Capítulo 60 — La verdad no es una opciónNarrador: Cómo era de esperarse, Janina pasó la noche entre sollozos y fue poco lo que logró dormir. Así que, a la mañana siguiente, al despertar, sintió que todo su cuerpo le dolía, pasándole factura por lo vivido en las últimas horas. A pesar de que ya hacía mucho tiempo que no vivía allí, se sintió como en casa al despertar, como si estuviera en su hogar nuevamente. Se levantó lentamente, tratando de que sus músculos la obedecieran y llegó hasta el baño, para higienizarse. Cuando se miró al espejo, vio su rostro desfigurado por el llanto y la inflamación en sus ojos, casi le impedía mantenerlos abiertos. Pero unas lágrimas brotaron de ellos, recordando qué le había dicho a Sebastián que; ella también se odiaba al ver su reflejo por lo que le había hecho, algo que era cierto. Lavó su cara con abundante agua y jabón, volvió a la habitación para vestirse e ir a desayunar. Lo hizo con algo de temor, pues pensó que se encontraría con él en la co
Capítulo 61 —El funeral Narrador: Ese día Janina se había retirado del hospital, para ayudar a Javier con los últimos preparativos para el funeral, que sería al día siguiente. Cómo era de esperarse, fue más lo que lloró que otra cosa, pero era ella legalmente, la responsable de todo, así que no le quedaba más remedio que estar presente. Por su lado, Sebastián pasó todo el día con Sabrina, en el hospital y aprovechó para hablar con la psicóloga—Señor Mireles, ¿qué puedo decirle?, Sabrina es una niña muy fuerte y que está asimilando muy bien que sus papis ya no van a estar con ella. Aún no le hemos dicho, directamente que han fallecido, pero sí que ya no estarán con ella—¿Pero eso no podría generarle confusión, ella no podría creerse abandonada? Y creo que eso sería peor—No, ella por ahora, lo único que tiene que saber, es que sus padres no están y quedó a cargo de ustedes. Entonces, ella tiene tanta ilusión y tanta alegría, de estar junto con su padrino, que siempre ha estado con
Capítulo 62 —Ódiame mañanaNarrador:Sebastián se veía por momentos tentado de estar con ella, pero luego recordaba lo que le había hecho y que tenía que odiarla por eso, así que la empujó, para separarse volvió a prenderse los botones de su camisa.—Como dije, hoy no es un buen día para nada, así que, aprovechando que Sabrina aún no está aquí, voy a dormir en su habitación.—Sebastián…—¡Sebastián nada!, Janina, que descanses.Janina logró dormir solo por un lapso de tiempo muy corto. Y, finalmente, se despertó en un sobre salto. Se levantó y se dirigió al baño, para lavar su rostro. Sabía que le iba a ser imposible volver a conciliar el sueño, al menos esa noche. Se dio una ducha caliente, para ver si eso le ayudaba, pero no obtuvo el resultado deseado. Así que se envolvió la toalla y se sentó en la cama. Su sufrimiento era muy profundo, así que para calmar su dolor, se centró en los besos que se había dado con Sebastián. Haciendo que su respiración se agitara, al punto que su garga
Capítulo 63 —nacía para tiNarrador: Una vez que sus cuerpos se calmaron, después de la pasión desplegada, se tumbaron en la cama, uno al lado del otro. Se voltearon de costado y se miraron frente a frente durante largo rato. Ninguno de los dos quería emitir una palabra, para no estropear el momento que estaban viviendo. Ella tenía que explicarle muchas cosas y pedirle perdón, él tenía que escuchar y perdonar, pero no era el momento, no aun. Ella tenía que demostrarle, que valía la pena, que todavía podían ser felices juntos, a pesar de todo lo que habían pasado y que su prioridad, era Sabrina, entonces, recién ahí, ella podría decirle la verdad y apelar al amor que sintiera, con la familia que habían formado, para que él no fuera y cometiera una locura, más grande de la que había cometido en un principio, de eso dependía la felicidad y la vida de los tres. Janina trataba de descifrar que era lo que estaba pensando Sebastián, en ese momento, pues su rostro reflejaba un gesto incompre
