Seguro que imagináis lo que pasó después de ese momento, pues si, justo lo que estáis pensando.
Nos fuimos a su hotel, y nos dejamos llevar por lo que sentíamos, en su habitación, de forma brusca y con muchísimo deseo acumulado.
Aquella fue la primera vez que sentí que no me hizo el amor, aquello sólo fue sexo. Y no me importó, porque en aquel momento le necesitaba demasiado, necesitaba volver a sentir que era real, lo que teníamos el y yo.
Besó mi rodilla, despacio, mirándome con cautela, y luego apoyó su barbilla sobre esta.
- Estás preciosa – aceptó, para luego apoyar su cabeza sobre mi cuello, y besarme suavemente en él – y sigues oliendo igual de bien.
- Tu sigues besando i
La vida da mas vueltas de lo que podemos apreciar en un primer momento, personas que salen de nuestra vida vuelven a entrar, mientras que otras que entran salen sin darnos cuenta, sentimientos que dejas de sentir vuelven a aparecer, y otros que empiezas a sentir quedan en el olvido al no ver a esa persona. Os cuento todo esto porque Brad se marchó, y estuvo lejos durante casi seis meses, haciendo que nuestra extraña relación fuese aún más complicada, que sintiese como mi vida quedaba en pause al no estar él, pero aún así, todo seguía avanzando, y yo me veía en la obligación de hacerlo también. Tenéis que entenderme, era joven, aventurera y tenía toda la vida por delante, no podía estar esperando a un tipo casado, con cosas que aún no había resuelto con su ex mujer. Así que simplemente dejé de responder a sus mensajes, y terminé no cogiendo sus llamadas. Porque la situación era difícil para mí, porque no podía estar esperándole eternamente,
Cumplimos sus palabras al cien por cien, pues lo hacíamos como conejos, cada día, y varias veces. Pero eso no fue todo lo que hicimos, me llevó a visitar la ciudad, aunque yo ya la conocía, era mucho más emocionante verla con alguien que ya la conocía. Incluso una noche, me presentó a sus amigos de allí. Remontémonos a esa noche, pues, porque me enteré de muchas cosas esa noche. Fuimos a casa de uno de sus amigos, a una barbacoa, y me presentó ante todos como una amiga, eso fue lo primero que me resultó super raro, pues él mismo me había dicho siempre que quería poder presentarme ante todos sus amigos como su novia ardiente. Sus amigos eran majos: Edu, Sara, Manu, Ezequiel y Sofía. Habíamos empezado a comer la carne, cuando Sara,
La vuelta a casa fue callada, demasiado, y ninguno de los dos dijo demasiado sobre el viaje, sobre sus amigos, o sobre nada de interés. Sólo hablamos sobre el tráfico, el calor que hacía, y sobre lo mucho que echaba de menos el clima de mi pueblo. Aparcábamos el coche cerca de la playa, sin tan siquiera llegar a casa, yo sabía que era lo que quería cuando me dijo "paremos aquí y demos un paseo, hablemos", sabía que iba a dejarme, lo sabía perfectamente, pero ni siquiera le detuve. Si aquello debía terminar, lo mejor es que fuese cuanto antes, porque .... ¿para que alargar algo que ha llegado a su final? Esa fue la primera pregunta que me hice cuando dejé de contestar a los mensajes de Brad. Algo dolió dentro de mí al pensar en él, y dolió aún más cuando vi su imagen en mi cabeza. Sin lugar a duda, dejar atrás a Brad era lo más doloros
La vuelta al trabajo fue mejor de lo que esperaba, estaba deseando volver al trabajo, dejar todo atrás, y sobre todo el dilema de Carlos y Brad fuera de mi mente. Carlos y yo habíamos terminado, pero lejos de cómo pensé en un principio, habíamos acabado bien. Sin reproches, sin penas, sin remordimientos. Lo habíamos intentado, y habíamos fracasado, y era más que obvio cual había sido la razón: teníamos cuentas pendientes con terceras personas. Yo aún tenía sentimientos por Brad, y él por Sofía. Ya no trabajaba en el hotel, si lo que os preguntáis es si volví a verle en el trabajo. Recortaron la plantilla y me echaron justo después de navidad, supuestamente volverían a llamarme en verano, pero ya no tenía esperanzas ni de es
