Teo entró de nuevo en el hospital, ahora estaba apenado con Antón, recordó lo que le decía su padre, no es bueno formar parte de los líos de otros y si te ves obligado a hacerlo, debes primero escuchar las dos versiones, no todo es lo que parece, ni es cierto todo lo que algunas personas dicen.Se sentó en la sala de espera junto a los hermanos de Elena, ellos estaban tan metidos en sus pensamientos que no ponían atención en quién iba o venía, la chica entró un poco después, él ni siquiera volteó a verla, Antón estaba sentado junto a Ana, Teo los observó por un momento se veía que se amaban, el rostro de ella reflejaba mucha paz y calma, en cambio, Elena era un terremoto, hacía temblar todo por donde pasaba, quizá era su inexperiencia y juventud, o tal vez la manera en la que había sido criada.Antón notó la manera en que Teo miraba a Ana, se le quedó viendo de mala manera obligándolo a bajar la mirada, quizás había malinterpretado su intención, tomó la mano de su esposa para besarla
Dido se había instalado en la casa con Elena, Teo seguía en la casa de los guardaespaldas, su novia lo visitaba todos los días por la tarde, hacían juntos los trabajos de la universidad, Elena los veía por la ventana, casi siempre se sentaban en la mesa del jardín.Le llamaba la atención que jamás veía alguna interacción entre ellos, que fuera más allá, nunca se abrazaban o daban un beso, con un novio como Teo ella no lo dejaría ni un solo momento, le tendría las manos encima todo el tiempo, se ruborizó al pensar en eso.El chico se daba cuenta de que ella siempre estaba observándolos, ¿Acaso no tenía otra cosa que hacer Elena? Se preguntaba.—Tienes que ayudarme. —Elena se acercó para hablar con Dido.—¿Para qué quieres mi ayuda Elena? —Preguntó, desconfiaba de Elena, siempre trataba de inmiscuirlo en sus caprichos.—Para alejar a una persona de otra. —Dijo, haciendo un puchero, eso siempre le funcionaba cuando quería algo.—Ja, ja, ja, ¿A quién harás sufrir ahora hermanita?—No es g
Al llegar a su casa, poco después de que entraron, Gabriel recibió una visita inesperada, al abrir la puerta pudo ver que su casa estaba prácticamente rodeada, sus hombres habían sido sometidos fácilmente, y ahí estaba ese hombre, era alguien a quien no pensaba que volvería a ver jamás, no podía creer que estuviera ahí en su casa, eso indicaba que después de tantos años lo habían encontrado, el consejo no perdonaba, la presencia de ese hombre frente a él le indicaba que estaba en graves problemas.—Qué tal Santoro, ¿Creíste que nunca te encontraríamos?—Mondraco, ¿Qué hace una alimaña como tú en mi casa?—Me ha enviado el consejo a darte un ultimátum, tienes una semana para entregarte o tu linda familia pagará las consecuencias, acabaste con la familia de nuestro jefe, y eso tienes que pagarlo.—Se me olvidaba que eres el perro faldero de la organización, al que siempre envían a hacer el trabajo sucio porque no sabe hacer otra cosa.—Ja, ja, ja, puedes decir lo que quieras, me alegro
La pareja sobre el sofá perdió la inspiración sobre lo que estaba haciendo, Elena lejos de sentirse apenada se empezó a reír al recordar la cara cómica que habían puesto su hermano y la chica-—¿Cómo puedes reírte así después de que nos han visto? No podré volver a la cara a tu hermano jamás.—Ja, ja, ja, no puedes negar lo que fue gracioso lo que ha pasado, anda acéptalo, también te ha causado gracia ver la cara de horror que han puesto.—Ja, ja, ja, es verdad, fue muy cómico.Los dos se rieron hasta doblarse, después Elena lo tomó de la mano, recogieron sus ropas y lo llevó hasta su recámara para bañarse, Teo se dejó llevar, no pensaba más resistirse a lo que sentía, era imposible conviviendo todo el tiempo con ella, si Dido llegara a decirle a su padre, estaba dispuesto a afrontar las consecuencias, creía que hacerlo por Elena valía totalmente la pena.Dido quedó traumado por así decirlo al ver a su hermana sin ropa estar sobre un chico en plena sala, al otro día compro una cubiert
