Ellie entró a la universidad y fue en busca de su salón de clases, estaba un poco nerviosa del cómo sería su recibimiento ahora que estaba casada, sin embargo, sus compañeros la recibieron bastante bien, sabían que ella ahora era una mujer casada, así que las chicas querían conocer al señor Sandro Casso y todo lo que con él conllevaba.—Dejen de fastidiar —les decía incomoda ella, Sandro no tenía nada interesante ante sus ojos, pero que sus compañeras estuvieran interesadas en él, le fastidiaba.—Vamos, Ellie, enséñanos una foto —las chicas seguían insistiendo en conocerlo de una u otra manera, era un joven llamativo y de buen parecer, causaba curiosidad en las jóvenes.—Tal vez, cuando venga a recogerme se los presente, tal vez —dijo Ellie ya por vencida —pero dejen de molestar, por favor, gracias.Satisfechas, dejaron a Ellie tranquila y fueron a sus respectivos asientos, la clase estaba por comenzar y el profesor era muy exigente, el desorden no era permitido en sus clases.Llegó la
El despertador en la habitación de Sandro sonó y él debido al cansancio no lo escuchó, ahora Ellie desesperada no hallaba que hacer, tocaba a su puerta y no obteniendo respuesta de su parte. —¡Sandro! —gritaba dando pequeños golpes en la puerta. Aún seguía sin obtener respuesta, por lo que optó por entrar para verificar que él estuviese bien. Se acercó despacio y lo miró tan quedito que su corazón comenzó a latir deprisa, cual bombo. —¿Sandro? —llamó y éste no respondió —¡Sandro! —volvió a llamarlo. Por su cabeza pasaban mil y un ideas, estaba asustada, ¿qué pasaba con Sandro? —¡Sandro! —gritó con su voz quebrada, sacudiendo si cuerpo. Sandro pegó un brinco por el susto y a Ellie la tomó por los brazos y la tiró en la cama, aprisionándola con su cuerpo. —¡Dios mío Ellie! —gritó, suspirando al ver que era ella —¿Por qué me has despertado así? —Eres un idiota Sandro, maldición, te creí muerto, casi me matas del susto, maldito cabrón —respondió ella alterada. Empujó a Sandro con
"¿Qué pasa contigo Ellie?" —se cuestionaba confundida, mientras estaba en la cama boca arriba mirando el techo de su habitación. Y es que tan solo recordar la forma en que Sandro miraba aquella chica, sentía que su sangre hervía, quería creer que era porque tuvo que dejar a Josías por casarse con Sandro, pero si imaginaba a Sandro con otra mujer sentía querer morir de enojo y esa era la razón de su confusión. Se giró y miró a Hades y le dio un golpe: —Te comportas como un idiota, Sandro —dijo con suavidad, para luego abrazar al peluche. Lo más triste que Ellie la acogía, era no tener con quien platicar de sus problemas o preocupaciones, su mejor amiga no estaba y no sabía cuándo regresaría de su viaje de intercambio, por lo pronto, debía conformarse con expresarle a Perséfone su sentir y golpear a Hades por lo que Sandro le hacía. Al amanecer, Ellie se levantó y bajó a buscar algo de desayunar, encontrándose así con una mujer de unos treinta y ocho años, de nombre Nita, la empleada
Molesta por haber discutido con Sandro, Ellie subió a su habitación y tomó asiento en su cama, donde miraba a Perséfone y Hades, sintiéndose en ese momento identificada con él, podía ser que entre ellos dos, fuera ella el Hades en la vida de Sandro. —Lo siento Perséfone, pero esta vez creo que me sobre pasé con Sandro, no me mires así, por favor —tomó el peluche en sus manos y lo abrazó —ver a Sandro con esa rubia falsa, me llenó de enojo, aunque creo que fueron celos —mencionó con tristeza —ahora se ha marchado de casa, no sé dónde podrá estar o con quién. Se sentía culpable de haber provocado que Sandro se marchara de casa, se maldecía a sí misma por haber sacado a Josías a flote, cuando había sido completamente innecesario. Con angustia, intentaba marcarle, mas su remordimiento y el temor por ser ofendida por él, se lo impedía. Quiso esperarlo hasta que regresara a casa para disculparse con él, sin embargo, el sueño la venció tan solo una hora antes que él lo hiciera. —Eres una
