Daniel
No podía creer lo que estaba pasando, estaba verde del enojo me confié en una carrera tan sencilla. Una carrera callejera. ¿Así espero remontar mi carrera?
-El Audi está arreglado– mencionó Andrew, mientras se acercaba a mí con su típico caminar de pasarela, -su dueño es todo un profesional, no la tenías fácil Bro, recuerda que todavía estás en recuperación-
-Baaahh!- fue todo lo que logré decir en ese momento, el coraje me tenía verde, estaba a punto de convertirme en Hulk. Tenía que conocer a mi oponente y destruirle la cara personalmente aunque fuera sólo en mi mente, tenía que grabarme su rostro para destruirlo, aquello sería algo personal a partir de ese momento, no tendría paz hasta regresarle la humillación que me hizo pasar, eso lo juro por el osito bimbo y todos los panecitos.
El club de Toby estaba en shock, sus caras eran todo un poema, mis antenitas de vinil me indicaba que algo andaba mal, solo esperaba que mi padre no estuviera ahí. En la meta los presentes corrieron a esperar la salida de “K” del coche, no esperaban que diera esa pelea con su coche, gozaba sorprendiendo a todos, no niego también quería conocerlo.
Me acerque a ellos con cara de pocos amigos, apenas iba articular palabra cuando una hermosa silueta se aproximaba, parpadeé muchas veces, talle mis ojos, me estaba jugando una mala pasada, no era un chico era una chica, “K” era mujer, una hermosa y bella chica que me daba la bienvenida a la ciudad, era ella quien me hizo ver mi negra suerte.
-¿Alguien tiene un plan malvado para conquistar al mundo? los de Daniel no funcionan- pregunto Bruce con cara burlona, sacándome de mis pensamientos.
Todos se miraban intrigados, el Club de Toby se giró a mirarme, iban de “K” a mí una y otra vez, sin entender qué pasaba. No podía esperar ser atacado por ella, suficiente tenía con saber que un Audi pudo igualarme en una carrera, sin pensarlo argumenté
-Qué no se diga que no soy un caballero, y le gano a las damas débiles, aunque las mujeres son para estar en la cocina o cuidando a los niños, ya no son horas de estar en la calle, mucho menos en cosas de hombres–
La plataforma quedo en total silencio ante mi estúpido comentario, yo mismo quería darme unos zapes por hocicón, mi primera carrera y ya los tenía en mi contra, nadie podría ayudarme a salir de esto.
De reojo pude ver las expresiones de mis amigos, querían matarme, prenderme fuego, si algo odiaban de mi era mi arrogancia hasta en los peores momentos, pero las palabras no se regresan, tenía que asumir mi estupidez. Para rescatar el momento Andrew como todo un negociador se hizo cargo de la situación, mientras mis amigos me llevaban a rastras al coche dándome el sermón del día y esta vez lo merecía.
-¡Espera!- dijo una voz en tono firme y sensual, transmitiéndome una corriente por todo el cuerpo. ¡Rayos! esa voz me dejó en las nubes por completo, me hizo estremecerme, me hizo pensar en ella debajo mío y yo recorriendo cada centímetro de su cuerpo, comien… ¿pero qué rayos estaba pensando? No tenía idea de nada y yo estaba pensando en llevarme a la dueña de esa voz a la cama, ¿Cómo podía pensar de esa forma?
Me giré sobre mis talones para descubrir de dónde venía la hermosa voz que me puso loco y ahí estaba ella, un precioso ángel con cara de maldita, la culpable de que me sintiera de la patada, nuestras miradas se cruzaron lentamente, todos desaparecieron del radar, solo éramos ella y yo. Su sonrisa de ángel me estaban volviendo loco, me tenía completamente hipnotizado por no decir idotizado, sus preciosos ojos azules como el cielo daban tranquilidad, una tranquilidad que no sentía en absoluto, más bien me sentía en el infierno, cerca de su boca dos lunares que invitaban a pecar, dos malditos lunares completamente sexis y alineados, sus padres sí que le dedicaron tiempo en hacerla.
¡Por dios! esta mujer es perfecta, simplemente perfecta para amarrarla a la cama y darle duro contra el muro.
…
-Sepa usted, caballero, que de una mujer podrá obtener amor o sexo y en algunas ocasiones hasta las dos cosas; pero dudo mucho que obtenga algo llamado tranquilidad- dijo “K” sin ofuscarse, con las manos en su chaqueta verde de cuero y dando pasos sexis hacia donde me encontraba, contoneando sus caderas en ese pantalón de mezclilla tan ajustado que me estaba atormentando. Acomodo su cabello platinado de un lado, extendió su mano para rozar mi hombro y dejar un guiño que hizo sacar mi lado perverso.
Se escuchó un re chiflido de fondo que me puso a hervir la sangre.
-Esta insolente mujercita me está sacando de quicio y haciendo mala publicidad en solo una noche. ¿Qué, nadie le ha enseñado a respetar a sus superiores?- Pero no podía mostrar aquella molestia delante de ellos, sería mi fin sin haber empezado.
