Las horas fueron pasando, Diego se encontraba en la oficina con los asesores y su gente de administración, por alguna razón se encontraba ansioso, su corazón latía con fuerza, aunque intentara concentrarse en la reunión no podía lograrlo.En todos estos días que no ha podido conversar y hacer las paces con Mateo, sentía lo mismo pero esta vez era mayor.Miraba su teléfono a un lado constantemente, estaba como loco deseando llamar a Mateo y cerciorarse de que todo estaba bien, pero sabía que si lo hacía este se pondrá furioso. Luego de aquella llamada con Ángel no se han hablado, pero en esta mañana Mateo lo sorprendió cuando quería darle el beso de despedida.Fue tan agradable volver a sentir sus brazos alrededor de su cuello, oler su aroma tan cerca.No quería soltarlo, ni siquiera quería ir a la oficina, quería quedarse en el departamento y abrazar a su destinado en todo el día para recuperar todo lo que no pudo hacer en los últimos días.Pero ¿que estaba pensando? Mateo le había di
Y así fue como llegué a este lugar, donde podría convertirse en mi final.Todo parecía confuso ni siquiera podría saber cuánto tiempo me encontraba aquí, mi cuerpo fue golpeado en todas las formas posibles, les divertía ver como sanaba luego de un tiempo de cada golpe. Solo estaba demostrando que soy un Alfa puro, podía oír como se burlaban, mis ojos estaban cubiertos, gritaban preguntándome si sentía dolor, si podría descubrir quién era el que me daba el golpe.La voz de Joe se oía entre las personas.—Quiétenle esa ropa y también ese aroma. Quiero saber que guarda este Alfa —Demanda Joe y de inmediato sus hombres tomaron mi camisa y la rompieron, podía oír como se desgarraba la tela, dejándome expuesto. Otros traían baldes de agua que derramaban sobre mi cuerpo riendo a carcajadas, podía sentir el ardor en cada parte mientras se escurría el líquido en mi cuerpo.No podía llamar a Diego, aún no, Max no ha aparecido, y ni siquiera sé dónde me encuentro.Mis brazos estaban atadas abier
Es el segundo día sin tener noticias de Mateo, Diego estaba por entrar en la locura, seguía buscando por todos lados con la esperanza de encontrarlo.Aunque intentaba llamarlo en sus pensamientos, no podía sentirlo, su Alfa aullaba de dolor desesperado por no sentir a sus seres.Estar dentro del departamento solo hacía que lo extrañara aún más, su aroma aún seguía en la habitación, lloraba con solo ingresar a ese lugar.Lamentaba enormemente no haberlo abrazado más tiempo, besarlo y acariciarlo. Sus fuerzas se iban debilitando, su corazón latía sin sentido, al punto de sentirse desfallecer.Mientras corría por todas partes llamándolo, preguntando si alguien lo ha visto, pero nada, no había respuestas. Todos seguían su camino, más Diego se sentía desolado, perdido sin tener idea de donde buscar a su amado.📞— ......📞—.......📞—Matías dime que tienes noticias de Mateo —Con lágrimas en sus ojos Diego al recibía la llamada.📞—¿Dónde estás?📞—No lo sé, buscando a Mateo.📞—Diego vuel
En una oficina, en el piso más alto de una conocida revista dos Alfas discutían.—¿Como puedes decir que es tu destinado? ¡Entre Alfas no puede existir esas uniones!—¡Ahh Brown! Siempre te he dicho, que estaría a tu lado mientras que encontrara a mi Destinado.—Joe, tenemos una familia, ¿qué acaso no somos suficientes para ti?—Tú sabes que nunca te quise, si te he dado un hijo fue solo porque te pasabas rogando por uno.—¿Que le diré a Diego? ¡tú eres su madre!—Fingiré mi muerte, creo que eso podría ayudarte a no dar tantas explicaciones y ¿su madre? ¡por favor! eso era divertido mientras era un niño.—Joe, ¿qué pasará, si te encontrara algún día?, ¡solo lo harás sufrir!—Eso no sucederá Brown, yo me iré fuera del país. No tendrá oportunidad de verme.—Como puedes hablar con tanta frialdad.—Max es todo lo que esperaba, mi destinado, no puedes interferir. Con él tendré la vida que quiero, sé realista Brown, desde el principio te dije como serían las cosas y lo aceptaste.—Tenía la
