Capítulo 57 —Yo también me odioSebastián: Cuando Javier me dijo que Maximiliano, mi mejor amigo, mi hermano, había muerto junto con Natalia, su esposa, sentí que mi estómago se revolvió y, antes de poder seguir escuchando lo que tenía para decirme, tuve que vomitar. Era algo que no concebía, que estuvieran muertos, era algo impensable. Pero no podía darme el lujo de llorar por mucho tiempo, pues tenía que ocuparme de Sabrina, mi ahijada. Esa ni*ña a la cual yo había prometido cuidar y proteger, en caso de que sus padres faltaran, algo que nunca creí que llegara a suceder. Pero ahí estaba, abriendo la puerta de la habitación del hospital, donde la ni*ña se encontraba internada, bajo observación, ya que, por suerte, ella no sufrió lesiones de entidad. Cuando entré a esa sala, mis ojos no daban crédito a lo que veía, una mujer que me era familiar, pues en el fondo sabía que era ella, pero cuando volteó y confirmé que se trataba de Janina, mi corazón empezó a palpitar de manera descontr
Capítulo 58 —Lo que vé al mirarmeJanina: Cuando Sebastián se retiró del estudio de Javier, dando un portazo y dejando muy en claro que no quería tener nada más que ver, en lo que le quedaba de vida, conmigo, me sentí morir. Pues estaba claro que me odiaba y no podía juzgarlo por hacerlo, porque yo también me odiaba. Destruí su vida, de la manera más vil que se puede destruir la vida de una persona. Todos los días, al mirarme al espejo y ver el reflejo de una persona a la cual detesto, me digo a mí misma; de que lo hice por su bien, de que está mejor así, de que fue lo correcto; pero en el fondo, sé que es mentira, que yo pude haber evitado lo que sucedió. Yo sabía lo emocional que podía llegar a ser Sebastián y aun así le conté lo de Daniel, sabiendo que iba a cometer una estupidez. Claro, nunca pensé que esa estupidez lo llevara a la cárcel, que Daniel me obligara a divorciarme, hacerme cargo de sus mentiras y todo lo que ya se sabe. Pero si hay alguien responsable de la desdicha d
Capítulo 59 —EmpatíaNarrador: Janina tenía muy en claro, que le iba a hacer sumamente dificultoso, lograr que Sebastián volviera a confiar en ella, pero tenía que intentarlo. Con todo lo sucedido, la joven, aún no había tenido tiempo de guardar el luto necesario por la muerte de su hermano Maximiliano y su mejor amiga Natalia. Aceptó la oferta de su ex esposo, de quedarse en el apartamento, por unos momentos pensó que no era buena idea. Pero luego se dio cuenta, de que en algún momento, ésta nueva historia, tenía que comenzar y, ¿qué mejor que esa noche?, los dos solos, sin Sabrina de por medio. Así que se dirigió a su antiguo dormitorio, para darse una ducha, pero se encontró que, en ese baño, no había ni toallas ni jabón ni nada con lo que pudiera efectuar dicha tarea. Por lo que decidió que rompería su promesa, de ser casi invisible para Sebastián.—Sebastián, disculpa, ¡sí que empezamos con mal pie! —y sonrió nerviosa —al yo, ya romper mi promesa de no molestarte, pero necesitar
Capítulo 60 — La verdad no es una opciónNarrador: Cómo era de esperarse, Janina pasó la noche entre sollozos y fue poco lo que logró dormir. Así que, a la mañana siguiente, al despertar, sintió que todo su cuerpo le dolía, pasándole factura por lo vivido en las últimas horas. A pesar de que ya hacía mucho tiempo que no vivía allí, se sintió como en casa al despertar, como si estuviera en su hogar nuevamente. Se levantó lentamente, tratando de que sus músculos la obedecieran y llegó hasta el baño, para higienizarse. Cuando se miró al espejo, vio su rostro desfigurado por el llanto y la inflamación en sus ojos, casi le impedía mantenerlos abiertos. Pero unas lágrimas brotaron de ellos, recordando qué le había dicho a Sebastián que; ella también se odiaba al ver su reflejo por lo que le había hecho, algo que era cierto. Lavó su cara con abundante agua y jabón, volvió a la habitación para vestirse e ir a desayunar. Lo hizo con algo de temor, pues pensó que se encontraría con él en la co
