—Más cerca me refiero... —dice él sonriendo. Estaba nervioso, podía sentirlo, pero a la vez, estaba decidido. Él olía delicioso, su camisa estaba ligeramente abierta... era alto, fornido, un hombre maravilloso.—¿Así está bien? —le pregunté cuando nuestros cuerpos se tocaban y lo escuché jadear. Me
CarmenHabía sido una fiesta maravillosa y mientras los nuevos mates se despedían para irse a su habitación, mi Alfa volvía conmigo luego de estar con sus lobos disfrutando del bosque. En la oscuridad podía oler su delicioso aroma, ahora con tintes de tierra mojada, río y naturaleza. La cama casi t
Xavier Había sufrido, como nunca, no lo podía ni explicar. Estaba de mal humor y, por más que lo quería controlar, simplemente no podía. Por supuesto que yo no era un rabioso bruto e incoherente, como decía Aníbal. Había sabido desde el primer momento que ella tenía otro mate, y que ella podría pas
Fabrizio —Realmente sucedió de todo en Colmillos Blancos—digo yo luego de que ellos me cuenten todo lo que ha pasado, especialmente el lamentable ataque que habíamos recibido y que habíamos perdido a Aníbal.—¡Después de que estaba en nuestras manos! Estoy seguro de que ese desgraciado lo tenía pla
Carmen Ya no podía creer todo lo que había pasado, especialmente el ataque y cómo había logrado escapar Aníbal. Posiblemente era una tontería, pero yo pensaba que, si bien Aníbal no tenía redención, quizás había una posibilidad para el lobo.Los lobos eran capaces de entregar su territorio por sus
Aníbal —¿Eres estúpido o qué?——Tú no entiendes nada, Sangreoscura. No tienes idea de lo que es tener una mate. Estar unido a ella es lo único real en toda mi vida ¡ella es mía! ¡Ella es para mi! —decía yo desesperado mientras estábamos en un pequeño campamento en medio de la nada, muy lejos de ell
Xavier —¿Herejes de la Noche? ¿Qué demonios es eso? —pregunto mientras me ponen al día.Aníbal había logrado escapar y, por más que los guerreros de Su Majestad habían investigado y perseguido las huellas, era como si se lo hubiese tragado el camino.Para ser honesto, lo único que me importaba era
Carmen—¡Hermosa!——¡Es como una princesa!— decían emocionadas Tatiana y Marina.—¿Qué le parece? ¿Está muy apretado?— preguntaba Julia.—Está muy bien —respondo, mirándome al espejo, sigo sin poder creer que esa era yo. El vestido era hermoso, blanco aperlado, con detalles brillantes de plateado,