Kiya
- Mamá, ¿dónde está el jefe pluma blanca? El señor todo seriedad y responsabilidad, el que nunca llega tarde a sus citas, el señor perfección. Me hizo ir a la oficina y el señor nomás no se apareció, me dejó plantada -
-A miiiiiii, mamá, a miiii, a su hija, a su princesa más bella me dejó ahí esperando por él y ni un mensaje me mandó, por lo menos una señal de humo me hubiera mandado o una paloma mensajera como en su época–
-No puedo creer que mi padre me trate así, esto es maltrato puro, ¿qué será de mí de ahora en adelante? dios ya llévame diosito, mi padre me maltrata y mi madre me ignora, pobre de mí oh pobre de mí no sé qué voy hacer ahora– (aplausos para la dramática del día).
Se para con las manos en la cintura delante de su mamá que se encontraba preparando un pastel de chocolate, relleno de chocolate, cubierto de chocolate y espolvoreado de chocolate.
-Mamá, mamá te estoy hablando-
-Mamá me quiero morir-
-Mamá mi padre ya no me quiere, me ha cambiado por otra-
-Seguro tiene otra hija fuera de la familia y se ha convertido en su favorita, eso no, no lo puedes permitir, mamaaaaaaaaaaaaá, mamaaaaaaaaá.
A lo largo de 40 minutos Kiya siguió dramatizando y quejándose de su padre el Sr. Kurt Bemberg el gran magnate de las agencias automovilísticas y de las principales pistas de carrera en toda Europa, distinguido por su humildad y sencillez, siendo un hombre justo en los negocios, fiel a sus amigos y su familia que aquel momento la había dejado plantada sin razón alguna. Su madre la Sra. Elena Reichel no paraba de reír al ver a su hija como nunca antes, toda una loca energúmena poseída por el drama y la tragedia, pensando en qué momento su hija había ido a la escuela de actuación y dramatismo pues su humor pasaba de enojada a triste sin vacilación alguna, su hija ahora se encontraba poseída en su mal humor, aquel humor que sin duda alguna heredó de su padre.
-Por dios Kiya para, para, me estas volviendo loca, la cabeza me duele y hasta el chocolate se enfermó de escucharte, por el osito bimbo y todos sus panecitos dime, ¿De dónde sacas tantas cosas? y, ese drama tuyo me desquicia, si no fueras igualita a tu padre pensaría que no eres mi hija, que te cambiaron en el hospital al nacer, pero ya por favor contrólate o te mando al manicomio– dijo su madre, tratando de ponerse seria después de escuchar toda la cantaleta de su hija que se encontraba sumamente afectada.
Nunca en su vida nadie la había plantado, sabían que era de armas tomar e intensamente vengativa por lo que sus amigos, conocidos, hermanas y pretendientes siempre cedían ante ella sin más. Ahora probaba una sopa de su propio chocolate y tenía el sabor más amargo del mundo.
Cuando su padre llegó para disculparse con su hija y aclarar aquel mal entendido, ambas mujeres se encontraban en la sala de su casa, inmersas en sus pensamientos. La primera que lo vio llegar fue su esposa quien esbozó una sonrisa friolenta y angelical advirtiendo que se le avecinaba una tormenta, más bien un tsunami. El señor Kurt se dirigió a su hija, pero ella fue más rápida y parándose de pronto del mueble lo ignoró.
–Lo siento ya no tengo amor para dar- dijo Kiya caminando hacia la puerta principal.
Sus padres se quedaron mirándose uno a otro durante unos segundos, el dramatismo y gestos de su hija los hizo estallar en carcajadas que se escucharon en toda la villa, lo que dejó a Kiya aún más consternada por aquel bulling que sufría a manos de sus padres. Indignada salió corriendo, subió a su “bebé” como llamaba a su Audi y rechinando llantas abandonó la villa sin saber a dónde iba exactamente, nadie absolutamente nadie a lo largo de sus 27 años la hizo sentir tan mal, para ella era el fin del mundo.
Flashback
Mientras manejaba sin rumbo Kiya recordó que sus padres siempre habían estado para ella y todo lo que pedía se lo daban sin miramiento alguno, cuando sus hermanas nacieron el amor que su padre tenía por todas era incomparable, las princesas de papá, por mucho que se quisiera enojar terminaba siempre cediendo a lo que ella o sus hermanas pretendían.
