Rachel corrió desde el baño hasta la cocina, sosteniendo una pistola de agua
-SASHA HAS INICIADO UN FUEGO- Ella chilló, disparando el chorro de agua rápidamente a las llamas de la estufa.
-Si no puedes soportar el calor, ¡Sal de la cocina!- Grité.
Traté de hacer pollo a la parmesana ... no funcionó.
-RACHEL RAY ME DIJO QUE LO ASE LENTO, ¡CONFÍO EN RACHEL RAY CON MI VIDA!- Grité, agarrando una toalla golpeando esas llamas como si mi vida dependiera de ello. 
Aparqué el coche como un maldito jefe y nos dirigimos a la entrada del restaurante. Era una pizzería típica, muchas mesas sin limpiar, un bar completo y un servicio al cliente mediocre. Nuestra camarera parecía tener unos veinte años y llevaba una camiseta negra ajustada con el logotipo del establecimiento impreso.Tenía el pelo corto de color rojo y los ojos enmarcados por una brillante sombra de ojos. -Hola, ¿mesa para tres?. Preguntó alegremente, sus ojos vagando hacia Sebastian. Su etiqueta con su nombre decía Emily, está bien, no era una stripper. Su nombre no era Candy o Tinkerbelle.
Después de mi llamada telefónica extremadamente emocional con Arlet, sentí que necesitaba darle un respiro a mi mente. -Rach vamos a un club- Le dije a Rachel, que había estado viendo American Horror Story durante las últimas 6 horas. -¡SI!- Ella saltó del sofá, lanzando sus manos al aire. Sus trenzas volaban por todas partes mientras bailaba. Forcé una sonrisa. -¿Qué club? ¿Cuándo? ¿Con quien? ¿Y dónde?- Una gran sonrisa estaba plasmada en su rostro. -Amnesia, en una hora, tú y yo, es el club de Miami Beach- Me reí al ver su
Su rostro se tensó levemente -No tengo la libertad de decirlo, señorita- Dijo disculpándose, volviendo su atención hacia una joven que le mostró su identificación para que la revisara. -¿Es la mafia italiana la dueña del club?- Pregunté, pero ya sabía la respuesta. Se congeló un poco, volviéndose hacia mí -¿Cómo lo sabes?- Su voz era tensa y nerviosa. Me desperté a la mañana siguiente con una resaca que me hizo querer convertirme en hijo del señor. También me desperté con poco o ningún recuerdo de la noche. Lo último que recordé fue dispararle al tipo en la pierna. Estaba bastante orgullosa de mí misma por hacer eso, aparte de eso no tenía idea de cómo llegué a casa o qué otros delitos cometí en el club nocturno. Gemí cubriéndome la cara con una almohada mullida, odiando la forma en que mi estómago se revolvía y mi cabeza palpitaba.Por favor, Dios, cura mi resaca, nunca volveré a beber. Además, perdóname de antemano por mentir sobre no volver a beber nunca más.Blake
Punto de vista de Blake Seguía siendo la misma hermosa y luchadora Sasha, eso estaba claro. Pero su constante atracción por meterse en problemas se estaba convirtiendo en un problema. Hace meses, después de salvar a Sasha de la pandilla, le dimos la bienvenida al hombre que nos ayudó a salvarla en la familia de la mafia. Sebastián. Él había demostrado ser de ayuda para nosotros, nos permitió hacer contacto con ella después de que la secuestraran, lo que nos permitió rastrear el teléfono y salvarla. Sebastian había estado vigilando a Sasha últimamente a pedi
Punto de vista de Sasha No me gustaba estar triste, realmente no me sentaba bien. Es bastante simple, de verdad, no soy una chica complicada. Hago cosas estúpidas por razones estúpidas. Después de todo, solo tengo 18 años, pero solo hubo una cosa que se sintió bien en mi vida y fue estar con Arlet. No tenía ninguna intención de dejarlo ir. Me tomó 3 cosas minúsculas y retardadas hacer para que Blake se me acercara. Eso solo me hizo preguntarme qué cosa importante
-Sasha me estás asustando- dijo Sebastian lentamente, sus manos agarrando con fuerza el volante de mi Audi. Le metí la pistola en la polla. Me sentí tan empoderada y sin embargo, asustada como la m****a. Era difícil de creer que hace casi un año yo era una niña sin familia, sin dinero, con amigos malvados y sin futuro. Hace casi un año que me alejaron de mi vida, me lanzaron al mundo de la mafia y me enamoré del hombre que puso mi mundo patas arriba. Mucho había cambiado. Cuando Arlet me pidió que me casara con él, pensé que ese era el punto de inflexión completo de mi vida. Pensé que ese era el momento en que las cosas empezarían a ponerse hermosas, donde ya no tendría que preocuparme por el siguiente paso a dar en la vida, porque en ese momento ... pensé que Arlet era el siguiente paso y el último.
Tenía ganas de beber lejía. Me dolía el cuerpo, todo en mí era un dolor abrasador que me hacía querer gritar. Mi cuerpo se sentía como si estuviera en llamas. Y no el tipo de llamas cuando estas en los grandes momentos de la pasión. -¿Dónde diablos ...?- Mi voz se apagó cuando abrí los ojos, una habitación oscura me saludó. Estaba oscuro, dondequiera que estuviera, mi cuerpo yacía sobre concreto frío. Gemí, sentándome exhausta, mi cabeza se sentía como un vidrio roto envuelto en mi cráneo. Tenía los ojos abiertos, el dolor y la fatiga me daban ganas de gritar. ¿Qué diablos pasó? Todo lo que podía recordar era la sensación de pavor cuando el auto volcó y la vista de los zapatos acercándose antes de que mi mundo se volviera negro.