los ojos para ver donde estoy. De lo que me doy cuenta primero es que estoy atado a unas cadenas, me encuentro en una silla. En el brazo tengo puesto un catéter y unas vías donde me están sacando sangre.No me encuentro especialmente con fuerza, me quitan sangre y no me dan nada para ingerir, me voy a morir de hambre. Mis energías bajaran en picado.Todavía no me había parado a mirar en donde me encontraba exactamente y ahora por la pinta que tenía este lugar, lo sabía a la perfección. Lo que hace unas horas se me venía a la mente, lo estaba viviendo ahora en carne propia, quitando varias cosas por supuesto.
En este lugar no han dejado nada que pueda utilizar yo de prueba, deben haberlo guardado en otro sitio, pero la pregunta es donde. Todavía no he salido del cobertizo y no sé si me esperan mi hermano con Ewout afuera de esta.Con la cara cabizbaja salgo de ese sitio. No hay nadie alrededor, se han ido todos. Hasta la persona desconocida que solo se el nombre: Teunis.¿Cómo salgo de aquí? No hay ningún vehículo y no tengo la suficiente fuerza para ponerme a andar varios kilómetros.—Porque habré dicho que se fueran —hablo a la nada y llevándome las manos a mí pelo desordenándolo.De la nada escucho pasos. No sé a dónde dirigirme
No tengo ni la menor idea de que hora es, pero no me puedo dormir más; alguien está tocando la puerta de mi habitación.—El que este tocando la maldita puerta, que pare. Quiero descansar un par de horas más, ¿tan difícil de entender es?—Ruud —murmura la voz de mi hermano. ¿Qué hace desierto a estas horas? —. Ruud —vuelve a insistir.“Que insistente esta hoy, joder. ¿No se puede callar?”—Dime Mannes —voz no era la más espabilada del mundo, aún estaba medio dormido —, ya estoy despierto, ¿necesitas algo?“Por varios minutos no se escucha nada y llego a pensar que no hay nadie tras la puerta y que se ha ido al salón, pero estaba equivocado.”—Me hurgue hablar contigo —en la voz se le nota algo desesperado.—¿Debe ser ahora? —quiero que me d&eacu
Sigo sentado con las piernas estiradas, no oigo ruido, me detengo a pensar unos segundos para después levantarme del suelo.—¿Mannes? —no hay respuesta alguna.“¿Dónde se ha metido este hombre ahora? Como se haya ido con mi madre ya me puedo tirarme del pico más alto de alguna montaña. Se lo advierto a ella y no hace caso, perfecto.”Me fijo por toda la cabaña, que se recorre en segundos y no hay rastro de mi hermano por ningún rincón.Acelerado entro en mi habitación en busca de mi móvil para poder enchufarlo y que se cargue para poder llamar a mi madre.“¿Por qué sigue empeñándose en hacerle mal a Mannes? No va a ser más una persona sana a partir de ahora gracias a ella. Y por otra parte él también ha hecho lo suyo. Le digo que se quede y no, se va, lo que no me cuadra es como se han comunicad
“Hasta que me lo ha dicho, no recordaba ese dato, pero lo que si queno podía salir era de Lake Louise. Algo debia de hacer, porque ya no creia en nada las palabras de mi hermano diciendo que contactó con él. Ahora en mis manos la oportunidad de poder llamar a mi padre y saber parte de la verdad de lo que estaba ocurriendo.”“La verdad que yo estaba algo desenjado por todo esto, no se con que fin hacen las cosas que hacen, ¿matar gente y hacer parecer que le ha matado otra persona? Y a la otra persona cogerla como conejillo de indias para sus experimentos de locos, ¿qué ganan? Nada bueno. ”—Gracias por recordármelo, madre— ella me regala una de sus más hipócritas sonrisas.Me levanto con lentitud y con sumo cuidado por si me caigo por lo débil que esta mi cuerpo.—¿Me puedo ir ya? —hablo en voz alta para que los tres me escuchen &md
—Lud-lud-ger —mi madre estaba tartamudeando y la cara la tenía desencajada totalmente. Para intuir que su marido estaba en mi casa, sus reacciones eran bastante reales a decir verdad.Mi padre gira un poco su cabeza y mira por encima de su hombro para observarme, ya que me había apartado un poco de ellos, aunque veía muy bien la situación que se estaba dando desde mi posición.—Ruud —me llama para que le haga caso —. ¿Podría entrar tu madre al salón para poder hablar en mejores condiciones? Aquí hace un frío que pela.“¿Por qué debo yo ceder siempre? Ella siempre ha repudiado entrar en mi cabaña, ¿por qué ese cambio tan repentino de opnión?”—Dadme una razón lógica y que me convenza para que pueda entrar —me cruzo de brazos mientras espero una respuesta coherente y con sentido d
Ahora que todos estábamos sentados, nadie se atrevía a mirar a nadie, yo tenía la mirada puesta en el techo, y no tenía ninguna intención de apartar de ahí mis ojos, ni mucho menos hablar todavía, aparte no era el único que se encontraba en estas condiciones.—Bueno, ya nos hemos mantenido por varios minutos callados —yo diría que fue más que ‘varios minutos’ —. ¿Ruud? Si no recuerdo mal, dijiste que ibas a seguir relatando lo que quedaba —siendo sincero, no tenía ninguna gana de hacerlo.En cuanto pongo en la posición adecuada mi cabeza, tengo que sobar un poco mi cuello, porque esta algo adolorido. En eso oigo murmullos pertenecientes de dos personas que son las más cercanas que tengo: Annelien y Ewout.—¿Qué estaba contando anteriormente? —la voz le temblaba. Sería bueno disfrutar de esto.<
Seguíamos bajo la luz de la luna, todos. Nadie se había movido de su lugar y yo aún ilumino todo el lugar.—Aquí no hay nada que ver —alzo la voz para que me escuchen todas las personas sin excepción alguna —. Y tú —ahora me dirijo directamente a mi madre —, deja de intentar intimidarme de una vez y no te voy a tolerar que me amenaces.Por su cara sé que no está sorprendida de mis palabras, ya se está haciendo costumbre que no le hable de una manera adecuada, pero es que ella solita se lo ha buscado. ¿Quién toleraría que le hagan algo? Y para colmo en contra de su voluntad; nadie o los que lo hagan no tienen ni media neurona en funcionamiento.Como veo que nadie se mueve doy media vuelta sin mediar palabra y entro en mi casa, cerrando la puerta, me apoyo en ella y me deslizo hasta que mi culo toca la fría madera.Alguien da golpes