Rob y su padre investigaron el paradero de Cristina, la familia Mondragón era muy fácil de localizar, sobre todo porque a los padres de la chica les gustaba llamar la atención para aparentar, querían hacer todo lo posible porque creyeran que ellos eran los herederos universales de la abuela, así se les abrirían muchas puertas.Cuando localizaron a la familia de la chica, se presentaron inmediatamente en su casa, afortunadamente Lucas no se encontraba ahí, Rob sabía que con él no se jugaba y podría ser un gran problema, no quería poner en riesgo a su padre.Los padres de Cristina conocían a la familia del chico, habían escuchado hablar mucho sobre ellos, eran unos prestigios arquitectos, además tenían una empresa de arte y diseño, la cual había ganado varios premios, haciéndose con ello fama a nivel internacional.—Buenos días, señor Milano, es un gran gusto tenerlo aquí en nuestra casa.—No puedo decir lo mismo señor Mondragón, su hijo ordeno golpear a mi hijo, eso no voy a pasarlo po
Ana palideció también al escuchar aquella terrible noticia, Mondraco era la mano derecha de Antón, en ocasiones hasta él parecía el jefe, Antón tenía puesta toda su confianza en él, era de la vieja escuela, un hombre que respetaba su palabra cuando la daba.—¿Mondraco ha muerto?—No, afortunadamente aún no subía a su camioneta, pero estaba cerca, la explosión lo aventó varios metros, su estado es reportado como grave, voy a hora mismo al hospital.—Irá contigo.—Está bien, solo hay que pasar a dejar a tu tía con Carmen y nuestros hijos a la casa.Después de hacerlo se dirigieron al hospital, Antón se sentía muy nervioso, al llegar los dos hijos de Mondraco ya se encontraban ahí, Dido en cuanto vio a Ana se acercó a saludarla ignorando a Antón a propósito, su hermano también lo hizo.—Hola preciosa, gracias por venir. —Antón intentó tranquilizarse, no haría un escándalo en la sala de un hospital y menos en medio de lo que estaba pasando con Mondraco.—Hola Dido, ¿Cómo está tu padre?—A
Teo entró de nuevo en el hospital, ahora estaba apenado con Antón, recordó lo que le decía su padre, no es bueno formar parte de los líos de otros y si te ves obligado a hacerlo, debes primero escuchar las dos versiones, no todo es lo que parece, ni es cierto todo lo que algunas personas dicen.Se sentó en la sala de espera junto a los hermanos de Elena, ellos estaban tan metidos en sus pensamientos que no ponían atención en quién iba o venía, la chica entró un poco después, él ni siquiera volteó a verla, Antón estaba sentado junto a Ana, Teo los observó por un momento se veía que se amaban, el rostro de ella reflejaba mucha paz y calma, en cambio, Elena era un terremoto, hacía temblar todo por donde pasaba, quizá era su inexperiencia y juventud, o tal vez la manera en la que había sido criada.Antón notó la manera en que Teo miraba a Ana, se le quedó viendo de mala manera obligándolo a bajar la mirada, quizás había malinterpretado su intención, tomó la mano de su esposa para besarla
Dido se había instalado en la casa con Elena, Teo seguía en la casa de los guardaespaldas, su novia lo visitaba todos los días por la tarde, hacían juntos los trabajos de la universidad, Elena los veía por la ventana, casi siempre se sentaban en la mesa del jardín.Le llamaba la atención que jamás veía alguna interacción entre ellos, que fuera más allá, nunca se abrazaban o daban un beso, con un novio como Teo ella no lo dejaría ni un solo momento, le tendría las manos encima todo el tiempo, se ruborizó al pensar en eso.El chico se daba cuenta de que ella siempre estaba observándolos, ¿Acaso no tenía otra cosa que hacer Elena? Se preguntaba.—Tienes que ayudarme. —Elena se acercó para hablar con Dido.—¿Para qué quieres mi ayuda Elena? —Preguntó, desconfiaba de Elena, siempre trataba de inmiscuirlo en sus caprichos.—Para alejar a una persona de otra. —Dijo, haciendo un puchero, eso siempre le funcionaba cuando quería algo.—Ja, ja, ja, ¿A quién harás sufrir ahora hermanita?—No es g
