A pesar del tiempo que había pasado y en las condiciones que había estado Dixon, Clara no podía evitar pensar que el lobo no había perdido toda su forma. Si, había perdido peso, pero eso solo enmarcaba más el juego de músculos que adornaban toda su figura y que habían sido esculpido a lo largo de los años. Y el agua que corría por su piel hacía que se vieran realmente agradables.No podía negar que estaba reaccionando a él. Ella era su mate después de todo, y había estado sin actividad sexual de ningún tipo en mucho, mucho tiempo. Desde que lo había vuelto a ver su piel picaba por ser tocada, no, picaba por ser recorrida y acariciada. Y no era la misma de antes, ahora podía decidir qué quería para ella.-¿Ocurre algo?- la voz de Dixon la trajo de nuevo a la realidad.El lobo estaba a solo metros de ella, dándole la espalda, el agua danzaba alrededor de su estrecha cadera mientras corría hacia atrás su cabello empapado que bajaba por su espalda rozando sus glúteos. La luz del sol que s
Después del baño le fue buscada ropa al antiguo alfa y Clara tuvo que llevarse la mano a la boca escondiendo una leve risa. Definitivamente Dixon eran grande, tanto él como su hermano destacaban en su tamaño a diferencia de los demás machos y eso era más que evidente ahora que la ropa estaba sobre él.El pantalón le quedaba ajustado, resaltando sobre todo su trasero y las piernas torneadas. Y la camisa no podía terminar de abrocharla en los botones superiores donde sus hombros eran más anchos y las mangas las llevaba arremangadas pues no llegaban a sus muñecas. Y eso que era uno de los conjuntos del lobo más grande que tenía en la manada.-Tendré que mandar a que te hagan algunos conjuntos- comentó ella y Dixon que acomodaba una de las mangas alzó la cabeza y la miró.-¿Vas a dejar que me quede aquí?Ella inclinó la cabeza a un lado. Su mirada ahora color rubí lo enmarcó.-Acaso tienes otro lugar a donde ir además de aquí y tu antigua manada. Si vuelves ahí de seguro te encerrarán de
Clara aun sentía que estaba viviendo en un sueño. Hasta hacía muy poco solo tenía a su cachorro a su lado y no se quejaba por ello, aunque en su interior aún quedaba un espacio vació que solo podía ser llenado por aquellos a los que le pertenecía. Pero estar en la misma mesa con su hijo y uno de sus mates, después de cinco años y que no hubiera indicio de amenaza era algo que la tenía tranquila.Siempre había pensado que de los dos gemelos Dixon era el más intransigente. Al parecer se había equivocado. El lobo estaba calmado sentado frente al cachorro. No había hostilidad saliendo de su cuerpo, ni por sus feromonas, ni por su forma de actuar y menos cuando lo miraba. Era como si lo hubiera aceptado. Algo que no era muy común en los machos.-Madre- su ropa fue jalada. Su hijo miraba curioso al lobo frente a él y habló en un susurro, algo que no funcionaba dado el fino oído de los dos adultos- Quiero ser así de grande en el futuro- le comentó.Clara relajó su rostro y le acarició la cab
El cuerpo de Clara se estremeció debajo del grande de Dixon, entre sus manos, bajo sus besos. El lobo tocaba cada zona de su cuerpo y parecía que la estuviese quemando. Era la misma sensación de antes, cuando ella vivían con él en la manada, solo que esta vez era más intenso.-Dixon- gimió recibiendo besos sobre su cuello, los colmillos del alfa raspaban la piel buscando dejar marcas sobre ella son dañarla.Las manos de él habían desgarrado la poca ropa sobre la loba dejando que el calor de él se filtrara hacia ella. La sentía excitarse por su toques y besos.Dejó un rastro de marcas desde el borde de su cuello y clavícula para después volver a sus labios y chupar el inferior con ganas. El sabor de su mate definitivamente era exquisito. No había podido olvidarlo a pesar de los años y ansiaba poder saborearlos de nuevo. Solo que no se esperó que la Diosa Luna le hubiera puesto a la loba que creyó muerta de nuevo en el camino.-Esta vez llegaré al final- le susurró él contra los labios.
