Aunque podría decir que es difícil de aceptar me dio mucho gusto ver a Dominieck de nuevo a pesar de sus incesantes maldades e intolerable conducta tan dramática que suele cargar. Verle allí presumiblemente bien me dio sosiego, pues es era algo evidente que tal hombre me hacía algo de falta, ante todo me dio gusto poder encontrarle aún más el poder mencionar, aunque poco algo de lo que cargo en mi conciencia y que pesa constantemente sobre mis hombros, procurando claro no revelar demasiado de mí. Marcharme para sorpresa mía fue relativamente fácil en aquel momento pues Dominieck no opuso resistencia alguna, ni mucho menos realizo alguna escena para detenerme, tranquilo ajeno a todo allí se quedó, prácticamente inmutado y despreocupado. Sin prisa me fui alejando de la colina dejando cada vez más detrás a Dominieck, hasta que por fin llegué a la residencia y desde la puerta de acceso, una vez me encontraba lista para ingresar tras abrirla por mera curiosidad giré mi cabeza en dire
Cuando a fin de cuentas buscaba devolver a aquella pieza de nuevo hasta la cama, pude notar que aun costado sobre aquella reposaba sobre la misma superficie una pequeña tarjeta en color crema muy sutil con la letra un tanto desalineada y desprolija, la cual parecía más que nada que había sido escrita muy aprisa. En ella se podía leer con completa claridad ''Por favor úsalo, sé que para nada tal atuendo conforma parte de tu estilo, pero, por favor lo recalco úsalo, permítenos contemplar la hermosura de la cual Emma es capaz de reflejar, tal y como lo hacías en Venecia sin ningún tipo de restricción, deja que aquella dulce niña aparezca una vez más ante nosotros" — Lombardi — — Por lo menos el tío entiende que para nada esto va conmigo — recalqué al tiempo que hacia un movimiento un tanto sarcástico con la cabeza. — Ya que vine aquí me limitare a no hacer berrinches así que como una buena señorita hare lo que se me pide, aunque no sea de mi completo agrado — comenté intentando más
Cabizbaja allí permanecí, con un sinfín de inquietantes sensaciones que cruzaban por mi entereza sin piedad. Algunas emociones ante todo son más fuertes que otras como lo es la rabia, la cual es capaz de relucir sobre todas las demás y por ella se tiende a ser de manera muy impulsiva cosa que sin dudas a la mayoría nos pasa, razón que por lo mismo termine azotando aquella puerta ante su persona. Ahora bien, aunque para nada soy partidaria de la violencia Dominieck sin dudas estaba realizando todo su mayor esfuerzo para ganarse la lotería, donde a fin de cuentas el premio mayor en recibir sería un buen golpe de mi parte, uno como nunca se lo eh dado y que sin dudas estimo experimentara más temprano que tarde. Con mi reacción estaba casi segura de que aquel hombre se había probablemente marchado, rogaba a los cielos porque aquello fuese así, aunque es bien sabido por mí que tal sujeto es difícil de intimidar, lo que lo hace aún más difícil de lidiar. Por lo cual, a pesar de todo b
Lyall ingreso en aquella sala con la cara completamente sería cosa muy común en él. Ahora bien, al notarlo por ende escudriñarlo de pies a cabeza pude darme cuenta de que al igual que nosotros aquel llevaba un atuendo no acorde con su personalidad por lo que puedo decir que aquí todos probablemente decidimos meramente complacer a Lombardi antes que retarle. Podría ante todo llegar a decir que aquellas incluso eran un tanto parecidas a las prendas de vestir que llevaba Dominieck donde relucía el blanco, salvo por el hecho de los detalles los cuales, en aquel, aquellos se divisaban en un color rojo que a sinceridad estimo era lo único que lo hacían diferentes. Dominieck tras verle aparecer inmediatamente le increpo curioso por descubrir la razón de su presencia allí. — ¿Qué te trae por aquí Lyall? Mientras este inmediatamente sin esperar de continuo contesto. — Eh venido a darles aviso de que la presencia de ambos se es requerida. — Y eso porque — pregunte ante la
