Juan quería crear un impacto directo y definitivo, no es que se desesperara era que a su manera de ver las cosas mientras más pasaba el tiempo era más probable que las cosas se mantuvieran igual y América no tomara una decisión, así que organizó una jugada mucho más directa, se iba a jugar todas las cartas, no más romance sino iría directo a la pasión.

Fue por ella al trabajo tal como lo había hecho en los últimos días pero esta vez fue de regreso a el hotel, — ¿A dónde vamos?, este no es el camino a la casa de mis padres.

— Quiero que me regales un par de horas para hacer algo diferente, solo nosotros dos, amor.

— No sé si estoy preparada.

— Recuerda que nunca te pondré en una situación que no desees, me agrada estar con tus padres, pero siento que no nos estamos acercando, no profundizamos en nuestra conversación y deseo poder besarte, abrazarte sin la zozobra que nos encuentren como si fuéramos unos adolescentes.

— Entiendo, tienes razón.

— Quiero que esta noche te relajes, cenemos