—¿Por qué lo has hecho?—exigió la peli negra clavando sus ojos azules como el azufre ardiendo en su hermano, este blanqueó los ojos con furia negando.
Enzo no respondió soltó un gruñido que el resto de los hombres interpretaron con que debían dejarlos solos. Finalmente se levantan de sus asientos y los dejan en medio del viejo despacho del cabeza de los Lombardo.—¡Bianca!—gritó golpeando la mesa haciendo que ella de un saltito asustada.—Enzo, eres un miserable…¿Cómo has podido jugar con todos de esta manera? Creí-Su hermano la interrumpe levantándose de forma brusca aún sabiendo que su hermana estaba haciendo su mejor esfuerzo por no echarse a llorar, así era la dócil y amable Bianca Lombardo. Ella se tambalea levemente de forma torpe asustada por la brusquedad.—Creías mal. Mientras tu hacDecidió seguir su camino sin siquiera responderle, en su mente había otros problemas más grandes que una de las ratas de su hermano estuviese haciendo juego sucio. Prefirió pensar que habían sido imaginaciones suyas con lo paranoico que era Ezra con sus hombres, era más fácil encontrar antes una aguja en un pajar, que reconocer el cuerpo de un hombre que hubiese roto la omertá. No había hombre que estuviese en la mansión de los Lombardo que no supiese que la traición a Enzo Lombardo era garantía a morir, eso era obvio, pero después de haber padecido las peores torturas. Se encargaba sencillamente que estando vivo desearas estar muerto.Su móvil vibró poco antes de llegar a su habitación, su corazón se encogió al descubrir que era un mensaje de Adriano. No lo podía creer. Casi de forma instintiva guardó el móvil de nuevo en el bolsill
—¿Últimas palabras?—preguntó la mujer con burla, parecía fuera de si…En el caso de Malak parecía dentro de si, era todo lo que se podía esperar de una niña que había sido pisoteada des del primer momento. Que había vivido los peores horrores por culpa de la rata que tenía frente a frente en esos instantes y por las que nadie ni nada podría ni debía sentir un minímo de misericordia. Sacó su collar y se lo mostró orgullosa, lo besó.El último recuerdo de su padre.El hombre la miró con miedo, gimoteó, no podía pronunciar palabra su boca estaba cosida con hilo. Lo había hecho ella misma saboreando cada gemido de dolor que había salido en el proceso, sintiendose llena y con el control, plenitud y control que le habían sido arrebatados sin que pudiera hacer nada. —Eso me temía—sonrío con orgullo activando la trituradora.Sintió la satisfacción de saberse con poder, de hacer sentir a Vitto lo que le había hecho a ella y más, de hacerlo sentir como lo que se sintió ell
Era atractivo, bastaba con dedicarle un par de miradas para que sacara un suspiro a cualquier mujer, incluso a las que creían tener el corazón de hierro. Ojos gatunos, capaces de desnudar a sus amantes sin usar las manos, labios carnosos, que volvían adictas, obsesivas a cualquiera, que se dignara a besarlos, piel levemente tostada, pelo marrón prácticamente rubio engominado. No le gustaba la barba, de hecho siempre se burló de Dominik y Adriano porque les hacía verse mayores, y a Marlon le encantaba ser joven y vivir sin desmedida. Así era Marlon Black, nada de su vida era estable excepto los billones que hacia junto a su colega Adriano en el despacho, bufete aclamado por las revistas más prestigiosas e incluso las Universidades más exitosas del mundo les solicitaban que dieran seminarios y conferencias sobre derecho, administración y económicas. Al fin y al cabo representaban las empresas má