La satisfacción que había sentido luego de haberle dejado en ridículo a Dominieck, no tenía precio por lo cual puedo decir que sin dudas si tuviera la oportunidad nuevamente de vivir todo esto que me ha tocado, lo repetiría de modo tal que atravesaría por las mismas circunstancias una y otra vez hasta llegar a tales momentos. Sí... lo admito, sé que estuvo mal haberle hecho pasar tal vergüenza, pero nadie iba a poder imaginar que aquel reaccionaria de esa manera con tal y semejante quejido, lo que dio un toque perfecto a la situación, además de que lo hizo sin dudas un momento inolvidable. Tomada por la risa que para aquel momento yo intentaba disimular mientras avanzaba siguiendo aquel camino termine de subir la colina completamente sola, guardando por sobre todo la prudencia; relajada una vez me tranquilice me acerque hasta los tíos, Lyall y Lina quienes, riendo, aunque también conversando aguardaban por nosotros. — Los veo y no lo puedo creer, ambos son el vivo ejemplo d
— Entonces veo que has podido dar con una preciada perla Emma. Replico aquella sin titubear, con la voz seria, pero manteniendo aquella sensación de calidez que se percibía venir de ella con mucha fuerza la cual se enmarcaba en toda la curvatura de su boca en la figura de una sonrisa. La tía tras mirar a Lina se alejó de mi por un momento y se dirigió hasta donde se encontraba tal chica, quien sin poder decir palabra alguna solo se dedicaba a observarle. Una vez ante ella, tal mujer la tomo suavemente de las manos pues buscaba ante todo atraerla para que Lina le siguiera hasta posicionarla finalmente justo al frente de mí. Ya allí, Susan tomando las manos de Lina junto a las mías ya que se encontraba en medio de las dos haciendo que entre nosotras se alineaba la figura de un triángulo, las unió una encima de la otra al tiempo que las suyas formaban una especie de capullo alrededor, mientras decía sin tardar. — Espero que ambas se puedan apreciar lo suficiente como para qu
El tío aprovechando el momento en vista de que había surgido tal conversación se dedicó a explicar por primera vez como todo este embrollo inicio y por lo cual Dominieck era parte de ello. — Eran más o menos las ocho de la noche y como todo experimento de adulto rebelde para aquel entonces me encontraba en plena entrada del mirador pensando en cómo ingresaría al lugar, para pasar el rato al encontrarme solo y que yo no pareciera ante los ojos de los allí presentes un simple entre tanto desdichado ser solitario en vista de que para aquel entonces el mirador era un lugar entre comillas exclusivo para grupos, parejas o personas de la alta elite. Martin miro al cielo casi de seguido mientras desbordaba una inmensa paz a la vez que se intentaba sumergir en aquellos recuerdos, no dejando de lado para nada claro está el dramatismo para darle vida a todo aquello. — No voy a hondar mucho en lo que paso, pero si diré que aquel día y este no tienen mucha diferencia que digamos; al igual q
Siempre, aunque no es muy bonito que digamos, es grato ver a Susan enojada puesto que mirándola bien tiene un fuerte en tanto aterrador carácter de armas tomar no muy diferente a Emma la verdad por lob que puedo notar la completa similitud entre ambas. Cuestión que sin dudas Martin y yo usamos a nuestro favor cada que queremos por lo que con ello buscamos rememorar así los viejos recuerdos de aquella juventud pasada, donde tanto aquel hombre junto a mí, solíamos hacerla estallar a causa de nuestras constantes peleas. Ahora que lo pienso, de verdad no recuerdo la última vez que estuve así en completa paz, donde nada podía llegar a turbarme o ni siquiera cambiar mi estado de humor, por lo que reír en esta noche se volvió sin dudas en una de las mejores medicinas jamás creada capaz incluso de quitar, aunque allá sido por poco tiempo el peso de la tan incierta y ajetreada vida. Podría decir que incluso estando con ellos el tiempo parecía no pasar tan aprisa, es como si la propia ese