Romina. Llegué a casa lo más rápido que pude y le llamé a Lola a gritos. —¿Arreglaste lo que te dije de la maleta de Luciano y la mía? —Me faltan unas cosas de tu maleta y listo ¿por qué? —Se adelantó el viaje, salimos hoy —me siento nerviosa por lo que nos avisa la Genoveva Bicth White. Sería el colmo que yo misma saboteara mi trabajo. Estando en el avión la azafata nos cambió de puestos de clase turista a clase alta y eso solo pudo haber sido obra de Jacob, cuando mi niño estuvo bastante distraído con Simbad, una película bastante vieja, pero que era la favorita de este. —¿Sabes que va a pasar con nosotras luego de esto? —cuestiona Mon preocupada. Sabía que no había sacado el tema antes por Luciano y lo apurada que estábamos, pero ahora que el niño tiene los auriculares y que nos queda algunas horas de vuelo. —Es posible que Genoveva pida nuestras cabezas, pero no hemos estado en lugares extraños y la propuesta solo la manejamos nosotras, Jacob y Genoveva ¿Todo nuestro es
Carlota Despertar en el hospital fue duro y difícil estaba desorientada y con dolor de cabeza, pero tener a las chicas conmigo lo hizo más fácil, así como ver a Viken vigilando desde la distancia calmó mi alma y mi cuerpo dejándolo de manera flácida. Aún no podía creer que un compañero de trabajo me hubiera hecho eso, no le he hecho nada a nadie y no cabía en mi cabeza que alguien me agrediera de esa manera, recuerdo sus ojos desprovistos de alma y mi cuerpo entero tiembla. —Gracias por ayudarme —le dije con la boca pequeña— no sé qué hubiera pasado si tú… —Shhh… no pienses en eso— me calló con un dedo en mis labios— estas bien y es lo que importa. —Pero yo no sabía que era lo que querían hacer—le dije, aún me sentía culpable por lo que había pasado. —Consiguieron el vaso donde habías bebido ya escuchaste a la policía, solo tomaste un sorbo si hubieras tomado más, no me hubieras podido llamar y durar consiente tanto tiempo… yo…, me asuste tanto de encontrarte en ese estado— me com
RominaEl viaje fue largo, pero bastante cómodo en primera clase, no me esperaba el chofer que nos llevó a nuestro nuevo hogar, pensé que compartiría un apartamento con Mon, pero resulta que teníamos cada una su espacio y me gustó eso puesto que estoy acostumbrada a vivir sola con Lucianito.Ese es otro tema, mi Luciano con una extraña que no conocía de nada, pero Jacob tuvo el detallazo de buscar una niñera debería de darle el beneficio de la duda a la mujer y también a Jacob. Tal vez deba dormir un poco más, Alemania es maravillosa, el chofer que nos pasó recogiendo nos va datando cosas históricas del lugar y anoto mentalmente los lugares que sé que le encantaran a mi pequeño. Luego de media hora manejando llegamos a un conjunto de edificios que estaban resguardados con fuerte seguridad y algunos armados, para entrar había que pasar por una casilla de seguridad, revisaron el carro y nuestras credenciales antes de poder seguir.—Disculpen, es el protocolo — nos dice el chofer.—No h
49- Romina Estoy un poco nerviosa por salir con el jefe, siento que todos se nos quedan viendo, él va saludando a su paso y yo intento ir detrás de él por la pena que siento de caminar junto con él el jefe, la secretaria se le acerca con cara de pena. —Disculpe que lo moleste, señor Collins— tiene un par de carpetas en la mano cuando prácticamente se atraviesa frente a su jefe—necesito su firma para autorizar el químico que necesita el Doctor Meyer. —No molestas, Cristina —le resta importancia mientras la tutea— revisemos eso. Me quedé un paso detrás de él para que atienda sus cosas tranquilamente y tratar de mitigar las miradas de todos y se puso a revisar los papeles antes de firmar, luego de firmar la primera carpeta gira para verme. —A mi lado, nunca detrás de mí— me dijo y volvió a sus papeles — te sigo esperando, Mina. Preferí ponerme donde me dijo, justo a su lado todos se me quedaron viendo y Cristina, la secretaria me regalo una sonrisa para tranquilizarme, inhale profun