Despertar y que todo hubiera sido un sueño fue lo que esperaba Mateo, encontrarse con el rostro de Diego apenas abriera sus ojos fue un alivio a su corazón, o fue solo una pesadilla pensaba.Pero observar dónde se encontraba, todo le demostraba que fue una cruda realidad. Sentía una presión en su pecho, no recuerda como fue liberado de esos hombres, lo último que tenía en su mente fue ver a Max aproximarse a él amenazando con tomarlo.Bajando la mirada de Diego sus deseos de morir volvieron a él, ¿qué pasaría cuando Diego se enterara que otro Alfa se aprovechó de su estado para poseerlo? su cuerpo ya está ultrajado por un ser desagradable, estaba seguro que Diego lo rechazaría, no quería imaginar todo lo que podría decirle, pensaba en todas esas veces que le había pedido que dejara de investigar, que no se arriesgara, pero su deseo de venganza o justicia como él lo llamaba era más fuerte, pero ahora nada de todo lo que creía era cierto, las personas que defendía y deseaba que la perso
Mateo solo deseaba confiar en las personas que amaba, pero oír a Ángel diciendo que todos tenían algo que ocultarle, hizo que todo su mundo se viniera abajo, ¿de qué más tendría que enterarse? ¿acaso no era suficiente el mal trago que se llevó con lo de su padre y su hermana?Dejándose llevar por el temperamento de AlfaMateo se enfurece en gran manera ante estas personas que consideraba amigos y el hombre a quien amaba.—¿Ocultándome cosas? —Ruge AlfaMateo.Diego da un brinco al oír la voz del Alfa furioso, sabía que no sería bueno.—Mateo, por favor cálmate —Dice Diego intentando acercarse, pero AlfaMateo le ruge.—¡No te me acerques! —desviando la vista va hasta Ángel, pero Matías se interpone notando el miedo en su Omega —Tú, ¿te atreves a ocultarme alguna cosa?—Mi Mateo —tartamudea Ángel con miedo.—¡No me llames de esa manera! ¡dime ahora qué me has estado ocultando!—Mateo cálmate —Dice Diego tomándolo del brazo para que no fuera por el Omega que se encontraba aterrado, pero és
Resultaba increíble descubrir que cada una de las personas a las que amaba y confiaba tuvieran algo que le estuviera ocultando.Mateo sentía que su mundo caía lentamente, solo deseaba que lo que Diego tuviera que confesarle no lo terminara por derribar, pero no fue así.Ver como Diego intentaba mantenerse fuerte, a pesar de las lágrimas que caía de sus ojos. Podía entender que no resultaba fácil decirlo, mientras pensaba en cómo debía afrontar aquello que al parecer no sería bueno saber.Todo quedó en silencio cuando oyó esas palabras, las que jamás imaginó que le diría.— Yo, soy el hijo de Joe —unas simples palabras que dejaban sin aliento a Mateo. Sentía como su cuerpo perdía sus fuerzas, su vida estaba perdiendo sentido.Ahora más que nunca sentía que estaba solo, como podía el hombre a quien amaba, su destinado, fuera el hijo de una de las personas que juró odiar el resto de su vida, mientras recordaba el dolor de aquellos golpes que le habían propinado, gracias a las órdenes de
Sentir el calor de su cuerpo, era lo que había extrañado en gran manera.Sus labios dulces y suaves apoderándose de los suyos, lo había pensado tantas veces mientras su cuerpo era azotado. Tenerlos ahora dándole suaves roces hacía que sus seres disfrutaran como si sus almas fueran acariciadas.Diego sentándose en el sofá arrastra el cuerpo de Mateo sobre sus muslos haciendo que este abriera sus piernas en los lados. Acariciando la espalda por debajo de la camiseta Diego suspira entre los labios, sus lenguas se encontraban generando gemidos en ambas bocas.—Mateo —Susurraba sintiendo como su cuerpo se estremecía con cada gemido —te amo tanto.Mateo lo abraza con más fuerza profundizando el beso, comenzando a mover su cadera sintiendo como el miembro de Diego iba creciendo haciéndose duro. Mientras más los movía más gemidos salían de la boca de este. Sus besos se volvieron más demandantes, ambas lenguas luchaban como si sus vidas dependieran de ellos.Diego arrastra sus dedos apretando