A su mente vino el mejor y peor momento de su vida, en donde floreció todo el perriamor que profesaba. En su cumpleaños número diez, a pesar de su cara angelical, su tierno comportamiento, la diplomacia y elegancia que la caracterizaba también escondía gustos medios raros y poco comunes en niñas de su edad en donde todo era jugar al té y con muñecas, cosas que la tenían sin cuidado alguno, dado que todo ese protocolo barato como le llamaba no la hacía feliz y en su casa sus padres siempre se empeñaron por hacer que sus hijas buscaran su propia identidad y felicidad, aun en contra de lo que a veces pensaban ellos mismos.
Para esas fechas se estrenaba la película de “Fast & Furious 2” en donde el chiquito bebé “Brian O’Conner” y el papi chulo “Dominic Toretto” daban clases de manejo gratis a larga distancia, ver aquellas escenas era todo un deleite a la pupila del público conocedor. Así que Kiya pidió una fiesta al más puro estilo de “Rápido y Furioso”. Su padre mandó construir una pista de carreras y compró coches parecidos a los que salían en la película, como dueño de las agencias más afamadas de Europa mandó construir un coche de edición especial para su hija, ese sería su regalo sorpresa aun cuando no estaba en edad de conducir, pero ¿qué no haría por su princesa?
Entre los invitados se encontraban los actores principales de la película, que vinieron a tomarse las fotos del recuerdo con su princesa y amigos. Todo aquello parecía un verdadero set de película del que mucho se habló en toda Grecia por largo tiempo. No existía antecedente alguno de una fiesta como esa y durante casi cinco años aquel acontecimiento seguía presente. Algunas chicas trataron de igualar el evento pero sus padres no estaban para nada convencidos, motivo por el cual fue la envidia del colegio y la hacía sentir poderosa.
Recordar aquellos bellos momentos hizo que Kiya se estremeciera y pusiera en su cara un puchero de película, si alguien en esta vida era dramática era precisamente ella, como su madre siempre decía – Kiya si fueras actriz te aseguro que ganarías todos los premios del mundo, tú drama habló por sí solo-.
Fin del Flashback
Siguió manejando sin saber a dónde iba, lo único que deseaba era manejar sin parar, amaba la velocidad de los coches y la adrenalina que sentía al sentarse tras un volante, pisar el acelerador de su bebé era lo que más la tranquilizaba y en ese momento era lo que la hacía sentir bien (ella si me gana en dramas). Cuarenta minutos después llegó a su lugar preferido, el cual no visitaba desde hace un mes. Abrió apresuradamente el compartimento secreto del coche, de donde sustrajo algunos implantes y peluca para cambiar su apariencia al de una chica ruda. Las personas la recibieron con euforia, todos conocían lo que significaba tener a “K” con ellos, la chica que no sentía temor a la velocidad, lo mismo le daba enfrentar a principiantes que profesionales, sobre todo si eran hombres, verlos perder alimentaba su ego.
Solo cuatro personas estaban al tanto de la verdadera identidad de “K” y ninguno de ellos se encontraba presente esa noche, para todos era una chica de escasos recursos que participaba en las carreras para tener un poco de efectivo y sobrevivir, nunca imaginaron que fuera la heredera del Magnate en Coches Bemberg, la princesa que nació en cuna de oro. Aquella noche se sintió diferente, nadie la detendría, ni sus escoltas, ni su madre, ni sus mejores amigos, aquel día era solo ella contra el mundo, ella tomaría la decisión si ganaba o perdía, sólo ella sería la responsable, su mirada emitía un aura fría y terrorífica, hasta el viento sopló con miedo que a más de uno hizo estremecer.
La carrera estaba por comenzar, las apuestas corrieron como pólvora, el rumor de que “K” se encontraba en la plataforma se extendió a lo largo de toda la ciudad, verla correr era un deleite que pocos se podían dar, pues solo ella manejaba su agenda, no tenía contrato de exclusividad convirtiéndola en única e ingobernable. Esa noche decidió correr con su bebé demostrar que por algo era la reina de medianoche, más de uno quedó sorprendido por sus palabras, no era el coche con el que competía siempre, pero conociéndola algo tramaba y no estaban dispuestos a perder su dinero, pronto las apuestas rebasaban todos los récords. .
A lo lejos se escuchó el rugir de un poderoso motor de un Bugatti Type 57, ocho cilindros con diseño aerodinámico, negro como la noche, que se acercaba a ellos a vuelta de rueda y se detuvo a escasos dos metros, todo en ese maldito auto era negro por lo que no se apreciaba a las persona que se encontraba dentro, portaba como distintivo la letra D a los costados, nadie podía quitar la mirada de aquel bello ejemplar. Quienes conocían de coches sabían que no era uno cualquiera, provenía de una edición especial del que solo existían dos en el mercado.