27 – volar como las gaviotas La semana siguió su curso y el sábado por la tarde, quedé con algunos ex compañeros de mi antiguo trabajo, pues aún manteníamos el contacto. Fui a recogerles a la puerta del hotel, la idea era ir a merendar a una de las cafeterías del centro comercial, y quedarnos allí hablando por horas, poniéndonos al día. Pero nunca llegué a entrar. Me detuve tan pronto como le vi, de brazos cruzados con una enorme sonrisa en su rostro, observando como su hija corría hacia la puerta del hotel, con esos andares tan peculiares suyos, rompiendo a carcajadas, tan pronto como la pequeña, empujaba la puerta con dificultad, intentando abrirla. Pero perdió la sonrisa tan pronto como se percató de que una muchacha, en el exterior, la ayudaba en su cometido, abriéndole la puerta para que la niña saliese. Miré hacia la pequeña, antes de que él se percatase de mi presencia, y la invité a salir por la puerta. La niña me observó, con s
Escribí un nuevo mensaje a mis amigos, diciéndoles que obviamente ya era tarde y no me daba tiempo a llegar, pero que me apuntaría a la próxima. Dejé el móvil sobre mi regazo, mientras miraba hacia Lilith, la cual se había quedado dormida sobre mí, al mismo tiempo que su padre me observaba. - Deberías llevarla al hotel – le dije, pues no quería que la pequeña cogiese frío – hace frío. - Gracias por ser amable con ella – agradeció, para luego asentir, ponerse en pie, sacudirse la arena y cargar a su hija en sus brazos, sin que se despertase aún. Me observó durante un minuto, antes de despedirse – adiós Lucía. - Avísame otro día – le dije, haciendo que él me mirase algo sorprendido, por mis palabras – ha sido agradable ... - pero no pude terminar, no tenía ni idea de que decir. Él son
Me gustaría deciros que seguí mi cabeza, mi instinto que me decía a toda voz que aquello era una locura, que me quedé en casa y mandé lo que sentía por Brad al fondo del océano, me gustaría poder deciros que le dejé marchar y me olvidé de él. Pero nada de eso sería cierto, y de eso se trata, ¿no?, de contaros exactamente que fue lo que pasó. Era una locura, por supuesto que lo era, pero aquella vez quería arriesgarme, necesitaba hacerlo, necesitaba apostar por aquello que sentía por él, apostar por aquella extraña relación, sentir que por una vez en mi vida las cosas empezaban a salirme bien. Así que, ese mismo día llamé al trabajo para comunicarles que me marchaba del país, y que no tenía ni idea de cuando volvería, me despedí de mamá, de mis amigos y me marché con él a Austria, a pesar de que mi mejor amiga opinase que era una pésima idea, pero en aquel momento no podía prestarle aten
Una niña de no más de quince años bajaba las escaleras. Acababa de pasar una velada de lo más productiva en casa de su amiga Sara, una niña de cinco años de edad, y en ese momento, pensaba en ella.Sara era una niña muy lista para su edad, eso era debido a su madre, que era maestra y la enseñó a leer incluso antes de ir a la escuela, y a su hermano mayor, Carlos, el cual cuidaba de ella en todo momento, excepto cuando se peleaban, que solía ser en pocas ocasiones.Su padre era guardia civil, y nunca estaba en casa, cosa que agradecía bastante, pues cuando estaba era un hombre muy duro, que no dudaba en levantarle la mano a todo aquel que no acatase sus normas, la principal víctima de sus fuertes palizas era Carlos, incluso cuando no tenía culpa de ello.Aquella familia estaba veraneando en la costa de la ciudad, en un pequeño apartamento cerca del mar,