Mi yo interno me estaba jugando chueco, se puso de su lado, no me estaba ayudando a pensar de manera clara, quería salir corriendo pero a la vez quería callarle la boca a besos.
-Creo que es mejor que nos vayamos, debes descansar- dijo Caleb.
-Yo voy por el coche- mencionó Said, quien se encontraba sudando frío.
El Club de Toby estaba conflictuado en ese momento, en los últimos años no habíamos enfrentado un problema como éste. Pero mi yo interno, no podía quedarse callado, dejar que una niña hablara por mí no era mi estilo, así que, volví abrir mi terrible bocota.
-Cuidado cariño, te puedes lastimar y no tengo seguro médico por el momento- dije mostrando una sonrisa que no sentía, tratando de quitarle importancia al momento.
-¿En serio, “C A R I Ñ O”? dijo “K”, mencionando letra por letra y haciendo ademán de “comillas” con las manos.
Válgame dios, esta mujer me está volviendo loco, no se puede quedar callada por un segundo, porque tiene una contestación para cada palabra que le digo. Santo Niño de Atocha ayúdame porque me sofoca.
Se podía sentir las respiraciones cortadas de todas las personas en la Plataforma, nadie se movía de su lugar y todo por una simple carrera que terminó en empate entre una chica y un chico que no se conocían hasta hoy.
-Creo que es tiempo de que cada uno regrese a su escondite, no tarda en llegar la policía, se rompieron muchas reglas esta vez– dijo Boni, quien se encargaba de la difusión de las carreras y controlar el tráfico en la ciudad, lo que hacía que la Plataforma fuera exitosa siempre y sin contratiempos.
-Señores, Señoritas el show se terminó- dijo el Príncipe –Gracias por su visita, estén al pendiente de las próximas carreras-
Todos tomaron rumbos diferentes, en cuestión de segundos la Plataforma se encontraba completamente sola. Ni un alma se veía por el rumbo. “K” seguía parada a un costado mío, con un aire de autosuficiencia y frialdad, parecíamos dos gallos de pelea en pleno ruedo, pero tenía que irme, si llegaba la policía y mi padre me descubría, no alcanzaría ni tablita. Sin quitar la mirada de ella dije:
-Tú a mí, no me impresionas con tus carreras nena-
-Mis carreras es lo que menos te impresionarán de mí… guapo-
Soltando un beso en el aire, con pasos firmes camino a su coche, abordándolo sin mirar atrás, dejando el lugar a toda prisa, como alma que lleva el diablo. Estaba completamente aturdido, bendito infierno de mujer, me hizo perder los estribos tan fácilmente, no me lo esperaba.
Tenía que investigar quien era ella, saber de dónde venía, a que se dedicaba, era soltera, casada, divorciada o viuda, tenía que someterla, tenía que tenerla entre mis piernas, hacerla gritar mi nombre hasta que se lo aprendiera de memoria y pidiera piedad mil veces, debía regresarle el recibimiento dado el día de hoy.
-¿Qué diablos fue eso Daniel?¿Cómo te atreves a amenazar al corredor número uno de la ciudad?¿Quieres que nos linchen a todos en la primera noche en la Plataforma?¿Por qué no controlas tu maldito carácter?- dijo Andrew mientras manejaba camino a casa.-Quedamos como estúpidos delante de todos por tu arrogancia, ni el accidente te hizo sentar cabeza y ganar humildad– argumentó Bruce, mientras cruzaba los brazos en el asiento del copiloto.-Lo siento, no pude contenerme- dije rascándome la cabeza.-Lo siento, lo siento, lo siento, ¿Qué diablos sientes?, ni tu corazón porque no tienes- dijo Andrew-¡Por dios!, al perro con otro hueso, ¡ya estoy cansado de limpiar tu cochinero siempre, no sabes lo peligroso que puede ser lo que acabas de hacer!- refunfuño Bruce. -“K” no es cualquier persona, para
Sábado 10 noviembre 2018, 8:00 am.Los rayos del sol entraban por la ventana del departamento de Kiya, llegando justo a la cara de ambas que se encontraban dormidas en el piso de la sala.Después de un trasnocho y un plan maquiavélico, estaba claro que la guerra estaba por empezar y todo por una carrera de coches que a simple vista no era relevante, pero para los involucrados era como el mayor de los insultos.-¡Ay! mi cabeza, dios, dios quién me golpeó tan feo- dijo Melody-Cállate, no grites tan fuerte, aquí estoy, ¡¡¡ah!!! Mi cabeza duele – se quejó Kiya.-Definitivamente en noches como ésta, me dejo guiar por el lema: “Lo que pasa en tu mente se queda en tu mente” digo, por mi propio bien, no lo vuelvo hacer- gritó Melody cuando corría directo al baño.Mientras Kiya se acostaba de nuevo en el fr&i
