Se despidieron de Kelly y fueron a casa inmediatamente, Sandro fue el primero en entrar a la casa y fue el primero en detener a Ellie y confrontarla.—¿Qué está pasando Ellie? —preguntó él deseando que no fuera un cruel juego —¿por qué actúas así conmigo?Ellie lo miró fijamente a los ojos y sonrió.—¿No te gusta como soy contigo? —preguntó, para saber en qué podía mejorar.—No, no me mal intérpretes, claro que me encanta en la forma en que me tratas, pero tan solo hace días me querías incluso desaparecer, no me querías cerca de ti, y mira, mya dormiste en mi casa, ¿qué está pasando?Ellie al ver la preocupación de Sandro, se sintió afligida, pensó en que él estaba mal interpretando todo o quizás no la quería cerca de él.—¿Te molesta que haya dormido contigo? —volvió a preguntar, con coz triste.—No, Ellie, no me molesta, nada de ti me molesta, excepción de cuando me gritas o insultas o hablas de Josías —afirmó él, abrazando a Ellie, al darse cuenta que ella estaba mal interpretando s
—¿Por qué lloras? —preguntó Sandro asustado, la tomó por sus hombros y la acercó a él —¿Por qué lloras Ellie?Ella tapó su rostro, no podía creer que Sandro dijera que se había enamorado de ella, mientras que ella era una malcriada, un dolor de trasero, una mocosa inmadura, que solo pensó en ella y lo que creía que era correcto para y por ella.—Dame unos minutos, Sandro, estaré contigo en unos minutos —dijo después de unos minutos, se levantó de la cama y se marchó a su habitación.Sandro se quedó sentado en la cama, confundido por la reacción de Ellie, ¿acaso había sido muy honesto con ella? ¿acaso no era eso lo que Ellie estaba buscando? ¿qué había hecho? pues, creyó que era el momento para decirlo, después de ella asegurar que era él, su Hades, ¿y ahora qué? ¿qué podía hacer él?—Está enamorado de mí, Kelly —lloraba Ellie, encerrada en el baño, con su teléfono en altavoz —¿Puedes creerlo?—Ajá y ¿qué haces hablando conmigo? Ellie, pero qué rayos—le cuestionó su amiga, molesta —¿Po
En la ruta principal, Sandro y Ellie iban camino a uno de los mejores hoteles que Bradley Soulie había creado junto a sus hijos. Ellie no sabía si sería hoy su primera vez o no, pero siendo cautelosa y precavida llevaba en su maleta unos trajes de baño que sabía que a Sandro lo harían desearla y para la noche, un bello traje de noche de encaje, suficiente para que Sandro se decidiera a hacerla suya, sí o sí.Iba emocionada y a la vez nerviosa que no paraba de hablar sobre lo primero que a su mente llegaba, los colores de los árboles, los edificios, estaciones del año, y Sandro le asuntaba, pues, le parecía agradable que Ellie le gustase conversar con él.—¿Qué quieres hacer? —preguntó Sandro —¿prefieres desayunar primero y después descansamos o qué se te antoja?Ellie miró a Sandro y sonrió, pues su único antojo era estar sobre él sintió sus caricias y la humedad que él le provocaba.—Desayunemos primero —anunció ella, a lo que Sandro asintió.—¿Por qué sonríes tanto? —preguntó él, d
En la cabeza de Sandro se repetía la voz de Ellie diciendo: "Te deseaba" Para Sandro era maravilloso que Ellie correspondiera sus sentimientos, aunque le causaba un poco de conflicto sentir que quizá todo era muy prematuro, pero ¿no estaban casados? ¿qué había de prematuro en lo que estaban haciendo? se suponía que las parejas normales, hacían lo mismo que ellos dos, amarse de todas la maneras existentes.En el caso de Ellie era muy diferente, ella estaba feliz, realizada con el hombre que le había correspondido, y no sólo por ese motivo, Sandro la hacía sentir especial y era una de las cosas que a ella le gustaba. Recordaba con amor el haberse entregado a él, había sido especial para ella, ya que lo hizo por amor y no por compromiso.—Te deseaba también Ellie, incluso cuando dijiste que dejabas que te hiciera mía, tan solonme hubieras besado, lo hubiese hecho —confesó.—Te vi mientras te masturbabas —confesó ella lo que avergonzó a Sandro.—¿Qué? —preguntó incrédulo.—Te vi y me exc