Gabriel era completamente ajeno a las burlas de su yerno, él no sabía que Alondra había estado con él durante años, ella no se lo había contado, sabía que no toleraría que el hombre al que le entrego su primera vez estuviera tan cerca de ella, eso lo haría enloquecer, lo conocía muy bien y estaba segura de como actuaría si supiera, ya no quería más dramas en su vida, quería estar tranquila, de vez en cuando recordaba a Ana, estaba arrepentida de haber hecho caso a su madre y convertir en un completo infierno la vida de la que creía su hermana, esperaba algún día poder coincidir con ella y tener la oportunidad de pedirle perdón por todo lo pasado.Aunque si era sincera con ella misma, todo lo que le había hecho era muy difícil de perdonar, se había dedicado a destruirle la vida de todas las maneras posibles, y luego estaba su padre, no entendía como se había atrevido a vender a su propia hija, eso era despreciable, pero con ella siempre había sido diferente, todo era mimos y halagos.R
Días después se reunía con el consejo, el despliegue de guardaespaldas era impresionante, estaba arriesgando todo con tal de entrar y atacar desde adentro a su primo, quería debilitarlo, haría lo posible porque perdiera la confianza de sus allegados. —Y bien, señor Mondragón, ¿Qué es lo que puede ofrecernos? Debe darnos una buena razón para aliarnos con usted. —Información sobre el Escorpión negro, tengo la ubicación de una de sus guaridas aquí. Los miembros del consejo se voltearon a ver extrañados. —¿Aquí? —Así es, según mis fuentes, que son muy confiables, el Escorpión tiene todo un arsenal y armamento táctico en un lugar de esta isla, esperando la oportunidad oportuna para atacarlos. Antón y Mondraco se preguntaban si en verdad Lucas era capaz de traicionar a su gente con tal de ganarse la confianza del consejo. —¿Cómo podremos corroborar que lo que nos dice es verdad? Porque podría ser una trampa para nuestra gente. —No arriesgaría mi pellejo de esa forma, sería una tonter
Damien se quedó tranquilo, no creyó que los guardaespaldas se atrevieran a mentirle sobre lo que estaba pasando, el hombre solía ser un apasionado de los códigos de respeto y honor, y se ponía furioso cuando alguien no llegaba respetarlos.A la hora del almuerzo en la universidad, Elena les contó a Teo y a la francesa la historia sobre su hermano, era el mayor de los tres, pero también el más amargado, años atrás lo habían dejado plantado en el altar, eso lo había cambiado, su novia había huido con uno de los guardaespaldas que le habían asignado, lo peor que él mismo lo había buscado para que protegiera a su futura esposa, la amaba hasta la locura, pero eso ella no lo había apreciado.Años después ella regresó, el guardaespaldas la había abandonado por otra mujer, pretendía que él la perdonara aún con dos hijos que tenía de aquel otro hombre, Damien la trató de la peor manera y pidió que la sacaran de la propiedad y que no volvieran a dejarla entrar, para él estaba muerta, había prov
La chica entró en su departamento, su padre era un alcohólico perdido, su madre había muerto cuando ella era pequeña, había sido muy difícil salir adelante con esa clase de padre, se había ganado una beca para estudiar en la misma escuela que Elena y Sylvie, así era como se llamaba la francesa.Avanzó sigilosamente, no quería que su padre la viera vestida de aquella manera, había intentado en dos ocasiones abusar de ella, afortunadamente estaba tan ebrio que ella había podido defenderse.Para su mala suerte el hombre salió de su habitación antes de que ella entrara en la suya, se le quedó viendo libidinosamente, su hija era en realidad muy linda, no había notado que se había desarrollado tan bien.—Vaya, mi pequeña, sí que es linda, necesito que entres a ordenar mi habitación ahora mismo.Ella obedeció para no estar discutiendo, cuando lo hizo él entró detrás de ella cerrando con llave la habitación, la chica lo conocía muy bien, sabía cuáles eran sus intenciones, intentó salir, pero