Uno pertenecía a la princesa de la familia Bemberg, del que sólo se pudo ver unos cuantos meses dado que fue chocado a las dos meses de ser obsequiado, después desapareció del radar, el otro era un total misterio su comprador se mostró muy reservado y solicitó a la agencia en contrato de confidencialidad para que no se revelara la información y aquella noche estaban por conocer al prometedor dueño.
El conductor de aquel coche no salió como todos esperaban, en su lugar apareció su copiloto, un chico de chaqueta negra, 1.85 cm, cuerpo de infarto, cabello platinado, una sonrisa que hizo mojarse a más de una. Al abrir la puerta murciélago del impresionante auto se pudo apreciar unos asientos negros de piel costurados a mano con hilos de oro, sobre los asientos se encontraba bordado un logo que nadie supo distinguir. A paso tranquilo y tal cual un modelo en pasarela se acercó a los organizadores de la carrera final para lanzar su apuesta contra la carta fuerte, como llamaban también a “K”, cuando se acercaba el chico, con una expresión perversa “K” dijo - Santa virgen de la macarena si ese hombre se me acerca yo me lo tiro en la arena- todos rieron a carcajadas pues conocían que lo decía muy en serio, nada escapaba de sus manos.
En el fondo “K” se sintió ofuscada algo en su radar le indicaba que no eran buenas noticias, conocía de la potencia y de lo que era capaz el Type 57 pues ella era la dueña de la otra edición, pero no daría marcha atrás, si le tocaba morder el polvo lo haría dando pelea con su bebé, sólo ella era capaz de enfrentar al mismo diablo y darle consejos, se juró así misma, que si salía bien librada de ésta no volvería a la plataforma sin su auto de carrera, que jamás el impulso la llevaría de vuelta sin sus mejores armas, nadie vería a la Reina de la noche caer así tuviera que aprender a rezar el padre nuestro en ese momento.
Daniel -Hoy por fin estaré en casa después de muchos años ausente, muero por ver a mis hermanos, ja ja ja ja a los castigados de mis amigos que tanto extraño y ni se diga de mis padres que son lo mejor que me ha tocado en la vida. Sin ellos mi vida sería un completo caos, pero ni se te ocurra mencionarlo porque luego ni quien los soporte, se sentirán la última coca cola del desierto– dijo Daniel entre risas a su guardaespaldas que lo ha acompañado desde hace ocho meses.Se había marchado de Grecia hace 17 años con tan solo la ropa que llevaba puesta y su celular, si existía alguien terco, eran él, una mula y el diablo, donde todos se sentaba a tomar clases. Su decisión tomó por sorpresa a sus padres que solamente lo apoyaron pero no estaban de acuerdo, para ellos solo era un capricho de un adolescente de 13 años del que solo su padre con el p
DanielNo podía creer lo que estaba pasando, estaba verde del enojo me confié en una carrera tan sencilla. Una carrera callejera. ¿Así espero remontar mi carrera?-El Audi está arreglado– mencionó Andrew, mientras se acercaba a mí con su típico caminar de pasarela, -su dueño es todo un profesional, no la tenías fácil Bro, recuerda que todavía estás en recuperación--Baaahh!- fue todo lo que logré decir en ese momento, el coraje me tenía verde, estaba a punto de convertirme en Hulk. Tenía que conocer a mi oponente y destruirle la cara personalmente aunque fuera sólo en mi mente, tenía que grabarme su rostro para destruirlo, aquello sería algo personal a partir de ese momento, no tendría paz hasta regresarle la humillación que me hizo pasar, eso lo juro por el osito bimbo y todos los
-¿Qué diablos fue eso Daniel?¿Cómo te atreves a amenazar al corredor número uno de la ciudad?¿Quieres que nos linchen a todos en la primera noche en la Plataforma?¿Por qué no controlas tu maldito carácter?- dijo Andrew mientras manejaba camino a casa.-Quedamos como estúpidos delante de todos por tu arrogancia, ni el accidente te hizo sentar cabeza y ganar humildad– argumentó Bruce, mientras cruzaba los brazos en el asiento del copiloto.-Lo siento, no pude contenerme- dije rascándome la cabeza.-Lo siento, lo siento, lo siento, ¿Qué diablos sientes?, ni tu corazón porque no tienes- dijo Andrew-¡Por dios!, al perro con otro hueso, ¡ya estoy cansado de limpiar tu cochinero siempre, no sabes lo peligroso que puede ser lo que acabas de hacer!- refunfuño Bruce. -“K” no es cualquier persona, para