Capítulo 64 —Me estoy haciendo adicta a ti.Narrador: Después de esa noche, que como habrán visto, ha sido muy intensa, porque no quedó así la cosa, sino que esos cuerpos, volvieron a encontrarse, al menos dos veces más. Janina fue la primera en despertar. Ya la luz de la mañana invadía la habitación, por lo tanto le decía que el nuevo día y la realidad habían llegado. Se levantó, se dio una larga ducha en su habitación, se vistió y fue a la cocina, a preparar el desayuno, poniendo su mejor cara, tratando de que esa realidad no la tumbara. Pocos minutos después, se le sumó Sebastián a la cocina.—Buenos días, Sebastián, te preparé el desayuno —lo recibió con una amplia sonrisa sirviéndole una taza de café y sus dos tostadas con queso y mermelada.—Buenos días. Gracias —fue lo único que dijo y bajó la cabeza, para comenzar con su desayuno.Ella se sentó frente a él, para continuar con el suyo, pero sin dejar de mirarlo fijamente. Él estaba absorto en la pantalla de su celular, viendo,
Capítulo 65 —Te lo debo todo Narrador: Desde esa despedida entre Janina y Sebastián, habían pasado ya unos días y no se habían vuelto a ver. Ella tomó su teléfono varias veces, para llamarlo, pero declinó. Sebastián, por su lado, condujo hasta la finca, en varias ocasiones y en la puerta, decidió no entrar. Aquello parecía un juego macabro. Él peleaba con sus demonios internos, queriéndola perdonar, pero no pudiendo hacerlo, su corazón estaba dividido entre el amor y el odio. Creyó que alejándose, sus heridas sanarían, pero saberla tan cerca y haberla tenido tantas veces entre sus brazos, durante los últimos tiempos, lo estaba perturbando. Janina pasaba sus días llorando, entre lo que había sido su vida, antes de conocer a Sebastián, y lo que era ahora, sólo podía decir que había sufrimiento. La obligaron a casarse con alguien que no amaba, es más, con alguien que despreciaba, trató de huir varias veces, del sentimiento que se le estaba despertando, pero siempre volvía a sus brazos.
Capítulo 66 —Yo también tengo mis secretos Narrador: Y allí se hallaba, Janina y Sebastián; ella recibiendo todos los besos que él estaba dando de manera descontrolada.—Ya, Sebastián, déjame respirar —le rogó riendo, en un momento que pudo zafar de ese cariñoso momento.—Tuviste dos largos años para respirar, ahora no voy a volver a soltarte, aunque quieras, no volverá a suceder.—Escucharte decir eso y ver cómo me miras, simplemente llena mi corazón.—Mi amor, no me va a dar la vida, para compensarte por lo que hiciste. Y creo que, en el fondo, nunca me lo voy a perdonar.—Ya te dije que no tienes nada que perdonarte. Y me alegro que me creyeras, porque de esa manera te mantuve a salvo.—Físicamente sí me mantuviste a salvo, ahora mi corazón se rompió en mil pedazos, el día que saliste de firmar nuestro divorcio.—Lo sé, yo lo he tenido roto desde entonces. Y en todo este tiempo se ha vuelto a romper varias veces más, ya casi estaba hecho polvo pero por suerte hoy; Dios, la vida,
Capítulo 67 —Cada uno con su verdad Narrador: Ante la revelación de Sebastián, Janina había quedado paralizada, en medio del salón.—¿Cómo hiciste un hijo? —fue lo primero que se le ocurrió preguntar.—¿En serio Janina? ¡Cómo se hacen todos los bebés! —le respondió con sarcasmo—Sabes que no me refiero a eso —replicó un poco enfadada—Supongo que no —y agachó la cabeza, algo avergonzado—¿Por qué no me lo dijiste, que caso tenía ocultarlo? —ella trataba de entender lo que estaba ocurriendo.—Porque tú y yo, no hemos tenido una conversación civilizada, desde que volviste y, en vista, de lo que se suponía me habías hecho, no consideré la opción de contarte algo tan íntimo, cómo el hecho de que tenía un hijo.—Ahora entiendo a lo que Javier se refería, cuando me decía que tú también tenías cosas para contarme, pero que lo harías a su debido tiempo.—Supongo que te lo hubiera contado con el correr de los días —le dijo arqueándose de hombros—¿Con el correr de los días? —le reprochó—¿Ha