Me estoy despertando y eso hace que me remueva en el asiento trasero del coche de Gerben. Siento que el automóvil no está en funcionamiento y que está parado, abro los ojos para cerciorarme de ello, y efectivamente, cuando mis ojos inspeccionan el lugar , veo que se encuentra en un aparcamiento aparcado conmigo dentro, justo en frente puedo ver una cafetería con personas dentro, solo veía movimiento, desde mi posición no se podía apreciar bien las cosas. Me quito el cinturón de seguridad y me acerco a la parte delantera para mirar por ahí, ¿qué quería ver o encontrar? A mí querido padre o a Gerben, cuando iba a mirar por los laterales, dos cabezones se asomaron por la ventanilla izquierda asustándome, eso hizo que me echara rápidamente para atrás y me diera con el respaldo de atrás. ¿Estos dos están locos o que les pasa por la cabeza? Me paso las manos
La llamada de mi hermano me habia trastocado bastante, no sabia como reaccionar. Me encontraba en cuclillas con las manos tapando toda mi cara. Los ojos los mantenia cerrados con fuerza.¿No voy a tener una vida libre? Me estoy comenzando a cansar verdaderamente de esto. Estoy cansado, agotado y no solamente fisicamente, también me repercute mucho mentalmente.Mi bombilla de ideas, esta estropeada y no funciona, no se me ocurre nada, pero, ¿voy a tener que huir de mi madre toda mi santa vida? ¡Seria agotador!Suelto un grito para desahogarme, no creo que me escuchen, estoy en el garaje, y la casa de Gerben es inmensa.Me quedo así por un rato, no quiero subir, se me está ocurriendo una locura, pero en el estado en el que se encuentra mi padre, no podemos hacerlo, además de que nos ha costado mucho salir de Louis Lake.No sé cuantos segundos, minutos o horas pasan, porque para mí, es como
Me paseo por todo el laboratorio inquieto, después de que Gerben me dijera eso, mi mente empezó a pensar y hasta ahora no para.—¿Qué coño has hecho Annelien? ¿Vas a destruir todo lo bueno que tenias? —no lo podía callar más.—No te estreses Ruud, y en vez de maldecir tanto. Hay que intentar encontrar una solución, y no quedarnos estancados.No entiendo cómo puede estar tan relajado y sin ninguna presión; y si la tiene, no se le nota en lo absoluto.—¡Cuidado! ¡Vas a romper algo, Ruud! —no me estaba dando cuenta hacia donde caminaba y por no ser por Gerben, hubiera tirado una estantería llena de tubos de ensayos, llenos de líquido de color azul y rojo. Consigo enderezarme y caminar por ese pasillo de estanterías recto para no tirar nada más, sino alguien me puede matar por estropearle su trabajo.&
El tono de llamada de mí móvil hace que me despierte, no quiero abrir los ojos, eso sería pensar en que ya empieza un nuevo día de mierda. No tengo noción de cuando me he vuelto tan negativo.El móvil sigue sonando, y me estoy hartando de escucharlo. La persona tras la línea parece ser que no desiste y piensa que voy a contestarle. Puede que lo haga, pero solamente para no escuchar el horrible sonido a estas horas de la mañana, aunque siendo sincero, no sé ni qué horas son.—¡Joder, que ya va! —hablo refiriéndome a la llamada. Mientras que me siento en la cama, abro los ojos. No quiero enfadarme tan temprano; no obstante, me lo ponen en bandeja para que lo haga.La habitación se encuentra a oscuras, menos cuando la luz parpadeante de la pantalla se hace presente. Me arrastro hasta llegar a la mesilla donde está la lámpara y el teléfono. Prim
El resto de la mañana me la pasé tirado como una marmota en uno de los dos enormes sofás que hay en el salón. No estaba de humor, no quería hablar con nadie, solamente tenía la televisión puesta para que hiciera ruido, ya que no le presté la más mínima de las atenciones.En estos precisos momentos, son las cinco de la tarde y parece que me encuentro solo en la gigantesca casa, pero no. Mi padre se encuentra descansando en su habitación, mientras que Gerben, se metió hace unas horas, justo después de comer en su laboratorio, y no ha salido desde entonces de ahí.No sé qué hacer para que este aburrimiento pase de largo y se instale en otra persona, y una de las opciones que mejor me vendría, no la puedo hacer.Salir a dar un paseo aunque sea a los alrededores es una de las opciones que queda descartada. Lo tengo completamente prohibido. Soy consci
Mi abuela se hallaba justo a un costado de mí, mantenía una de sus manos reposada en el respaldo de la silla donde me encontraba sentado.—¿Cuál es la habitación de Ludger? Querría ir a verlo —Hannie le pregunta directamente a Gerben.—Antes que nada —interrumpo —, quiero saber algo, algunas cosas no me cuadran.—Adelante muchacho, suéltalo —cuesta creer que este hombre que me está hablando de lo más tranquilo sea el padre de Annelien. Antes de decir cualquier cosa, inhalo y exhalo para poder decirlo —. Si en verdad sois los verdaderos padres de Annelien, ¿cómo es que conocéis a Gerben? ¿Y cómo sabéis del estado en el que se encuentra
—No tiene buena cara —siento mi cuerpo muy cansado, los ojos me pesan y no quiero abrirlos para ver caras.—Nunca la ha tenido —suelta otra persona, ahora no estoy para reconocer las voces, pero estoy casi seguro de que es Gerben la persona que ha hablado.—¿Siempre ha tenido la cara tan pálida? —porque no tengo casi fuerzas en el cuerpo, sino le metía un par de hostias para que se callara un poco. Parece que no se cansaba con tanta pregunta.—Sí.—¿Nunca se pone moreno?Me remuevo en el sitio y las voces cesan. No doy miedo para que ahora paren de hablar. Reprimo una sonrisa, y poco a poco, sin todav&
Después de lo que Antje había soltado tan repentinamente. Los cuatro nos mantuvimos en un inmenso silencio. Sin embargo, Antje, la chica que trabajaba para Gerben, no hacia otra cosa que parlotear, preguntando que si íbamos hacer algo.Yo por una parte tenía unas tremendas ganas de coger mi móvil y hacer una llamada a mi queridísima madre. No tenía ya suficiente con hacernos la vida imposible a su marido ni a su hijo; con eso no le bastaba, quería desatar por completo la guerra y llevarse por delante a cualquiera a su alrededor. No, no tiene el mínimo remordimiento de que sea algún familiar.Esta tan podrida por dentro que no se lo llega a creer del todo. Es tan miserable en esta vida, que tiene que joder la felicidad de los demás para poder sentirse
Parece que todo pasa a cámara lenta, desde que Diederik coge en brazos a Niek, cando yo me aparto hacia un lado para dejarles el camino libre, hasta que llega a la cima de la escalera y lo deja en el suelo. En ese momento me mira directamente a los ojos con el temor de haberla picado. Sin embargo, llevo mis ojos hasta ver la hora marcada en el reloj y falta casi un minuto hasta que vuelva a estar en el mismo estado.—¿Lo hemos hecho? —levanto la mirada y asiento. Voy subiendo las escaleras como si mis pies me pesaran diez kilos cada una.—Voy a subir al piso de arriba mientras que tú llevas en brazos a tu hermano, tienes que ser mucho más rápido que ahora —no podemos dejar que el tiempo corra en nuestra contra, es muy raro lo que le ocurre a Niek. Hay que descubrir de