A pesar de lo ansioso y excitado que podría estar Dixon debía tener especial cuidado al introducirse en la loba. La había sentido tan pequeña y estrecha que con sus dimensiones podría hacer daño y eso era lo que menos deseaba. Quería verla de nuevo llorando de placer bajo él y pidiendo más donde él no se lo negaría.Agarró las manos de la loba y las puso sobre sus hombres cuando se inclinó sobre ella después de acomodarse entre sus muslos. Guio la punta de su miembro entre los pliegues suaves y húmedos. Clara se estremeció y se tensó en respuesta.EL lobo lamió entonces su cuello para entretenerla raspando su piel con la punta de sus colmillos mandado estimulación directamente al punto inferior. Un delicioso gemido salió de los labios de ella y aprovechó ese momento para mover un poco su cadera.Encontró resistencia mientras comenzaba a introducirse en el estrecho canal, aunque estaba caliente y húmedo y se sentía realmente bien. Aun así, se movió lento, estudiando como ella reacciona
Un leve gemido salió de la boca de Clara cuando intentó moverse. Sus ojos se abrieron ligeramente sin saber cuándo se había quedado dormida. Su mente estaba algo confundida y su boca seca. Intentó removerse para darse cuenta que había un grueso brazo alrededor de su cintura que la mantenía quieta en su lugar mientras algo aún la mantenía llena.-Ugh- protestó intentando liberarse, pero una oleada de dolor la recorrió y escuchó un gruñido detrás de ella.El brazo alrededor de su cintura la aferró más en su lugar mientras piernas gruesas envolvían las suyas para que se mantuviese quieta.-No te muevas, el nudo no ha bajado- el aliento caliente de Dixon jugó sobre su oreja.Los recuerdos entonces volvieron a la mente de Clara y ella reaccionó. Ella había tenido sexo con Dixon, él la había mordido y la había anudado. Con razón sentía su cuerpo adolorido y además había un cansancio en ella que no tenía precedentes. Intentó mirarlo por encima del hombro, pero falló completamente.-¿Estás bi
Clara fue muy específica con las órdenes que dio y Dixon solo podía mirar admirando la forma en que su loba se desenvolvía dirigiendo precisamente aquellos lobos que en el pasado ellos consideraban que eran sumamente agresivos. Y ahora, él mismo estaba dentro de una manada de Salvajes. Su mate… la alfa de ellos.Fenrir había sido llevado de vuelta a la casa junto con la loba que lo cuidaba, mientras Clara se reunía en el medio de la manada junto a otros machos.Dixon no se separó de su lado, pero no mentiría. Realmente no estaba cómodo con aquella situación. Su loba, su compañera rodeada de otros machos. Aun cuando la había mordido e impregnado de feromonas marcándola como suya, no estaba familiarizado con ese tipo de escenas. Aun así, se contuvo.Había perdido a Clara en el pasado por su forma de ser, no podía darse el lujo de perderla de nuevo ni avergonzarla delante de todos aquellos que al miraban con devoción y admiración.Y al parecer estaban adaptados a este tipo de situación p
Los que estaban alrededor de Clara y su sabida pareja dieron una exclamación al saber que este macho demacrado era el padre de la loba.-Alfa- uno de ellos se acercó a ella- ¿Lo rescatamos? - preguntó al ver la expresión retorcida de su rostro que no mostraba la menor empatía por el presente.Si fuera por Clara lo dejaría allí. Él no se merecía su menor aprecio, gracias a su «ayuda» es que ella había terminado dentro el cuerpo de su hermana, perdiendo el suyo al morir dentro de la barriga de la que era su madre. Y hablando de ella… ya habían sacado a todas las hembras y no la había visto allí.-¿Dónde está tu pareja?- la pregunta fue completamente seca.Alester ante la reacción fría de su hija sabía que era inútil rogarle. Sus ojos le advertían que lo que intentase sería en vano. Y eso lo reafirmaba el lobo detrás de ella.-Ella… ella…- movía su cabeza de un lado a otro como si no estuviera seguro de que decir- Fue atacada por un salvaje y…-La dejaste morir- terminó de decir Clara co