Al llegar a su casa, poco después de que entraron, Gabriel recibió una visita inesperada, al abrir la puerta pudo ver que su casa estaba prácticamente rodeada, sus hombres habían sido sometidos fácilmente, y ahí estaba ese hombre, era alguien a quien no pensaba que volvería a ver jamás, no podía creer que estuviera ahí en su casa, eso indicaba que después de tantos años lo habían encontrado, el consejo no perdonaba, la presencia de ese hombre frente a él le indicaba que estaba en graves problemas.—Qué tal Santoro, ¿Creíste que nunca te encontraríamos?—Mondraco, ¿Qué hace una alimaña como tú en mi casa?—Me ha enviado el consejo a darte un ultimátum, tienes una semana para entregarte o tu linda familia pagará las consecuencias, acabaste con la familia de nuestro jefe, y eso tienes que pagarlo.—Se me olvidaba que eres el perro faldero de la organización, al que siempre envían a hacer el trabajo sucio porque no sabe hacer otra cosa.—Ja, ja, ja, puedes decir lo que quieras, me alegro
La pareja sobre el sofá perdió la inspiración sobre lo que estaba haciendo, Elena lejos de sentirse apenada se empezó a reír al recordar la cara cómica que habían puesto su hermano y la chica-—¿Cómo puedes reírte así después de que nos han visto? No podré volver a la cara a tu hermano jamás.—Ja, ja, ja, no puedes negar lo que fue gracioso lo que ha pasado, anda acéptalo, también te ha causado gracia ver la cara de horror que han puesto.—Ja, ja, ja, es verdad, fue muy cómico.Los dos se rieron hasta doblarse, después Elena lo tomó de la mano, recogieron sus ropas y lo llevó hasta su recámara para bañarse, Teo se dejó llevar, no pensaba más resistirse a lo que sentía, era imposible conviviendo todo el tiempo con ella, si Dido llegara a decirle a su padre, estaba dispuesto a afrontar las consecuencias, creía que hacerlo por Elena valía totalmente la pena.Dido quedó traumado por así decirlo al ver a su hermana sin ropa estar sobre un chico en plena sala, al otro día compro una cubiert
Gabriel era completamente ajeno a las burlas de su yerno, él no sabía que Alondra había estado con él durante años, ella no se lo había contado, sabía que no toleraría que el hombre al que le entrego su primera vez estuviera tan cerca de ella, eso lo haría enloquecer, lo conocía muy bien y estaba segura de como actuaría si supiera, ya no quería más dramas en su vida, quería estar tranquila, de vez en cuando recordaba a Ana, estaba arrepentida de haber hecho caso a su madre y convertir en un completo infierno la vida de la que creía su hermana, esperaba algún día poder coincidir con ella y tener la oportunidad de pedirle perdón por todo lo pasado.Aunque si era sincera con ella misma, todo lo que le había hecho era muy difícil de perdonar, se había dedicado a destruirle la vida de todas las maneras posibles, y luego estaba su padre, no entendía como se había atrevido a vender a su propia hija, eso era despreciable, pero con ella siempre había sido diferente, todo era mimos y halagos.R
Días después se reunía con el consejo, el despliegue de guardaespaldas era impresionante, estaba arriesgando todo con tal de entrar y atacar desde adentro a su primo, quería debilitarlo, haría lo posible porque perdiera la confianza de sus allegados. —Y bien, señor Mondragón, ¿Qué es lo que puede ofrecernos? Debe darnos una buena razón para aliarnos con usted. —Información sobre el Escorpión negro, tengo la ubicación de una de sus guaridas aquí. Los miembros del consejo se voltearon a ver extrañados. —¿Aquí? —Así es, según mis fuentes, que son muy confiables, el Escorpión tiene todo un arsenal y armamento táctico en un lugar de esta isla, esperando la oportunidad oportuna para atacarlos. Antón y Mondraco se preguntaban si en verdad Lucas era capaz de traicionar a su gente con tal de ganarse la confianza del consejo. —¿Cómo podremos corroborar que lo que nos dice es verdad? Porque podría ser una trampa para nuestra gente. —No arriesgaría mi pellejo de esa forma, sería una tonter