En el centro del gran salón, quince invitados aterrorizados se acurrucaban juntos, eran los que no habían logrado escapar cuando estalló el caos. Cerca, cinco guardaespaldas de Kingston yacían heridos, sus gemidos de dolor subrayaban el tenso silencio. Del lado de los Walker, solo quedaban treinta hombres de los cuarenta originales; el resto había caído durante el feroz tiroteo contra los guardias de Kingston. "Sugiero que ninguno de ustedes haga movimientos bruscos", advirtió Calvin. "Nadie tiene que resultar herido. No queremos dañar nuestra mercancía y cada uno de ustedes es invaluable". Inició una videollamada, girando la cámara para enfocar que Jasmine Kingston estaba entre los rehenes. "Padre, ya tenemos a Jasmine Kingston". Informó Calvin. "Excelente", respondió Lucas Walker. "La policía se dirige a su ubicación, bloqueando todos los caminos de salida. Es más seguro quedarse quietos en ese lugar, usen a los rehenes como palanca". "Sí, padre". "Usaremos a Jasmine para oblig
"Jefe, la policía está aquí". Informó uno de los hombres de Walker a Calvin, con urgencia. Calvin ya podía oír el aullido de las sirenas y las voces amplificadas resonando afuera. "¡Atención adentro! ¡Ríndanse inmediatamente, o usaremos la fuerza!" Ordenó la policía, a través de sus megáfonos. Se volvió hacia dos de sus hombres, entonces señaló a Sofía y Chris. "Lleven a estos dos a unirse a los demás invitados", ordenó. "Que todos ellos les envíen mensajes de texto a sus padres, cada uno exigiendo diez millones de dólares en los próximos treinta minutos, o comenzamos a dispararles". Los guardias se apoderaron de Sofía y Chris, arrastrándolos mientras Calvin se dirigía hacia el frente del salón. Agarrando el micrófono conectado al sistema de sonido de Heaven Hall, se dirigió a las autoridades del exterior. "Exijo la liberación inmediata de mi hermano, Ethan el Gigante, de la prisión", anunció Calvin. "Tráiganlo aquí, o ejecutaremos a un rehén cada hora". Los oficiales intercambi
La mayoría de los rehenes eran hombres y mujeres jóvenes y adinerados que asistían al banquete de la familia Kingston. Bajo la severa mirada de los Walker, llamaron frenéticamente a sus familias, con voces temblorosas mientras explicaban la terrible situación; Calvin Walker exigió diez millones de dólares a cada familia a cambio de su seguridad. Sofía, demasiado asustada para contactar a su abuelo, decidió llamar a su abuela en su lugar. "Sofía, he estado esperando tu llamada", respondió Amelia Lancaster, su voz estaba llena de alegría y anticipación. "Asumo que hemos asegurado la sociedad con la familia Kingston, ¿verdad? ¿Quieres una gran boda con Chris mañana?" El corazón de Sofía se hundió y un nudo se formó en su garganta. Respiró hondo antes de decir. "Abuela, la familia Emerson obtuvo la sociedad, la perdimos". "¿Qué quieres decir con que la perdimos?" La voz de su abuela se agudizó con incredulidad. "No aseguramos el trato con Kingston". Repitió Sofía suavemente. "¡Pero pa
En Heaven Hall, una sola palabra: ‘Ejecutar’, convirtió la sala en un cementerio. Una repentina y escalofriante cacofonía de cristales rotos y cuerpos golpeando el suelo resonó por la habitación. En un instante, todos los hombres de los Walker, excepto Calvin, colapsaron, cada uno derribado por un solo disparo preciso. Treinta vidas fueron extinguidas como velas apagadas por una ráfaga repentina. Las armas tintinearon al deslizarse de las manos sin vida, y los cuerpos yacían extendidos sobre el mármol, como marionetas con sus cuerdas cortadas. La multitud permaneció enraizada en un silencio aturdido, con rostros pálidos y ojos abiertos, demasiado conmocionados para reaccionar. Parecía que los francotiradores del exterior finalmente habían tomado medidas. Calvin miró con incredulidad la escena ante él y Alex dio un paso adelante. "Siempre podemos confiar en la policía, ¿no?" Dijo, aunque claramente sabía que habían sido los Kingswell quienes se encargaron de las cosas, no la policía.