Los hermosos días en el hotel se marcharon, ahora era hora de regresar a casa y seguir con lo que qué allá ya habían iniciado, un matrimonio real, uno donde lo que más sobraría era el amor. De parte de Sandro ya había ese sentimiento, no le tomó mucho para comenzar a sentir que Ellie le atraída, terminando, de cierto modo, enamorado de ella, sin tener mucho que hacer. Ellie estaba realmente ilusionada con Sandro, lo quería, le gustaba, le atraía, y estaba dispuesta a amarlo, quería amarlo, deseaba hacerlo, y teniendo que pasar su vida junto a él, ¿por qué no hacerlo? —Fue hermoso estos días —le dijo Ellie, con su rostro sonriente, mientras llevaba su mano entrelazada por la de Sandro y recordaba la mañana agitaba que habían tenido ellos dos, antes de marcharse del hotel. —Sí, espero pronto tener un fin de descanso para nosotros, aunque bueno, en casa podemos disfrutar más, si tú quieres, claro está —comentó él sonrojado. —No tienes que preguntar Sandro, por supuesto que quiero, y
Ellie se despertó más temprano que Sandro solo para mirarlo dormir por unos minutos, tenía muchas cosas por hacer y, además, quería hacer el desayuno para Sandro. Este no sería un desayuno cualquiera como los anteriores, este sería especial, era su primer desayuno como su mujer, así que tenía esmerarse para sorprenderlo. Corría de un lado hacia otro y Nita la miraba desde una esquina. Con ternura, la escaneaba incrédula por lo que sus ojos estaban viendo, una Ellie vestida con una camiseta de Sandro y un short de tela muy ceñido a la piel. "Mmm" se pensaba Nita, acariciando su mentón. Era gracioso que ver a Ellie correr en medio de la cocina como un torbellino, tomando cosas de aquí y allá, para prepara un rico café.Aquí había gato encerrado, como Nita decía, pero era mejor dos enamorados, que dos enemigos durmiendo en una misma cama. —¿Necesita ayuda señora? —le preguntó nita a Ellie, sacándole un gran susto.—No, Nita, te lo agradezco —respondió una Ellie muy risueña.Nita se di
El día de Sandro transcurrió muy diferente al de Ellie, una mañana muy agitada en la oficina y una discusión con su padre al medio día. Los ánimos de Sandro estaban de punta, y no era para menos, la necedad de su padre por saber si Ellie ya era su mujer no lo dejaba tranquilo. A lo anterior se le sumaba que las reuniones que había pactado para el día, dos de ellas fueron canceladas de forma imprevista, alterando de cierto modo lo que ya tenía planeado. Había sido un día bastante estresante, y lo único que sé le apetecía era llegar a casa y descansar, sin embargo, mientras recogía sus pertenencias, su padre volvió a llegar a su oficina y con las mismas preguntas, comenzó a alteral los ánimos de su ya cansado hijo. —Entiendo que la relación que tenías con mi abuelo era así, contándose las intimidades que sucedían entre los dos, pero no soy mi abuelo y mucho menos soy tú, padre. Creo que Ellie merece respeto, de la misma manera que mamá la merecía —decía Sandro ya cansado de los alega
Era un día de esos que prometían ser inolvidables para Ellie, había conocido a Josías; un chico hermoso y detallista que robó su corazón con tan solo una sonrisa. Ese día saldrían por unos helados y después al cine, era fin de semana y Ellie no tenía que trabajar o estudiar.Se arregló hasta quedar perfecta, maquilló su rostro, colocó un vestido ajustado a la cintura con una falda a la rodilla y amplia de falda. Modeló mirándose en el espejo y aquel resultado le gustó, tocaba su cabello y acercaba su rostro al espejo asegurándose que todo estuviese bien para el encuentro.Se despidió de su padre, notó que algo no estaba bien, sin embargo, no prestó interés en qué le sucedía, era hora de marcharse; afuera de la casa estaba Josías vestido muy elegante, la saludó cariñosamente y se marcharon a su primera cita después de semanas de hablar por mensajes,Al mismo tiempo, pero en otro continente, estaba Sandro, con una maleta en su hombro a punto de abordar el avión, y la ilusión de regresar