La gente despavorida corre a toda velocidad a esconderse, debido al enfrentamiento a balazos entre Donato, sus sicarios y Giancarlo, rompiendo cristales, atravesando paredes, el hotel se ha convertido en una auténtica batalla campal. Giancarlo desde uno de las habitaciones, reposa con su M4 y dispara fuego sin cesar a su excompañero, mientras que Donato se mueve de un coche a otro esquivando las balas y buscando cobertura hasta adentrarse en el hotel, Donato percata las escaleras de emergencia y las toma sin ningún tipo de espera, el tiempo es crucial, y si quieren acabar el uno con el otro, tendrán que estar lo más cerca posible. Se adentra por la puerta del piso correcto y se dirige al lugar donde se ubica Giancarlo, pero al llegar cauteloso al sitio con una 9 milimetros con silenciador, Giancarlo ya no se encontraba en el lugar.— ¡CARAJOS! ¿Dónde puedes estar?—Donato pregunta.— ¿Me buscabas?—Giancarlo sale desde un compartimiento y lo golpea fuerte tumbando su arma.Donato con ha
La ira, un poder absoluto que solo poseen quienes han sido corrompidos en sus corazones, la ira puede ser tanto liberadora, como agobiante, pero en ocasiones es esencial para mantener el equilibrio en el planeta. Tony Bonelli había estado perdido durante mucho tiempo en el negocio de las mafias, de hecho, no quedaba absolutamente nada de su imperio en Catania, era nombrado, y elogiado por sus hazañas tan bruscas, pero ya no era lo que solía ser en sus tiempos gloriosos.“1 AÑO Y 5 MESES DESPUÉS DE LOS ACONTECIMIENTOS DEL DESIERTO”El tiempo ha pasado, y ya la ciudad de Catania no pertenece a ninguna mafia, los que están en ascenso intentando hacerse con el control absoluto, les han declarado la guerra, la policía (carabineros) contaban ahora con una orden directa desde los más altos, con ayuda de los norteamericanos, y crearon una organización en conjunto llamada “EL MARTILLO DORADO”que se encargaban de dar caza a todo tipo de personaje que estuviera asociado a las poderosas mafias de
Giancarlo se había adentrado al interior del bosque junto a Rosseti, para poner a prueba las prácticas que este le había inculcado en el pasar del tiempo, pese a su estrés, Gian insistió que era buena idea enseñarle defensa personal y manejo de armas de fuego para evitar ser una víctima ante cualquier atacante que pudiera perjudicar su vida. Eran las diez de la mañana de un día hermoso, los pájaros cantaban y el sol arropaba todo el inmenso bosque que los rodeaba, por lo que parecía ser un excelente día para entrenar.“…”—De acuerdo, recuerda lo que te enseñe, respira profundo, mantén la postura y coloca tus piernas una delante de la otra, para que el retroceso del arma no te lastime — Se coloca al lado de Rosseti — ahora, dispara.Abi dispara las 15 balas que porta una beretta, armamento que está usando para practicar al tiro al blanco.—Muy bien, ahora recarga, el martillo está completamente hacia atrás, suelta el cargador, intercámbialo por el otro y con tu mano mueve el martillo
Giancarlo se acerca a la ventana y observa a dos caballeros vestidos de negros acercándose a la puerta principal de la casa, trata de mantener la calma y se mueve a uno de los cuartos en donde descubre que el difunto, Giovanni, poseía armamento. Se equipa con un rifle de casería, y una Mp5 especial, más su Glock, estaba preparado para hacerle frente a los soldados.— ¡Giovanni, estamos aquí, salgan tú y tu rehén con las manos arriba! — Gritan los soldados. Acto seguido golpean la puerta y arrojan una granada cegadora en el interior de la casa — ¡VAMOS, VAMOS, VAMOS!Giancarlo se oculta tras una pared y da frente con los soldados y con la ametralladora que había adquirido, disparando a los contrincantes y abatiéndolos sin esfuerzo alguno, se acerca a toda prisa a ellos, y le quita un comunicador a uno de los abatidos y reemplaza la Mp5 por una ametralladora mucho más grande y efectiva, una M4 con silenciador. Giancarlo se coloca el comunicador, y corre a toda prisa por la puerta de atr