RominaMás que nerviosa estoy expectante de lo que pueda pasar y de lo que quiero que pase, no quiero forzar las cosas, pero tampoco quiero seguir esperando, siento que tengo años esperando por él y, tal vez sea así.—¿Quieres ir a la sala? —pregunta y besa mi hombro.Sentí mi ser temblar y negué con la cabeza sin poder hablar, nos quedamos justos donde estábamos y me atreví a girar mi rostro buscando sus labios.—Tu casa es hermosa —le dije en cuanto lo vi a los ojos, sus ojos oscuros se veían aún más oscuros con su pupila tragándose su iris, su boca se veía más apetecible que nunca.Su casa era moderna de esas de revistas que te encantan y que piensas que jamás vas a visitar, pero en este instante me sabía a rábano su casa moderna, Mónica o cualquier problema.—Me alegra que te guste— comenta tranquilo, viendo entre mis labios y mis ojos.—¿No tenemos que volver al laboratorio? —pregunté para tratar de estar segura, aunque en realidad no sabía qué hacía.—Es lo bueno de ser el jefe—
«Si pudiera le hiciera un traje de saliva.» —Ven aquí — me hace señas con dos dedos para que vaya a él, soy muy obediente y le hago caso y me levanto. Me ayudo a quitarme el resto de la ropa y me beso antes de que tuviera oportunidad de cubrir mi cuerpo, por más grande que sea mi cuerpo Jacob lo cubre bastante bien como para sentirme protegida y con calor, un calor abrazado que no pensé sentir luego del orgasmo en la cocina, pero mi vientre se aprieta de anticipación, acaricié su cuerpo terminando de quitar la camisa que el había empezado a quitar, tenerlo así para mi es como un sueño hecho realidad. —Eres un sueño —se adelanta a decir algo antes de que yo pueda. —Tú eres más que un sueño para mí — le respondí y luego le devolví el beso. Bese su fuerte mentón, su cuello, su oreja y fui bajando poco a poco, mis manos no se estaban quieras y como estarlo si este hombre estaba más allá de mis sueños, pase mi lengua por sus tatuajes de último por sus tetillas las cuales mordisquee y l
52- Viken He prometido ser un buen hombre, lo había cumplido por un tiempo, pero no todo es blanco y negro tenemos matices que debemos aceptar, así yo no quiera. Nunca me he arrepentido de nada en mi vida, pero justo hoy saliendo del hospital con Carlota me arrepiento de quien soy y mis secretos, solo quiero a esta hermosa chica para mí, aunque sé que no debería, yo tengo que dejarla ir, pero entre decir y hacer hay un trecho muy amplio. Ya en la casa me ocupé de que tuviera todo lo necesario y en la noche me fui dejándole una enfermera a cargo de ella, era exagerado, pero prefería estar seguro de que estaría bien, creí que me dirigía al club, pero mi mente me llevo a la estación de policía, me bajé del auto y entré. —Señor Solheim— me saluda uno de los detectives del caso. —Detective…. —pensé en su nombre, pero hasta que no se acercó no se lo vi— Ponce, ¿cómo le va? —Bien, otro turno de doce horas, pero todo bien. —Eso es bueno, atrapando a los malos— sonreí de manera fingida—
53- MónicaEl viaje relámpago me cayo como balde de agua fría y eso junto con todas las malas noticias que trajo me sentaron de la patada, eso y que Makim no contestará mis mensajes. En cuanto pude cambiar el chip a mi celular y ponerle uno con el código de Alemania y llamé a Makim.—Buenas tardes— me contesta una mujer y quedé de piedra— bueno, bueno… aló, ¿hay alguien allí?—Eeh… sí, ¿me pueden comunicar con Makim? —pregunté en voz baja, queriendo colgar, pero la educación no me dejó. —Salió a comprar comida, pero ahorita que regrese le digo que te llame —me responden de manera amable. No espero ni dos días para andar con otra, aun no se de que me sorprendo, yo siento que estoy maldita con las relaciones. —Gracias — y colgué antes de que preguntará quien soy. No se escuchaba que fuera mala persona, desde que llegué al aeropuerto he estado intentando comunicarme con el sin éxito y ahora entiendo por qué. No me esperaba esto. Caminé de regreso a la oficina, pero Romina no se en