—¿Qué cojones te pasa, Alonzo?—escupió con fuerza sus palabras Dominik al niño sin poder creerse lo que estaba sucediendo, intentó poco después deshacerse de las cuerdas que lo ataban, totalmente en vano, lo único que provocó es agravar sus heridas y las de Meredith.El niño se mantuvo con expresión neutral. No gesticuló ni expresó palabra, tan solo observó la escena con seriedad, hizo una señal a sus subordinados, dos niños que no levantarían ni dos palmos para que se fueran y lo dejaran solo con sus invitados.—No es tan fácil como crees, tu muerte dejó un vacío de poder y nos dejó desamparados a mis hermanos y a mi, ahora estamos sometidos a un nuevo jefe. Lo siento pero debo mirar por los míos—expresó el niño con un hilo de voz—Él no tardara en llegar—añadi&oacu
Las luces rojas parpadeando de forma frenética fue lo que hizo que los cinco hombres que habían en esa sala se dieran cuenta de que la chica nueva tenía algo mucho más especial que el resto, su piel blanca, fina, prácticamente de porcelana en contraste con esa cabellera larga negra perfectamente lisa, la hacían verse extremadamente inocente.Pronto Bianca abrió los ojos de par en par al sentir el frío rodear su prácticamente desnudo cuerpo, se llevó las manos a su cuerpo tapándose de forma instintiva ante la mirada invasora de sus atacantes. Estos susurraron algo en un idioma que ella no supo distinguir haciendo que mil arcadas se formaran en su estomago. El olor a combustible y a moho que desprendía el lugar casi de forma natural no ayudó a que su mareo mejorara.No sabía como había llegado ahí pero ahí estaba. Los miró sin esconder su miedo, su co
—Lo sentimos, el cuello de la mantis religiosa vale más—susurró uno de ellos tirando de la peluca dejando la melena de Malak atada en un moño al descubierto. Ella lo miró con asco, blanqueó los ojos disgustada.—¡Malak!—gritó con sorpresa Ezra—¡Debí haberlo sabido siempre con tus mil disfraces!—añadió negando incrédulo a lo que ella le dedicó una de sus mejores sonrisas, llenas de burla y veneno.Finalmente volvió a blanquear los ojos ignorándolo, dejó ir un suspiro, dejó el cuerpo de su hermana en el suelo. Poco después buscó con la mirada a uno de los hombres de lo que era el hombre que la crio, que le respondió asintiendo. Pronto vendría a por Meredith mientras ella se encargaba de esos cerdos.—Primero que todo, debo decir que yo no había venido a esto chicos, de verdad, yo
—Lo sentimos, el cuello de la mantis religiosa vale más—susurró uno de ellos tirando de la peluca dejando la melena de Malak atada en un moño al descubierto. Ella lo miró con asco, blanqueó los ojos disgustada.—¡Malak!—gritó con sorpresa Ezra—¡Debí haberlo sabido siempre con tus mil disfraces!—añadió negando incrédulo a lo que ella le dedicó una de sus mejores sonrisas, llenas de burla y veneno.Finalmente volvió a blanquear los ojos ignorándolo, dejó ir un suspiro, dejó el cuerpo de su hermana en el suelo. Poco después buscó con la mirada a uno de los hombres de lo que era el hombre que la crio, que le respondió asintiendo. Pronto vendría a por Meredith mientras ella se encargaba de esos cerdos.—Primero que todo, debo decir que yo no había venido a esto chicos, de verdad, yo
Dos sombras, la primera es de un hombre alto y segura de sus pasos, la otra es de alguien bajito e indeciso, mira siempre hacia el primer hombre como si fuera su referente. Tienen los rostros cubiertos con dos Palestinas, el primero de ellos guarda un arsenal de armas en el abrigo. Ambos caminan con pasos igual de apresurados hasta llegar finalmente a la entrada del antro, en su trayectoria un cliente totalmente embriagado por el alcohol, salta a los brazos del primer hombre que rápidamente lo mira con sorpresa.—¡Pague, no se puede tocar a las chicas sin pagar!—gritó una voz persiguiéndolo con rabia.—Era una zorr—el hombre ni siquiera lo deja terminar, le da un cabezazo y lo tira como si fuera un deshecho sin prestarle más importancia continua con su trayecto mientras la música, los gritos de los clientes, de las chicas llorando, y de sus proxenetas vendiéndolas va torturando sus tímpano