Valentina, veintiocho años (tres meses antes de morir):
Aparte de la voz de su hermana, Valentina lograba escuchar el tictac del reloj que colgaba de la pared color mostaza. La casa siempre había sido silenciosa, pero después de la muerte de Lorenzo se volvió aún más quieta, con un ambiente fúnebre, pesado y gris.
—Es peligroso lo que estás haciendo —advirtió Rosa, se acodó sobre la mesa de cristal—. Vale, deberías aceptar el traslado de sede y con el dinero comprar una casa, esta… podrías alquilarla, te iría bien, estarías cerca de mamá, ella dice que le encantaría poder verte, que compres una casa cerca, para que puedan verse a diario. Sé que esta pérdida debe ser sumamente dolorosa para ti, pero… puedes intentar verlo como una nueva oportunidad en tu vida… para por fin estar lejos de ese
Valentina, veintiocho años (tres meses antes de morir):—Valentina… ¿estás segura de que a ti te hace bien el verme diariamente? —cuestionó el hombre.—¿Por qué lo pregunta, señor?—Ante todo es por mi culpa que tú perdiste a tu prometido —explicó él—. Por más joyas que yo te regale o por más perdón que intente pedirte, nunca podré traerte de vuelta al hombre que amabas.Aquellas palabras golpearon duramente el pecho de Valentina, impidiéndole respirar. Los labios le temblaban y las lágrimas querían acumularse en sus ojos. Tuvo que poner todas sus fuerzas para poder controlarse.—Señor… —dijo después de aclararse la garganta—. Usted y yo nos conocemos desde muy jóvenes, sé que nuestra relación no ha sido la mejor&
Valentina, veintiocho años (tres meses antes de morir):Valentina tuvo que esperar por más de dos horas a que Marko se durmiera para poder escabullirse por la mansión.Sabía dónde estaba la caja fuerte, varias veces vio a su jefe guardar documentos importantes como escrituras de propiedades y muchas joyas importantes, hasta barras de oro.Valentina se escabulló hasta la biblioteca, había robado del cuarto del hombre la llave que abría la habitación.Las paredes estaban empotradas con estanterías y muchos libros antiguos forrados en cuero. También había una mesa de escritorio de madera con papeles apilados y carpetas marrones.La joven buscó entre los libros, tanteando con sus manos, hasta poder dar con los libros falsos que escondían la puerta de la caja fuerte.Pero había un problema, Valentina no recordaba la clave para
Valentina, veintiocho años (tres meses antes de morir):Valentina caminó como toda una gata seductora hacia Marko, rodeó la mesa de escritorio y después se recostó a este; estiró una mano hasta acariciar el cabello castaño claro y liso del hombre, lo tenía sumamente sedoso.—¿Otra vez discutieron? —preguntó ella.Las mejillas de Marko estaban ruborizadas y su entrecejo se fruncía.—Sí, está más irritada de lo usual —contestó él.—Debe ser por la fiesta, organizar una gran fiesta es sumamente difícil y más si es tan importante y elegante como la que ustedes hacen. —Las manos de Valentina acariciaban las mejillas de Marko con suavidad y era evidente que él lo estaba disfrutando, pues su ceño fruncido se había relajado.—Yo no quiero seguir c
Valentina, veintiocho años (tres meses antes de morir):Era la primera vez que Valentina visitaba la tumba de su difunto prometido en compañía. De hecho, era la primera vez desde la muerte de Lorenzo que Valentina aceptaba conversar con alguien que no fuera su hermana.Hugo era uno de los pocos amigos de Valentina que conservó de la escuela, claramente el muchacho provenía de una familia adinerada como todos los que la rodearon en su adolescencia y adolescencia.Aunque Hugo era un joven sencillo, si bien era guapo, con clase, su forma de ser era bastante humilde y muy cariñoso. Él, al ser amigo del colegio de Valentina, conocía toda la historia que pasó entre ella y Merina, de hecho, tuvo que vivir esa historia, consolar a Valentina y llenarse de impotencia por no poder reclamarle a Merina y a Marko, pues si lo hacía era como condenarse a la desgracia.La pareja de amig
Valentina, veintiocho años (tres meses antes de morir):Se encontraban en la cama, Marko comía a besos la piel de Valentina, acariciándola con sus manos.Ella podía escuchar la respiración agitada del hombre, lograba sentir su peso encima suyo, no tenía escapatoria, era inevitable, debía tener sexo con su jefe.Estaba completamente desnuda, así como él también. En otra situación, donde no lo odiara y repudiara habría estado emocionada de que un hombre tan guapo e importante la besara y acariciara.Pero esa no era la situación. Lo único que podía hacer era cerrar los ojos y esperar a que todo acabase.—Me encantas, me fascinas —susurró Marko a su oído.Tal vez era porque Marko estaba bastante borracho que no notó que ella no estaba nada emocionada con que él la tocase. Por esta misma razón Valentina le dio bastante vino, así él nunca notaría el repudio que ella emanaba hacia él.Las embestidas comenzaron y las lágrimas
Valentina, veintiocho años (tres meses antes de morir):Contrario a lo que Marko quería para su mañana, tuvo que soportar la visita de Merina a primera hora. Le disgustó encontrar que Valentina se había marchado y no le informó.Tomaba el desayuno en silencio, sorpresivamente, Merina no tenía mucho para decir, todo lo contrario a como siempre se comportaba, se le veía nerviosa, como si ocultara algo.—¿Qué te pasa? —preguntó Marko.—Nada, ¿por qué? —Merina fingió tomar de su taza de café.—Estás nerviosa, te sucede algo, te conozco bien. ¿Qué estás ocultando?Una gota de sudor corrió por la frente de Merina. Echó su cabello en la espalda, llevaba un buen rato acomodándose el cabello, primero de un lado, después del otro y así&hell
Valentina, veintiocho años (tres meses antes de morir):—Señor, nada más estábamos conversando —informó Valentina con tranquilidad y una sonrisa educada—. La señorita Merina me hablaba sobre los avances de la fiesta, al parecer todo está saliendo muy bien. —Observó a una Merina abrumada por la situación—. Me alegro mucho por ustedes, espero deseosa el poder asistir a su fiesta de aniversario.Marko soltó a Merina, intentando calmarse.—La señorita Sandoval se encuentra en horario laboral, está demasiado ocupada como para atenderte en este momento —dijo Marko a Merina—. Y tú y yo debemos hablar ahora mismo, sígueme.Merina no tuvo otra opción que seguir a su esposo. Una vez Valentina se encontró a solas en su oficina, dejó salir una risa de satisfacción,
Valentina, veintiocho años (dos meses antes de morir):Sin duda alguna, Marko estaba dispuesto a conquistarla.Lo bueno de enamorar a un magnate es que tendrás las cosas más costosas a tu alcance.Marko había llegado de sorpresa a la casa de Valentina y le llevó varios regalos, desde ropas, zapatos, aretes y un lujoso collar.Se le veía de buen humor, le había dicho que estaba de compras y se acordó de ella. Realmente no era la primera vez que Marko llegaba con regalos para Valentina, desde muy jóvenes siempre lo había hecho; una vez, se la llevó de improviso en su avión privado a pasar el fin de semana en su isla privada, nada más porque cuando tuvo la idea le agradó.Se encontraban en la habitación de Valentina, Marko observaba el vidrio roto de la ventana y le cuestionaba el por qué no lo había mandado a reparar