Ellie y Kelly quedaron de reunirse en la cafetería de la universidad, pues con el enojo que Ellie sentía, lo menos que quería era hablar de Sandro.Estaba hermosa y eso Sandro lo confirmaba cuando la vio llegar.—¿Saldrás hoy? —preguntó él curioso.—Sí, creo que no te conté, mi mejor amiga está de regreso en el país y me veré con ella, ¿puedes pasar dejándome a la universidad? nos veremos allí, supongo que ella querrá conocerte.Sandro lo meditó por un momento, la idea no le desagradaba, sin embargo, pensaba en que ahí podría estar Josías y quería evitarse esas molestias.—No estoy seguro Ellie, es mejor que te lleves el auto —respondió al fin.—Por favor Sandro, no te daré molestias, te lo ruego —suplicó ella juntando sus manos en firma de rezo.Sandro rodó sus ojos y soltó una escasa risa.—Está bien, si me lo pides así no puedo negarme, te iré a dejar y te iré a recoger.Ellie sonrió satisfecha y esperó a que él terminara de desayunar.Tomados de la mano, se encaminaron hasta la caf
Llegaron a casa y Sandro comenzaba a sentirse nervioso, era como si Kelly le hubiese entregado a una copia actualizada de Ellie, pues estaba más animosa, sonreía más, hasta se atrevía a bromear, cosa que lo tenía preocupado.Se sentía tonto por preocuparse por ver a Ellie diferente, pero es que en los pocos meses que tenían de casados, jamás, jamás, la había visto actuar de esa de manera.Incluso, corrió a hacer algunas palomitas de maíz con queso cheddar, hizo un par de hamburguesas y tomó un refresco soda para el acompañamiento, mientras Sandro la observaba desde el otro lado de la isla.—Con esto está bien, ¿no? —preguntó ella sonriente —¿o deseas comer algo más?Sandro estaba por salir corriendo e ir a buscar a la Ellie berrinchuda, pues se afirmaba a sí mismo que esa mujer frente a él no era Ellie.—Ahhh, sí, sí, así está bien, creo que con eso es suficiente —mencionó sonriente —Te ayudaré a llevar esto a la habitación.Tomó las palomitas y el refresco, mientras que Ellie tomó las
Ellie mordía sus labios al sentir el calor del cuerpo de Sandro cobijando el suyo, mordía sus labios en medio de una sonrisa, aunque no se animaba a dar el siguiente paso, estaba conforme con al menos estar durmiendo con él.Sandro movía sus ojos tratando de no prestar atención a lo que estaba sintiendo, aunque pensaba en la extraña actitud de Ellie y en su cambio repentino.—Kelly me ha invitado a almorzar hoy, ¿me quieres acompañar? —preguntó Ellie con su celular en la mano.—Dile que no hay no por respuesta —gritó Kelly a lo que Ellie sonrió —Dice que tienes que ir y no acepta un no por respuesta —le dijo a Sandro y este afirmó con su cabeza —Ha dicho que sí, nos vemos en nuestro restaurante favorito amiga.Tan solo eran las nueve de la mañana y como era fin de semana no había trabajo por hacer.—¿Es necesario que vaya? —preguntó Sandro al sentir que Ellie lo estaba integrando a su vida.—Por supuesto eres mi esposo y Kelly quiere saber todo de ti, por cierto, estuve leyendo un poc
Se despidieron de Kelly y fueron a casa inmediatamente, Sandro fue el primero en entrar a la casa y fue el primero en detener a Ellie y confrontarla.—¿Qué está pasando Ellie? —preguntó él deseando que no fuera un cruel juego —¿por qué actúas así conmigo?Ellie lo miró fijamente a los ojos y sonrió.—¿No te gusta como soy contigo? —preguntó, para saber en qué podía mejorar.—No, no me mal intérpretes, claro que me encanta en la forma en que me tratas, pero tan solo hace días me querías incluso desaparecer, no me querías cerca de ti, y mira, mya dormiste en mi casa, ¿qué está pasando?Ellie al ver la preocupación de Sandro, se sintió afligida, pensó en que él estaba mal interpretando todo o quizás no la quería cerca de él.—¿Te molesta que haya dormido contigo? —volvió a preguntar, con coz triste.—No, Ellie, no me molesta, nada de ti me molesta, excepción de cuando me gritas o insultas o hablas de Josías —afirmó él, abrazando a Ellie, al darse cuenta que ella estaba mal interpretando s