Sábado 10 noviembre 2018, 8:00 am.Los rayos del sol entraban por la ventana del departamento de Kiya, llegando justo a la cara de ambas que se encontraban dormidas en el piso de la sala.Después de un trasnocho y un plan maquiavélico, estaba claro que la guerra estaba por empezar y todo por una carrera de coches que a simple vista no era relevante, pero para los involucrados era como el mayor de los insultos.-¡Ay! mi cabeza, dios, dios quién me golpeó tan feo- dijo Melody-Cállate, no grites tan fuerte, aquí estoy, ¡¡¡ah!!! Mi cabeza duele – se quejó Kiya.-Definitivamente en noches como ésta, me dejo guiar por el lema: “Lo que pasa en tu mente se queda en tu mente” digo, por mi propio bien, no lo vuelvo hacer- gritó Melody cuando corría directo al baño.Mientras Kiya se acostaba de nuevo en el fr&i
KiyaSentada frente a la computadora de Boni, entraba a cada uno de los sistemas de la Ciudad para dar con el paradero de los coches y las direcciones de sus propietarios del famoso Club de Toby que no tenía idea de lo que estaba por suceder.Eran más de cuatro sistemas diferentes a los que pudo ingresar sin problema alguno, “K” no era solo el nombre que usaba en la Plataforma, también era el nombre que usaba como hacker y del que pocos tenían conocimiento. Como toda una diva iba entre un sistema y otro recabando la información. Estaba a punto de terminar cuando una fotografía llamó su atención. Melody & Boni entraron a la oficina enfrascados en un duelo de palabras.-Han terminado con su amorío- pregunto Kiya sonriendo.-¡Claro querida!, nada que no se pueda controlar– dijo Melody con sarcasmo.-Entonces, déjame correr este últ
Boni iba a continuar con sus argumentos, pero su celular emitió una alerta, al verificar el mensaje descubrió que el Príncipe lo estaba citando a media noche en “PK Cocktail Bar”. Sin duda el motivo de la reunión era lo sucedido en las últimas 24 horas, tras responder informó a las chicas.-Creo que tenemos un aliado más al equipo- manifestó Boni. –“El Príncipe” me ha citado a media noche en el PK Cocktail Bar”, por sus palabras deduzco que no está de buen humor, esperemos a ver que dicen sus contactos-El Príncipe, era el responsable de lo que pasaba en la Plataforma, nadie corría sin su visto bueno. De él se sabía poco, se dijo que era un Gánster con nexos en toda Europa, otros pensaba que se dedicaba al narcotráfico de personas y de sustancias. Existían mil versiones relacionadas, pero nadie conocía con exa
Bruce había llegado por fin, pero debido al gran número de espectadores, no tenía la mejor de las visiones, como pudo entró a la cabina, quedando en shock cuando vio a la chica aventar los platos con los postres sobre las paredes, su cabeza estaba a punto de explotar. A esas alturas no reconoció a ninguno de los presentes, un grito salió de su garganta.-¿Pero quién demonios te crees?- Dijo Bruce.Todos voltearon a ver de dónde provenía ese grito, el gerente quien antes se mostró arrogante, ahora no sabía que decir, su jefe estaba presente ante aquella situación que no pudo controlar de la mejor manera. Todo lo que quedaba era culpar a los demás y salvar su pellejo.-¡Jefe!, la señorita no tiene dinero para pagar lo que han comido, por lo que está haciendo destrozos para irse sin pagar, he llamado a los guardias y a la policía- expres&oacu
-Ustedes también deberían de irse, su papá viene en camino- fueron las palabras que se repetían una y otra vez en la memoria de Daniel. Por la expresión de sus amigos estaba seguro que ella era su chica, la dueña de su corazón. Si sus sospechas eran ciertas, entonces su padre también estaba por llegar. Kiya, Melody y Boni abandonaron el restaurante sonriendo, ganaron la primera pelea contra el Club de Toby y ellos ni por enterados se dieron. El coche avanzó con dirección desconocida, lo importante era estar lejos antes de que el Sr. Kurt llegara. -De ahora en adelante, tendré que juntarme más con ustedes, tengo mucho que aprenderles señoritas- dijo Boni mientras manejaba. -Esto es solo el principio- dijo Melody segura de lo que venía. -¿Dónde las dejo?- Pregunto Boni, -recuerden que el príncipe me está esperando- -Detente en la siguiente cuadra frente al café, tomaremos un taxi a mi departamento- dijo Kiya. -Puedo llevarlas- pregunto B