En la mansión Lancaster, la tensión era palpable. Toda la familia estaba reunida en el gran salón, la ira brillaban en los ojos de los abuelos. Sofía, Jack y sus padres, Justin y Florence, ocupaban un lado de la mesa. Al otro lado se encontraban, Malvin, su esposa Linda y sus hijos, Mike y Lily. Abraham, con voz de trueno, inició la reunión. "¿Cómo es que perdimos cien millones de dólares de la empresa y terminamos con BioHealth Solutions, una compañía con la misma cantidad en deudas?" Amelia respondió con amargura: "Todo fue culpa de ese chico con el que obligaste a Sofía a casarse. Chris Roland nos aseguró la sociedad, ¡pero ese inútil convenció a Kingston de lo contrario!""¡Yo escuché que la sociedad iba a ser para los Lancaster porque Alex se lo pidió a Kingston!" Replicó Abraham, elevando la voz. "¡Pero como ustedes sobornaron a Roland, a quien Kingston detesta, eligieron otra opción!" "¡Jasmine retorció la información a favor de Alex!" Acusó Amelia, señalando con el dedo. "¡E
Cuando Alfred Kingston llegó a casa, Jasmine ya lo esperaba ansiosamente en la puerta principal. Tan pronto como entró, ella corrió hacia él y lo abrazó con fuerza. "Gracias a Dios que estás a salvo, padre". Susurró, el alivio era evidente en su voz. Alfred la abrazó, su agarre firme. "Y tú también, querida. Estaba muy preocupado". Se separó y la miró a los ojos. "Vamos adentro; hay algo importante que debemos discutir". Se dirigieron a la sala de estar, el suave resplandor de la chimenea proyectaba sombras cálidas en la habitación. Una vez sentados, Alfred se volvió hacia ella con una expresión grave. "Jasmine, lo que voy a decirte debe quedar entre nosotros. ¿Puedes prometerme eso?" Ella asintió, la preocupación le hizo fruncir el ceño. "Por supuesto, padre. ¿Qué sucede?" Él respiró hondo, organizando sus pensamientos. "Sabes que nuestra familia tiene una influencia significativa aquí en Vancouver. Siempre hemos sido leales al nuevo rey, cumpliendo fielmente sus directivas".
Sofía miraba fijamente el rostro inconsciente de su abuelo.La noche anterior, él le había hablado con los ojos inundados de una tristeza que le atravesó el corazón, así que ella le expresó su profundo arrepentimiento por haberlo traicionado al tomar decisiones a sus espaldas, después de eso, ella le había jurado que jamás repetiría esos errores. Ahora que su abuelo estaba en coma, esa podría ser su última oportunidad para enmendar las cosas.Pero su abuela, Amelia Lancaster, le echaba toda la culpa de la estafa de Chris, a pesar de haber orquestado el plan ella misma. Incluso llegó al extremo de tratar de forzar a Sofía a aceptar un matrimonio arreglado con Peter Smith, un hombre que tenía el doble de su edad, solo porque provenía de la adinerada familia Smith."Sofía". Interrumpió Amelia con voz fría y autoritaria, rompiendo el tenso silencio."Vas a pedirle el divorcio a Alexander. Tu abuelo te consintió demasiado, pero ahora yo estoy al frente de esta familia, así que harás lo que
Álex se abría paso entre las mesas repletas, sirviendo platos y rellenando bebidas mientras esquivaba hábilmente a clientes groseros por todos lados.La mayoría solo sabía gritar de forma impaciente, pero ¿qué más podía esperarse de aquellos mineros rudos que vivían más de su fuerza que de su inteligencia?Además, los precios bajos de la comida atraían un desfile constante de clientes que no paraban de entrar y salir.Álex observaba de reojo a Josefina, quien se movía con su destreza habitual mientras el cansancio marcaba cada uno de sus gestos, adhiriéndose a ella como el penetrante olor a grasa que flotaba en el ambiente. Cuando por fin disminuyó el ajetreo del almuerzo, Josefina apoyó el cuerpo contra el mostrador y se limpió el sudor de la frente con el dorso de la mano."Gracias por la ayuda". Le agradeció, con la voz más suave ahora."Me alegra poder ayudar". Respondió Álex.Ella lo examinó más de cerca, entrecerrando los ojos con curiosidad. "Me resultas familiar. ¿Nos hemos vis