Nerviosa Judith se dirigió hacia los baños para damas, ya que necesitaba refrescarse con urgencia; puesto que la mezcla de emociones que experimentó durante esa junta, fueron tan intensas que creyó que le daría una subida de tensión arterial.—¡¿Qué diablos fue eso?!, ¿cómo se atreven ellos a retarme? —, explotó inmediatamente ingresó, dejó su bolso a un lado y enseguida abrió el grifo para mojarse el rostro.—Ellos piensan que me van a asustar, pues no señor—, rezongó mientras se veía al espejo, y resollaba furiosa, sin percatarse si había más personas ahí dentro. Su enfado era tan grande que no dejaba de expresar todo lo que sentía hasta que escuchó la puerta ser abierta y por ella entró un Dylan muy encolerizado.—¡¿Dime que acaba de ocurrir en esa sala de juntas?!— le exigió Dylan con voz tan profunda que ella al no esperarlo se estremeció y su corazón empezó a agitarse lentamente cuando lo veía ponerle seguro a la puerta.—Sabes que no debes estar aquí ¿cierto? — le exhortó volvie
Darían no podía pronunciar una palabra, pues su cerebro no era capaz de pensar en un saludo coherente, ver a Judith le llenaba de mucha alegría, pero junto a Bryan no parecía agradable.—Darían, que bueno verte, — la saludó Judith con voz débil. » ¿Por qué estás vestida como si fueras una doctora?La voz de Judith se escuchaba con un ligero temblor al sentirse descubierta, sin embargo, Darían no lo notaba porque igual ella estaba más enfocada en todas las emociones incómodas que sentía en ese instante; creía que en cualquier momento sus rodillas iban a perder la fuerza y caería de bruces al suelo.«Solo debo figurarlo como una lombriz asquerosa», se propuso a sí misma para poder disimular su nerviosismo.Después de años sin ver al hombre que la rechazó públicamente era este su primer encuentro, y su mirada pasó de su cara a la mano que él tenía entrelazada con su cuñada, y sintiendo una punzada decidió ignorarlo, mientras que Bryan no podía asimilar que la niña que siempre le acosaba
Darla suspiró y tomó la iniciativa, para enfrentar a su hijo, sabiendo que luego de esto él podría alejarse y con justa razón porque prácticamente lo han utilizado y manipulado, al mentirle fingiendo su enfermedad. Ella ya no pensaba solo en ellos, sino en el hecho de que Judith lo está tratando tan rudamente porque lo considera parte del engaño.—Dylan, cariño hemos…—fue interrumpida cuando Carl intervino.—No es algo importante, hijo, lo que quiere decir tu madre es que hemos estado hablando de lo que sucederá con tu esposa, tu madre está preocupada y le exigí no hablarte de Judith, pero se enojó bastante.Carl pensando más en su empresa que en su propio hijo calculó que debía tenerlo de su lado y no en su contra, porque de una manera machista consideró que de cierto modo su hijo puede recuperar a Judith y cuando eso suceda piensa mofarse de Julián a boca llena.En cambio, Dylan frunció el ceño, sintiendo una extraña preocupación crecer en su pecho. «¿Por qué siento que mi padre
La sala del hospital estaba llena de un silencio incómodo, mientras que Dylan, esperaba ansioso cuando el doctor, de bata blanca y rostro sereno, revisaba unos informes. —Señor Anderson, ¿es usted familiar de la paciente? Dylan no supo qué decir, pero luego de un momento de silencio expresó: —Bueno soy su amigo, y estoy aquí porque ella no tiene familiares vivos. El doctor asintió comprensivo y comenzó a explicarle: —Tras el golpe que sufrió la señorita Rivas, encontramos una contusión y una ligera inflamación en su cabeza, por lo que es necesario realizarle un estudio neurológico para evaluar su estado. Dylan se quedó petrificado. No sólo estaba preocupado por la contusión y la inflamación, sino que también le atormentaba el diagnóstico de un médico general que había mencionado que Analía tiene una enfermedad en la matriz, a nivel pélvico, que requiere operación. —¿Qué significa exactamente eso, doctor? — preguntó intentando mantener la calma. —Significa que hay un daño en el
