Pasaron dos semana y Anna ya está cansada de qué día tras día lleguen flores e incómodos mensajes. Ella no sabe qué hacer con todo esas cosas y lo entra en una caja que está colocada detrás de la puerta.

—¡Ay amiga! ¿No se piensa cansar Nelson? Que termine ya, con estas estupideces.

—Ni lo menciones Sol, esto me tiene bastante estresada y tenemos montones de trabajo esperando por nuestra atención.

—De eso vengo hablar, pero viendo más flores me perturba.

—Es un verdadero idiota. Solo leí una de las notas con mensaje estúpido y sentí que los niveles de estrés y rabia se apoderaban de mis sentidos.

—Ese hombre al parecer quiere empezar a molestar. No me gusta para nada la idea que sepa nuestra dirección.

—Pensé que iba a colapsar cuando llegó la primera rosa. ¿Que sucede? Fue él mismo, que me regaló mi libertad, y ese a sido el mejor de los regalos después de Adriel.

—¿Que dice Peter de todo esto?

—No le gusta lo que está sucediendo.

—¿Esta celoso?

—Pensé lo mismo, pero luego dijo que