Fabrizio —Entonces, ¿cuál es su plan, Su Majestad?——¿Mi plan? Ya sabes cuál es mi plan, escudriñar cada uno de los rincones del reino, tomar prisioneros, castigar y torturar hasta que algún lobo me diga el paradero de mi supuestamente difunto hermano. ¿Eso es lo que quieres escuchar? Pues estoy ca
Xavier —¿Cómo está ella? —me pregunta Fabrizio por teléfono.—El doctor dijo que su corazón había sido afectado mínimamente —decía yo, recordándolo con la sangre hirviendo.—Aníbal ha sido muy tonto, no sé ni qué pensar ——Siempre ha sido más que un tonto ¿Estás seguro de que no hay una forma de ha
Marina Los preparativos para mi ceremonia eran mucho más laboriosos de lo que creía. Bruno era extremadamente querido en su manada y Xavier no quería escatimar nada para que fuera una ceremonia magnífica.Algo así debía tardar meses y nosotros teníamos pocos días para trabajar en ello. No teníamos
—Hablando en serio, si hay miedo y preocupación, pero Noemí lo tiene todo bajo control. También fuimos invitados al castillo— dice ella. El rey supongo debe estar llamando a sus aliados.—Entonces vamos a estar juntos por un buen tiempo —digo yo deleitada.Yo dejo a Tatiana y a Henry hablando con Br
Carmen—¿Dos alfas? Wow, eso es… impactante. Aunque debo decir que hay muchas historias de hombres lobo así. Es decir... son bastante interesantes —me comentaba Mariela, y me explicaba que en el mundo humano ella leía historias de ese tipo.¿Quién puede escribir historias así, de nuestro mundo?—Me
Desde el momento que iba por ese pequeño pasillo entre las sillas, caminando hacia la tarima en el medio de la manada, sentía todos los ojos en mí. Pero aun con todas las maravillas y decoraciones que había creado la manada en poco tiempo, mi foco estaba en el hombre que estaba en el medio.Xavier t
Marina Esto era más de lo que yo hubiese imaginado. Las palabras de mi mate me hacían soñar, pero lo que decían sus palabras se complementaban con la mirada que me daba. Era casi mágico.—¿Cómo te sientes? —me preguntaba mi mate mientras bailábamos. —Es extraño. Solo en mi vida había conocido a me
—Más cerca me refiero... —dice él sonriendo. Estaba nervioso, podía sentirlo, pero a la vez, estaba decidido. Él olía delicioso, su camisa estaba ligeramente abierta... era alto, fornido, un hombre maravilloso.—¿Así está bien? —le pregunté cuando nuestros cuerpos se tocaban y lo escuché jadear. Me