—Esta chica no parara de meterse en problemas, algún día me darás un disgusto a mi y a todos…Chiara, te estás exhibiendo, Enzo Lombardo Jr y Julia no son precisamente el tipo de casos que hemos tratado—soltó entre bufidos Eleonor notablemente angustiada.Eleonor era la mejor amiga de Chiara, una de sus mejores aliadas en el barrio.—Lo siento, Eleonor. No quiero preocuparte, pero tengo que hacer algo, no puedo simplemente quedarme de brazos cruzados sabiendo que hay gente inocente en peligro—respondió Chiara con determinación. —Lo entiendo, Chiara, pero no tienes que hacerlo sola. Siempre puedes contar conmigo y con los demás, juntos podemos encontrar una solución—dijo Eleonor, tratando de tranquilizar a su amiga. —Gracias, Eleonor. Sé que puedo contar contigo—dijo Chiara, sonriendo agradecida. Chiara se sintió reconfortada al recibir el abrazo de su amiga Eleonor, quien le brindaba su apoyo incondicional en la difícil lucha contra la mafia. La joven se dio cuenta de que no estaba so
Jeremiah la miró con una sonrisa irónica y le ofreció un trago de whisky. Chiara lo rechazó y fue directo al grano.—Necesito información sobre Enzo Lombardo Jr y Julia… Cómo asegurarme que ambos puedan escapar de las garras de la mafia Lombardo y las bandas rebeldes jefas del padre de Julia—dijo Chiara, sin rodeos.Jeremiah Ricci la miró con desprecio y se burló de ella.—¿Y por qué debería ayudarte? ¿Qué tienes para ofrecerme a cambio? —preguntó, mientras se servía otro trago de whisky.Chiara se mantuvo firme y le respondió sin titubear:—No tengo nada que ofrecerte, pero si no me ayudas, no solo estarás poniendo en peligro la vida de Enzo y Julia, sino también la de mi gente, la de todo el barrio. Sabes tan bien como yo que si algo les sucede, la policía no tardará en intervenir y tu familia perderá el poco control sobre el territorio.Jeremiah Ricci se levantó de su silla y se acercó a ella con un gesto amenazador.—No me amenaces, niña. No sabes con quién te estás metiendo —dij
Jeremiah se quedó callado unos instantes, evaluando a Chiara con su intensa mirada. Luego, habló con tono grave y serio:—He escuchado de tu labor, Chiara. Y te advierto que no serás bienvenida entre muchos de mis conocidos si sigues adelante con esto.Chiara no se dejó intimidar y respondió con firmeza:—No voy a dejar que eso me detenga. La mafia no puede seguir haciendo daño a gente inocente y no voy a quedarme de brazos cruzados mientras eso ocurre.Jeremiah la observó por unos instantes más, antes de asentir levemente.—Entonces, ¿qué necesitas de mí?Chiara explicó su situación y sus planes para rescatar a Enzo y Julia. Jeremiah escuchó atentamente y luego, tras unos segundos de reflexión, asintió.—Te ayudaré. Pero ten en cuenta que esto no será fácil, y necesitarás estar preparada para lo que pueda venir.Chiara asintió, agradecida por su ayuda.—Lo sé, pero no voy a rendirme.Chiara no pudo evitar sentir un escalofrío al escuchar las palabras de Jeremiah. Sabía que estaba en
El corazón de Chiara prácticamente paró en ese instante.No podía ser cierto. No podía simplemente hacerlo.Miró su móvil de nuevo, el mensaje era claro. Debía ir a la casa de Marco Lombardo y robarle los calzoncillos… Las mejillas de Chiara ardieron poco después de ver que Jeremiah se estaba quedando con ella.Rápidamente escribió de vuelta que si era una broma.Para su mala suerte no.Chiara, todavía en shock por el mensaje, decidió llamar a Jeremiah para obtener más información.—Jeremiah, ¿qué significa todo esto? ¿Por qué tengo que robar los calzoncillos de Marco Lombardo?—, preguntó Chiara con una voz temblorosa.—Es parte de nuestro plan—, respondió Jeremiah en un tono serio. —Necesitamos esos calzoncillos para incriminar a Marco en nuestro esquema. No te preocupes, te compensaré por tu trabajo.Chiara se sintió aún más confundida. ¿Cómo había llegado a esto? ¿Cómo había terminado envuelta en un plan tan descabellado y potencialmente peligroso? Pero, al mismo tiempo, necesit