— ¿Qué sucedió allí atrás? — Pregunta Abi.—No lo sé, el señor actuó de manera respetuosa, pero como no te observo despierta, se imaginó que te estaba secuestrando —Se ríe — Maldito viejo estúpido.— ¡Oye! —Abi golpea su brazo —Un poco más de respeto, me parece algo muy tierno de alguien tan mayor —Observa por su ventana —Al menos el sí se preocupó por mí.— ¿Qué? ¿Qué insinúas?— Giancarlo la mira juzgandola — ¿Por qué dices eso?—No lo sé, será porque vamos a mitad de la noche a toda velocidad, muertos de sueño, ¿y sin saber a dónde carajos vamos a llegar? ¿Será por eso que lo digo?— ¡Oh vamos Rosseti! No me vengas con tonterías, solo trato de mantenerte a salvo, ¿de acuerdo?—Si claro, exponiéndome en la oscuridad.—Giancarlo se queda mirando a la carretera en un silencio muy incómodo, luego de lo que Abi reclama — Está bien, ¿sabes qué? Si, si tienes razón, soy una persona inconsciente, soy tan inconsciente, que te he entrenado durante todos estos meses, para que te mantengas en f
“…”— Quiero reporte de todo lo que paso la casa de Giovanni—comenta Richard, líder de los mercenarios.—Al llegar con el grupo “B” notamos que dos de los hombres que enviamos a investigar estaban muertos señor, junto a ellos estaba el señor Giovanni — Dice uno de los soldados.— ¡Demonios! —Patea una de las sillas del lugar — ¿Cómo mierdas sucedió esto eh? ¿Era una maldita emboscada? Y se supone que ustedes son lo mejor de lo mejor ¿Cómo carajos los venció un vil criminal de la mafia?— Richard enfurecido pregunta — ¿Sabes qué? ¡Lárgate de aquí!—Con todo respeto Richard—Interrumpe Gerónimo— no es cualquier criminal — Menciona— Según nuestras investigaciones y expedientes secretos, Giancarlo D`angelo, es uno de los gatilleros principales de Bonelli — Saca los documentos y comienza a mostrarle fotos.— ¿Y qué significa esto?—Estas son… —Empieza a sacar foto por foto —Todas las victimas confirmadas de dicho “criminal”— ¡Mierda! —Richard comienza a ver como caen fotos del sobre —Este s
Italia resultaba un paraje prácticamente desconocido por el tiempo que había pasado, y al pisar el aeropuerto y convivir entre la gente, hacían sentir a Tony incómodo y a la vez muy extraño.—Bonelli busca entre sus cosas y encuentra el número de un antiguo informante —…— ¿Collins? — Pregunta Bonelli.—Sí, buenos días… ¿Quién habla?— ¿Acaso olvidaste mi voz?—Lo siento caballero, pero creo que está equivocado.—Un tiempo ausente y todos te olvidan —Tony se posa en una pared — Collins soy Tony Bonelli, hablamos hace un tiempo en los estados unidos, aún guardaba tu contacto.— ¡BONELLI! ¡DEMONIOS! ¡CUANTO TIEMPO HA PASADO SEÑOR!—Sí, sí, más de lo que debería.—Le seré honesto, señor, estoy en serios problemas si nos comunicamos por aquí.— ¿Qué? ¿Por qué?—Las cosas han cambiado mucho por aquí, la policía Italiana se alió con nosotros y estamos ahora en una operación en conjunto, estoy corriendo un grave peligro si nos descubren charlando, o hacen un chequeo a mi teléfono.— ¿En dónde
El tiempo ha sido uno de los recursos más importantes para una persona que sabe esperar, los pacientes siempre tienen la bendición de ser premiados con beneficios impresionantes, a veces inimaginables, conocer a las personas no basta, ya que uno jamás termina de conocer a las personas, al haber pasado tanto tiempo, Bonelli sentía el ambiente extraño e irreconocible, el año fuera de su país había sido suficiente para volverlo un completo extraño, para él había sido como si se fuera alejado por muchísimo más tiempo. Ya se encontraba en el lugar que su informante y al parecer nuevo colega Collins le había dado por dirección, aun con un poco de sospecha por la amabilidad de un sujeto que solo vio una sola vez, pero que fue de utilidad en su tiempo, sintió en su instinto que quizás, no se trataba de un traidor, sino más bien un arma que podía ser utilizada a la larga en contra de aquellos que si querían lastimarlo. Bonelli estaba en un aposento ajeno, pero acogedor, tuvo un día un poco tra