La tensión en la mesa aumentó mientras Dylan y Alexis intercambiaban miradas de confusión. Maya se mordió el labio, lamentando por su impulso y su falta de control al revelar algo que no debía. —Esta chica tiene los cables cruzados —. Musitó Alexis y Maya le dedicó una mirada que lo instó a tomar un trago de agua.—Oigan, ustedes no son bienvenidos— les dijo con actitud grosera creyendo que siendo cortante iba a desviar la atención de Dylan, pero él se había quedado con el asunto del bebé en la cabeza.—¡Oye, amiga de mi esposa! —, le habló Dylan con tono profundo, no le gritó, pero el efecto que causó en Maya fue como si lo hubiera hecho, porque ella se tensó; quedando tan tiesa como un palo y observó a todos lados suponiendo que los clientes estaban escuchando su pacífica discusión.—Ex esposa, cariño— le respondió Maya con mentón en alto, y viéndolo con desdén.» No olvides que pronto el juez te obligará a firmar— le restregó para lastimarlo, ya que después de escuchar a Julián, si
Darían no pudo aguantar la incertidumbre y sin ingresar a la casa rodeó todo el jardín hasta llegar al frente. Desde su escondite detrás de la pared del jardín, veía a su hermano y a Bryan en plena discusión. Bryan, con un gesto desafiante, decía: —Es que tú no la mereces, por eso la voy a conquistar. Dylan, a su vez, le gritaba: —¿Quién eres tú para determinar si la merezco o no? ¡Ella es mi esposa y te quiero lejos!Sin embargo, Bryan se mantuvo firme. —Eso no lo decides tú—, respondió con una mirada fría. » Hasta que Judith no me pida que me aleje, me mantendré a su lado.«Veo que esto no va por buen camino», analizó Darían observando detenidamente cada movimiento que hacía su hermano con los cuales se le veía la intención de golpear a Bryan. Ella sintió una punzada de angustia en el pecho, aunque su hermano y Bryan llevaban tiempo en malos términos, nunca habían llegado a algo tan serio; al menos no en su presencia y solo quería darle un susto a Bryan no que Dylan lo madure
Judith llegó a la constructora Anderson, con una mezcla de nerviosismo y determinación, y tomó una bocanada de aire antes de entrar por las grandes puertas de cristal. Una vez dentro, se dirigió hacia el ascensor y presionó el botón para dirigirse a su oficina en el piso ejecutivo.Al llegar a su destino, las puertas se abrieron y ella salió del ascensor con paso firme. Caminó por el elegante pasillo, observando los rostros desconocidos, finalmente, llegó a su propia oficina y abrió la puerta.Sin embargo, para su sorpresa, encontró a Carl acostado en un sofá, aparentemente adormilado. Frunció el ceño y tosió ligeramente.— Disculpe señor Anderson.Un ronquido recibió como respuesta.Judith se acercó a él con paso decidido y una mirada de desaprobación en su rostro. — Señor Anderson, por favor abandone mi oficina—, le solicitó con voz firme.Carl al escucharla se incorporó rápidamente, frotándose los ojos con el dorso de sus manos visiblemente sorprendido.— Oh, Judith. Estaba tan a
Judith se quedó con la mirada fija en la mano de Dylan y después de verla en silencio por un largo tiempo, subió la mirada a sus ojos.—Lo siento, pero el hecho de que yo esté aquí no significa que algo ha cambiado entre nosotros, quiero que llevemos la fiesta en paz, para que terminemos amigablemente como una vez te lo pedí—, le solicitó con determinación.En respuesta Dylan le rodeó la cintura y tiró de ella sin tacto, cosa que la hizo abrir la boca como pez fuera del agua, puesto que le aterró la idea de caer. Dylan la apretó tanto que pudo sentir que había algo distinto en ella, pero que no lograba identificar, solo percibía con su tacto como sus pechos estaban más crecidos, sus caderas más anchas y su vientre un poco abultado.«Está gordita», esto surcó por su mente y le causó cierto morbo; ya no ansiaba el espécimen que hace tiempo quería, de tener una mujer llena de curvas con pechos tipo globos a punto de estallar que se exhibiera mostrando más de lo necesario.—No estoy dispu