KiyaSentada frente a la computadora de Boni, entraba a cada uno de los sistemas de la Ciudad para dar con el paradero de los coches y las direcciones de sus propietarios del famoso Club de Toby que no tenía idea de lo que estaba por suceder.Eran más de cuatro sistemas diferentes a los que pudo ingresar sin problema alguno, “K” no era solo el nombre que usaba en la Plataforma, también era el nombre que usaba como hacker y del que pocos tenían conocimiento. Como toda una diva iba entre un sistema y otro recabando la información. Estaba a punto de terminar cuando una fotografía llamó su atención. Melody & Boni entraron a la oficina enfrascados en un duelo de palabras.-Han terminado con su amorío- pregunto Kiya sonriendo.-¡Claro querida!, nada que no se pueda controlar– dijo Melody con sarcasmo.-Entonces, déjame correr este últ
Boni iba a continuar con sus argumentos, pero su celular emitió una alerta, al verificar el mensaje descubrió que el Príncipe lo estaba citando a media noche en “PK Cocktail Bar”. Sin duda el motivo de la reunión era lo sucedido en las últimas 24 horas, tras responder informó a las chicas.-Creo que tenemos un aliado más al equipo- manifestó Boni. –“El Príncipe” me ha citado a media noche en el PK Cocktail Bar”, por sus palabras deduzco que no está de buen humor, esperemos a ver que dicen sus contactos-El Príncipe, era el responsable de lo que pasaba en la Plataforma, nadie corría sin su visto bueno. De él se sabía poco, se dijo que era un Gánster con nexos en toda Europa, otros pensaba que se dedicaba al narcotráfico de personas y de sustancias. Existían mil versiones relacionadas, pero nadie conocía con exa
Bruce había llegado por fin, pero debido al gran número de espectadores, no tenía la mejor de las visiones, como pudo entró a la cabina, quedando en shock cuando vio a la chica aventar los platos con los postres sobre las paredes, su cabeza estaba a punto de explotar. A esas alturas no reconoció a ninguno de los presentes, un grito salió de su garganta.-¿Pero quién demonios te crees?- Dijo Bruce.Todos voltearon a ver de dónde provenía ese grito, el gerente quien antes se mostró arrogante, ahora no sabía que decir, su jefe estaba presente ante aquella situación que no pudo controlar de la mejor manera. Todo lo que quedaba era culpar a los demás y salvar su pellejo.-¡Jefe!, la señorita no tiene dinero para pagar lo que han comido, por lo que está haciendo destrozos para irse sin pagar, he llamado a los guardias y a la policía- expres&oacu
-Ustedes también deberían de irse, su papá viene en camino- fueron las palabras que se repetían una y otra vez en la memoria de Daniel. Por la expresión de sus amigos estaba seguro que ella era su chica, la dueña de su corazón. Si sus sospechas eran ciertas, entonces su padre también estaba por llegar. Kiya, Melody y Boni abandonaron el restaurante sonriendo, ganaron la primera pelea contra el Club de Toby y ellos ni por enterados se dieron. El coche avanzó con dirección desconocida, lo importante era estar lejos antes de que el Sr. Kurt llegara. -De ahora en adelante, tendré que juntarme más con ustedes, tengo mucho que aprenderles señoritas- dijo Boni mientras manejaba. -Esto es solo el principio- dijo Melody segura de lo que venía. -¿Dónde las dejo?- Pregunto Boni, -recuerden que el príncipe me está esperando- -Detente en la siguiente cuadra frente al café, tomaremos un taxi a mi departamento- dijo Kiya. -Puedo llevarlas- pregunto B
Al ser transmitida en vivo, la pelea se ha regado como pólvora por toda Europa. Kevin quien estaba saliendo de un evento en Nueva York, se alarmó al ver lo que estaba pasando en Grecia, sin importar la hora marca a sus fieles amigas, sin duda alguna, conoce de lo que son capaces Kiya y Daniel, en el fondo de su corazón su preocupación radicaba en Melody, no quería que la expusieran como hace algunos años. Además no le agrada la idea de que Bruce esté cerca de ella, por lo que pide a su asistente compre un billete en el próximo vuelo a Grecia.Una, dos… diez llamadas sin éxito, se estaba volviendo loco al no saber nada, casi dos horas insistiendo en llamadas, textos, twitter, pero aquello era inútil, por lo que decide no esperar al primer vuelo de mañana, si no decide llamar a la compañía para que le manden el avión privado de la empresa que se utiliza para urgencias
No había marcha atrás, definitivamente no sólo la vida de Kiya y Daniel estaba por cambiar, también lo estaban la vida de Kevin, Melody, Bruce y todo aquel que estuviera relacionado con el tema. Aquella confesión dejaría al descubierto algunas verdades que Kiya desconocía en relación a su mejor amiga. Además, entendería por qué sus padres la protegían tanto. En algún momento llegó a sentir celos de Melody, por quitarle la atención de sus padres, lo que ella en realidad no sabía era que su mejor amiga los necesitaba más que nunca.Hay secretos que deben llevarse hasta la tumba, pero aquel secreto no podía ocultarse más si la vida de Melody estaba en juego, y eso claramente lo sabía Kevin y el Sr. Kurt quienes la han protegido desde el accidente.-Kevin, Kiya… por favor ya no peleen más, todo fue un accidente, som