—Marco, deja libre a tu hermano y a su novia…—soltó Chiara—Soy maestra, Marco. Estáis jodiendo el futuro de estos niños prácticamente, voy a clase y paso lista con miedo de que mis alumnos hayan sido asesinados la noche anterior en un intercambio fallido de drogas—suelta Chiara notablemente dolida.Marco la mira con seriedad analizando la situación.Finalmente se encoge de hombros, saca un cigarrillo y lo enciende con desgana.—No es mi problema.Chiara se acerca a Marco y le agarra el brazo con fuerza, mirándolo directamente a los ojos. —Lo es, Marco. Todos tenemos la responsabilidad de hacer lo correcto y proteger a nuestra comunidad. ¿De verdad quieres seguir siendo parte de esto? ¿De seguir lastimando a la gente que vive aquí? ¿De ver a jóvenes como tu hermano y su novia perder su futuro por una vida de crimen? Marco la mira en silencio por unos segundos antes de soltar un suspiro y asentir con la cabeza. Chiara sintió cómo la desesperación comenzaba a apoderarse de ella. Había
Mientras tanto, Jeremiah estaba en su oficina, preocupado por Chiara. Sabía que la había metido en una situación peligrosa y se sentía responsable de su seguridad. Pero también sabía que ella era valiente y estaba dispuesta a arriesgar todo para ayudar a los demás. Él hacía tiempo que había decidido tirar la toalla con la mafia.Había visto suficiente violencia y corrupción en su vida y había llegado a la conclusión de que era hora de hacer algo diferente. Por eso, había estado trabajando en secreto para desmantelar la organización y llevar a los criminales ante la justicia.Pero sabía que no podía hacerlo solo. Por eso, había buscado a Chiara. Había visto en ella la misma pasión por la justicia que él mismo tenía y sabía que juntos podrían hacer una gran diferencia.Mientras pensaba en todo esto, su teléfono sonó. Era uno de sus hombres de confianza, informándole que habían localizado a Chiara, Enzo y Julia en una de las propiedades de la mafia. Jeremiah supo entonces que era hora d
FLASHBACKChiara estaba sentada en el suelo frío y húmedo de la mazmorra, con los brazos abrazando sus rodillas. La habitación estaba a oscuras, con sólo una pequeña ventana en la puerta para dejar entrar un poco de luz. El silencio era ensordecedor y lo único que se oía era su propia respiración y los latidos acelerados de su corazón. Se preguntaba cómo había llegado a esa situación y cómo iba a salir de allí.De repente, la puerta se abrió y entró uno de los guardias de la mafia. La luz del pasillo iluminó la habitación y cegó a Chiara durante unos segundos. El guardia la miró con desprecio y le dijo:—Tú eres la novia del traidor, ¿verdad? Pensé que eras más lista que eso.Chiara se levantó con determinación incrédula ante la acusación.—No soy la novia de nadie. Soy una maestra que intenta hacer el bien en este mundo. Y tú eres un hombre que trabaja para la mafia, ¿cómo puedes vivir con eso?El guardia la miró con desprecio antes de cerrar la puerta y marcharse, dejando a Chiara s
Chiara caminaba por los pasillos de la escuela, sintiendo que todo era familiar y extraño al mismo tiempo. Los pasillos de la escuela estaban iluminados por la luz natural que entraba por las ventanas, y los sonidos de los estudiantes y profesores llenaban el aire. Chiara se detuvo por un momento para recordar sus días anteriores, cuando la escuela era solo un lugar de trabajo para ella, sin emociones ni aventuras. Ahora, todo había cambiado.Recordó cómo había estado en peligro, cómo había enfrentado a la mafia, y cómo había logrado salvar a sus estudiantes. La experiencia había cambiado su perspectiva de la vida y de su trabajo. Ahora se daba cuenta de que no solo estaba enseñando a los estudiantes, sino que también los estaba preparando para enfrentar los desafíos que la vida les presentaría.Mientras caminaba, Chiara notó que muchos de los estudiantes y profesores la miraban de manera diferente. Sabía que habían oído hablar de sus hazañas y se preguntaba qué pensaban de ella ahora