Xavier ¡Este era el colmo!Para algunos lobos esto podría considerarse un sacrilegio, ¡luchar contra su propio mate! Mucho menos cuando la mía era humana, y el corazón se me arrugaba de solo pensar que ella pudiera sufrir hasta la más pequeña herida.¡Primero que ella tenía que entrenar, luego que
Carmen —¿Estás bien? —le pregunto a Xavier mientras él se aproxima a mí con cuidado y me toma en sus brazos, recostando mi cabeza en su pecho.—Estoy perfectamente... mejor que nunca —suspira.Soy brevemente consciente de que a nuestro alrededor hay una gran agitación. Freya dispone más entrenamien
Fabrizio—No puedo creer que estoy utilizando el latín que pensé que había olvidado —decía Amelia mientras revisábamos pilas y pilas de libros. Tobías realmente era un hombre intelectual y cuando dijo que fuéramos a su biblioteca era mucho más grande que la biblioteca de una pequeña ciudad.Había t
—Amorak... entonces es cierto, la profecía y todas las locuras que vienen sucediendo en los últimos tiempos —digo dejando que se asiente toda la información que me acaba de contar mi amigo.—Así es, alfa, todo cuadra: tus poderes y los de Luna Carmen, tu debilidad, el linaje de Colmillos Blancos —ex
CarmenNo era algo que yo hubiese planeado, simplemente sucedió en el momento. Me sentí extrañamente inspirada. Quizás estaba empezando a tomar más mi rol de Luna. No solo daba mi opinión y era escuchada, sino que debía confesar que también me sentía muy a gusto.Todos me habían ayudado a esto, así
Fabrizio —Lo siento, Su Majestad, creo que estamos llegando a un punto muerto —decía Tobías, quien, debía decir, no había hecho mucho de su parte. Parecía que su posición simplemente era decir no a todas las propuestas que nosotros le lleváramos, y yo sabía que Alaric estaba perdiendo la paciencia
Carmen —¿Quieren hablar conmigo? ¿Quiénes son esos lobos? —le pregunté a Fabrizio, y él me dio detalles. Parecían extraños, pocos habían escuchado hablar de ellos, y lo que me preocupaba es que nos perseguían.—Obviamente, les dije que no, pues ellos querían que fueras hasta su territorio y nosotro
Carmen—Alfa, esto es... la enfermedad... Venocromo —le digo.Veo a un par de hombres que deben haber sido jóvenes y saludables, pero que ahora están llenos de esas venas negras, tal cual como Marina, aunque en cantidades mucho mayores. Las líneas negras recorren sus labios y sus ojos, y los hombres