Capítulo 61 —El funeral Narrador: Ese día Janina se había retirado del hospital, para ayudar a Javier con los últimos preparativos para el funeral, que sería al día siguiente. Cómo era de esperarse, fue más lo que lloró que otra cosa, pero era ella legalmente, la responsable de todo, así que no le quedaba más remedio que estar presente. Por su lado, Sebastián pasó todo el día con Sabrina, en el hospital y aprovechó para hablar con la psicóloga—Señor Mireles, ¿qué puedo decirle?, Sabrina es una niña muy fuerte y que está asimilando muy bien que sus papis ya no van a estar con ella. Aún no le hemos dicho, directamente que han fallecido, pero sí que ya no estarán con ella—¿Pero eso no podría generarle confusión, ella no podría creerse abandonada? Y creo que eso sería peor—No, ella por ahora, lo único que tiene que saber, es que sus padres no están y quedó a cargo de ustedes. Entonces, ella tiene tanta ilusión y tanta alegría, de estar junto con su padrino, que siempre ha estado con
Capítulo 62 —Ódiame mañanaNarrador:Sebastián se veía por momentos tentado de estar con ella, pero luego recordaba lo que le había hecho y que tenía que odiarla por eso, así que la empujó, para separarse volvió a prenderse los botones de su camisa.—Como dije, hoy no es un buen día para nada, así que, aprovechando que Sabrina aún no está aquí, voy a dormir en su habitación.—Sebastián…—¡Sebastián nada!, Janina, que descanses.Janina logró dormir solo por un lapso de tiempo muy corto. Y, finalmente, se despertó en un sobre salto. Se levantó y se dirigió al baño, para lavar su rostro. Sabía que le iba a ser imposible volver a conciliar el sueño, al menos esa noche. Se dio una ducha caliente, para ver si eso le ayudaba, pero no obtuvo el resultado deseado. Así que se envolvió la toalla y se sentó en la cama. Su sufrimiento era muy profundo, así que para calmar su dolor, se centró en los besos que se había dado con Sebastián. Haciendo que su respiración se agitara, al punto que su garga
Capítulo 63 —nacía para tiNarrador: Una vez que sus cuerpos se calmaron, después de la pasión desplegada, se tumbaron en la cama, uno al lado del otro. Se voltearon de costado y se miraron frente a frente durante largo rato. Ninguno de los dos quería emitir una palabra, para no estropear el momento que estaban viviendo. Ella tenía que explicarle muchas cosas y pedirle perdón, él tenía que escuchar y perdonar, pero no era el momento, no aun. Ella tenía que demostrarle, que valía la pena, que todavía podían ser felices juntos, a pesar de todo lo que habían pasado y que su prioridad, era Sabrina, entonces, recién ahí, ella podría decirle la verdad y apelar al amor que sintiera, con la familia que habían formado, para que él no fuera y cometiera una locura, más grande de la que había cometido en un principio, de eso dependía la felicidad y la vida de los tres. Janina trataba de descifrar que era lo que estaba pensando Sebastián, en ese momento, pues su rostro reflejaba un gesto incompre
Capítulo 64 —Me estoy haciendo adicta a ti.Narrador: Después de esa noche, que como habrán visto, ha sido muy intensa, porque no quedó así la cosa, sino que esos cuerpos, volvieron a encontrarse, al menos dos veces más. Janina fue la primera en despertar. Ya la luz de la mañana invadía la habitación, por lo tanto le decía que el nuevo día y la realidad habían llegado. Se levantó, se dio una larga ducha en su habitación, se vistió y fue a la cocina, a preparar el desayuno, poniendo su mejor cara, tratando de que esa realidad no la tumbara. Pocos minutos después, se le sumó Sebastián a la cocina.—Buenos días, Sebastián, te preparé el desayuno —lo recibió con una amplia sonrisa sirviéndole una taza de café y sus dos tostadas con queso y mermelada.—Buenos días. Gracias —fue lo único que dijo y bajó la cabeza, para comenzar con su desayuno.Ella se sentó frente a él, para continuar con el suyo, pero sin dejar de mirarlo fijamente. Él estaba absorto en la pantalla de su celular, viendo,